Apolo [microform] : revista de arte
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Description

RPOLO
I^EVISTR DE f\RTE:
DIRECTOR-REDACTOR
Manuel Pérez y Curis
4
I
2v£03sra?:E:'^ri3DE!o
FEBRKRO. - 1 006
u
Obras de.M. Pérez y Curis
PUBLICADA
La
CaíVcióa de las Cjusálidas.-— El
Poema de la
Car>e. (Poesías).
ESCRITA:
Heliotuopos.
(
Poesías
).
EN PREPARACIÓN:
Rosa
íginea. ((cientos realistas).
Alma de
Idilio.
(Poema).
m]0
De venta en todas las
20
lia
librerías
CENTESIMOS
MONTEVIDKO
correspondencia á Manuel PéresE y Caris
APOLO
REVISTA DE ARTE
Director-Redactor:
MANUEL PÉREZ Y CÜRIS
r'ol>i'er'o 3£0]VTEVir>E0,
OOO
Liminaria
La dpoca es de
lucha y de
trir?-
ii)
La
estulticia es digna de
com-
teza. Ahajo, cu los légamos impuros, las mediocridades vocean el efímero triunfo de los viles que
pasión.
La vanidad
suele ser la expre-
sión antitética del
se arrastran
como
reptiles grotes-
lento velada por
cresía.
eunuco de taun tul de hipo-
cos, desafiando la majestad de lo noble y de lo bello; y surge, como por ensalmo, con ostentaciones de artista y plétora de ficciones, ese aptérix del torpe diletantismo impotente y presumido. Aptérix hosco y deforme, él mi-
ra con el dolor de la envidia, el
En esta época de odios y de egoísmos, surge Apolo, sincero en su desnudez que rechaza de esa hoja de parra encubridora, el atributo de moral ficticia. Ojos hostiles seguirán su marcha
vuelo del jíguila de la idea por las cimas ...

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Publié le 11 janvier 2011
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Langue Español
Poids de l'ouvrage 65 Mo

Extrait

RPOLO
DEI^EVISTR f\RTE:
</
DIRECTOR-REDACTOR
Manuel Pérez Curisy
I4
2v£03sra?:E:'^ri3DE!o
FEBRKRO.- 1006PérezObras de.M. Curisy
u
PUBLICADA
La CaíVcióa de las Cjusálidas.-—El Poema de la
Car>e. (Poesías).
ESCRITA:
Heliotuopos. ( Poesías ).
EN PREPARACIÓN:
Rosa íginea. ((cientos realistas).
Alma de Idilio. (Poema).
m]0
en las libreríasDe venta todas
CENTESIMOS20
lia correspondencia á Manuel PéresE Carisy
MONTEVIDKOAPOLO
DE ARTEREVISTA
MANUEL PÉREZ Y CÜRISDirector-Redactor:
r'ol>i'er'o <le3£0]VTEVir>E0, 1OOO
ii)
Liminaria
de trir?- La estulticia es digna de com-dpoca es de luchaLa y
légamos impu- pasión.Ahajo, cu losteza.
La vanidad suele ser la expre-mediocridades vocean elros, las
viles que sión antitética del eunuco de ta-efímero triunfo de los
reptiles grotes- lento velada por un tul de hipo-se arrastran como
la majestad de lo cresía.cos, desafiando
de lo bello; surge, comonoble yy
En esta época de odios depor ensalmo, con ostentaciones de y
egoísmos,surgeApolo, sinceroenficciones, eseartista plétora dey
su desnudez que rechaza de esaaptérix del torpe diletantismo
imhoja de parra encubridora, el atri-potente presumido.y
buto de moral ficticia.deforme, él mi-Aptérix hosco y
Ojos hostiles seguirán su mar-ra con el dolor de la envidia, el
chapor lasvuelo del jíguila de la idea
Almas sinceras amarán sus pá-gloria solemnes lu-cimas de la y
ginas.minosas como un biselio del arte.
Y,en plena lucha, cantaráAposinY á las almas conscientes y
LO la rebeldía ingente de las al-ceras, indignan su estulticiano y
mas bajo la gloria épica del sol.zafiedad sino sus actitudes de
pavo real vanidoso. M. PÉRKZ V CURIS.
il) Ti rniinadns estas finsos üminaros, he sabi- neando shmcamenie sobre mi cuento sAlinas
Voque Iii- hililes» aparecido en Pupulardo lili poridfiiqíiillo clerical \wv ende La TrUatna dely
lii'icrita timorato, lelcgado al más bajo esca'i'm día r.^ del mes pasado.y
(le la inepcia; sostenido como un exvoto por las Leyendo esa scudocítira custodiada por
acónimias refractarias á la Verdad al Honor; si- litos abi'ilicos, podrá el lector apreciar la ver-y y
mii ador de todas las grandezas sabedor de dad de estas fiases.y
tollas las ruindades; obscuraiuisa como sus Yo lie admirado nuevamente el encanto
axiopatronos, por necesidad, ponjue do ello de- mático de estos versos de l>íaz Mirón:
pende sil existencia de bestia avara voraz, noy
sólo im'uil para las gentes ignaras sino también ¡Odio que la olisciira escama
deinculcador doctrinas imiy retrógradas en un profesa á la iluina espléndida!
)iaís tan liberal como el nuestro; que uno A mo- Inmundo rencor de ortigal
;
do de episcoiiologio impuro, groiesco, desgra- ¡ICteina y mezquina guerra
ciadamente enfático; evocador del fango en «¡iie de todo io (jiie se arrasíra
predica jiredicaiá mientras viva; digno al fin contra lodo lo que vuela!y
de coiimiseíacií'in ú olvido, (¡iie conmiseración
olvido Concedoy yo como escritor libre y fuer- Y, en un gesto de dcsdi'-n hacia los
obsciirante lasá ¡nnocuas mediociidades activas; que listiis los débiles, n'produzcoy boy acjuel
cuenuna rcvuf jmur rirc, en fin, me nonibn'i, calbuc- to, como réplica más elocuente discrela.y— —2
Sinceridades
DE(DIARIO UN HOMBRE)
Peri?pecllva.
Enero J.° de 1906.—Aunque me cuesta creerlo, tengo ante mí la
demás hombres,perspectiva de año sin nada de común á los llevado
por las circunstancias, quizás por mi idiosincracia, más por estoy
que por otra influencia, personal, como soy. en todas mis cosas;
llevado, como lo he sido, á un tácito renunciamiento de las
generalidades humanas en sus manifestaciones sociales sicológicas, la amis-y
tad, el amor hasta el arte.y
Del teatro de la vida.y
Esta noche, como todos los domingos días festivos, en los que noy
se trabaja en el diario en cuya i'cdacción ocupo un ]Miesto de
cronista, he ido al la representación «Las Estrellas»,teatro. Asistí á de
un chistoso juguete cómico-lírico, según los programas. Se trata de
un padre que, contra los deseos de su mujer, lleva á sus hijos hasta
el camino él dice. Tiene un casal, dedica la hijaele la gloria, como y
al teatro el hijo al toreo. Como resultado, silban á la muchachay y
apalean al muchacho'. Y los tres, en una noche fría sin luna, aly
dar las doce, vuelven fracasados del camino gloria á cobijarsede la
en la caliente amorosa tranquilidad del hogar. El público rió ano-y
che, creo que reirá siempre, de este final, encontrándolo gracioso,y
muy cómico. Yo, no sé si por estado de ánimo, lloré casi, sentí
húmedos los la me ha ensoñado otras óojos. Es que á mí vida cosas
yo tengo un modo raro de juzgar sus menores sucesos. Foresto,
quizás, veo todo al