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Publié par | Salamanca |
Publié le | 10 septembre 2010 |
Nombre de lectures | 56 |
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Langue | Español |
Poids de l'ouvrage | 18 Mo |
Extrait
INSTITUTO DE BIOLOGÍA MOLECULAR Y CELULAR DEL CÁNCER /
CENTRO DE INVESTIGACIÓN DEL CÁNCER
Identificación y caracterización de subtipos de enfermedad en Sarcoma de
Ewing mediante técnicas moleculares de cribado masivo enfocadas al
descubrimiento de biomarcadores y dianas terapéuticas.
TESIS DOCTORAL
Carlos Mackintosh Ginel
Salamanca, 25 de Junio de 2010
i
D. ENRIQUE DE ÁLAVA CASADO, Doctor en Medicina y Cirugía y Profesor de
Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de
Biología Molecular y Celular del Cáncer (IBMCC, CSIC-USAL) de Salamanca,
CERTIFICA:
Que el trabajo realizado bajo mi dirección por el licenciado en Biología CARLOS
MACKINTOSH GINEL titulado “Identificación y caracterización de subtipos de
enfermedad en Sarcoma de Ewing mediante técnicas moleculares de cribado masivo
enfocadas al descubrimiento de biomarcadores y dianas terapéuticas”, reúne las
condiciones de originalidad y contenido requeridas para ser presentado ante el tribunal
correspondiente y optar al grado de doctor por la Universidad de Salamanca.
Y para que conste a los efectos oportunos, expido y firmo el presente certificado
mediante el cual autorizo la presentación de dicha tesis.
Salamanca, a 25 de Junio de 2010.
Fdo. Dr. Enrique de Álava Casado
ii
Este proyecto de tesis ha sido financiado por:
- Una beca FPU del Ministerio de Educación (2004-2008)
- La Red de Excelencia de la Comunidad Europea EUROBONET, con el Proyecto Europeo
“Molecular Pathology of Bone Tumors” (FP6-2004-Lifescihealth-5, 018814).
- El Ministerio de Ciencia e Innovación, a través del Instituto de Salud Carlos III
(RD06/0020/0059, PI081828, PI052524, PI020828)
iii
AGRADECIMIENTOS
Delante de esta tesis, antes de ella, está mi familia: tíos y tías, primos y primas y abuelos.
Éstos muy especialmente: Pedro, Sacramento, Juan Carlos y Socorro. Pero sobre todo están
mis madres. No tengo que decir aquí cuánto quiero a mis dos madres, a su vez la una madre
de la otra. Con su cuerpo me tejieron este traje con el que asisto al mundo desde hace casi 30
años. Sobrevalorado ADN nuclear… son las mitocondrias las que conocen el camino a casa.
Y además de ser el mismo barro, el mismo maravilloso y milenario barro de billones de
citoplasmas maternos, soy barro amasado por las mejores manos, manos de madre que hacen
la obra, más o menos imperfecta (para ellas por supuesto perfecta), y luego la cuidan todos y
cada uno de sus días hasta morir/seguir viviendo en ella, porque en mi viviréis siempre Adela
y Sacramento, porque soy lo que vosotras habéis hecho de mí.
Dentro de esta tesis está la otra familia. ¡Oiga!, con todas las de la ley que compartimos
apellido: somos los Eleveintez (o L20ez). Cualquiera puede verlo en los libros de reservas de
equipos o en la lista de los fines de semana (a la que damos demasiado uso), registros estos
tan válidos para atestiguar el parentesco como cualquier anodino papelajo administrativo. Hay
muchos parientes, algunos más lejanos y otros de primera sangre, aunque todos de la familia.
De primera sangre son Jose L20 (también llamado José Luis Ordóñez), Vicky L20 (Victoria
Sevillano pone en su DNI) y Ana Pastora L20 (en Bucaramanga es Ana Pastora Otero-Motta).
Ellos hacen de este laboratorio un campo eólico cuyas aspas las mueve la risa y el buen rollo,
la ayuda sincera y el apoyo incondicional. Son la materia misma que compone a este
laboratorio, sin la cual no sería nada. Si la vida es una tesis ellos llevan tiempo graduados cum
laude, honoris causa y tienen la cátedra de la materia de la Cojonudez Absoluta. Son las
páginas en que descansan todas las letras de aquí a la última, son el buffer de reacción de esta
tesis, una y otra vez el andamio sobre el que he levantando esta estructura que tantas veces se
ha derrumbado (y yo con ella), son el abono pero no la mierda (esa son otros), son el cálido
recibimiento por la mañana y el descojone en el café, son sencillamente lo mejor. Mucho más
allá de las pipetas, las moléculas, las fórmulas y las cepas bacterianas, OS QUIERO. Aunque
su paso por aquí ha sido más breve, no se escapan de la familia María, Juan, Alfredo,
Carolina, Nilka y Cuca, todos ellos gente sencillamente excelente. Y por supuesto Dani, que
se incorporó hace poco pero que ya es también de la familia. Compañero y amigo, qué más se
puede pedir. El equipo perfecto de gitanos sureños.
iv
Destacar especialmente a una Eleveintez que se nos fue a trabajar fuera de casa y de la que no
pudimos disfrutar más, o al menos no tan a menudo. La pillina de pelo rizado y pecas, la niña
más buena y alegre del planeta, la Pasión Vega de laboratorio que te canta y te hace olvidar
las penas. Gracias por pasar por aquí Virginia Delgado Maroto, diamante puro, más que brisa
fresca, aire acondicionado permanente.
Mención especial también para otro ilustre miembro de esta familia afincado ahora en Suiza:
el “crack” de la risa y el compadreo, esa fuerza de la naturaleza, ese terremoto que dejó a
Rychter sin escala y a Pfizer le dio de su sangre el principio activo de la viagra. Ese chorro
vital con voz de camionero atrapado en el fondo de un pozo, el único, el inigualable… Deivid
L20 (David Herrero, miembro fundacional de la familia, con carné desde el 2003).
Mis oráculos, mis wikipedias, mis Maniatis, mis Aristóteles de Alejandro Magno, mis
Sanchos en la lucha diaria con los molinos, mis Yodas sin hiperbatos sintácticos: Antonella
Chiechi, Alicia Ginel (la prima), y de nuevo Jose L20. Mis “Brainstorming” suelen dejarlos
“Brainstormed” pero les da igual, si cito a su cerebro a un vis a vis con mis problemas,
acudirán y me dejarán hasta su última sinapsis. A ellos debo la oposición dialéctica que
conduce la chispa de la idea hasta la solución del problema científico, así como les debo
rescates de las peligrosas parras a las que a veces me subo. En este apartado a Jose le
corresponde mi inmensa gratitud por su vigilancia paternal, el interés diario por mi trabajo y
sus dudas cartesianas que tantas veces me han hecho redibujar el esquema mal trazado. A
Alicia Ginel, compañera de desgracias, por sus brillantes ideas, sus más que chispas
fogonazos de miles de vatios que alumbran todo con la luz del talento puro. Si alguien conoce
esta tesis aparte de mí es ella, si alguien conoce la suya aparte de ella soy yo.
El cerebro de Antonella Chiechi es digno de ser estudiado. Enciclopédica y llena de recursos,
es capaz de ver la aguja en el pajar antes del primer parpadeo a la vez que habrá retenido la
perfecta imagen del conjunto y de sus elementos uno por uno. Mi referente más asiduo. Ella
es además un alto en el camino de esta tesis, un monumento en mi vida, uno de esos escasos y
valiosísimos descubrimientos personales de los que me enorgullezco de llamar amiga.
v
Mención como no al jefe, Enrique de Álava, él ha puesto los medios a mi disposición y le
agradezco sinceramente el haber hecho todo lo posible para que finalizara esta tesis más allá
de los 4 años de mi beca.
Hay mucha más gente aquí. Mucha gente que ha contribuido con su trabajo, poniendo su
pequeño granito de arena. Citarlos a todos es imposible pero su presencia anónima está por
todo el texto de esta tesis: en las esquinas inferiores ayudando a pasar de página, en cada
párrafo sujetando cada línea o en las pausas, plegados sobre sí mismos haciendo de comas.
Son tantos que vista más allá de las palabras esto más que una tesis es un libro de “Buscando
a Wally” en el que soy difícil de encontrar. La mayoría dibujados en plazas iluminadas o
sorprendidos en un bello patio andaluz que se abre en el recodo del camino sofocante. Los
menos en callejones oscuros a la espera del ataque por la espalda, con el filo listo para regalar
un disgusto. Si hubiera una mención de “Desagradecimientos” habría que citar aquí a unas
pocas personas, muy pocas por suerte, que han intentado torpedear esta investigación y mi
propia vida. Como no existe dicho apartado y no deseo yo inventarlo los deja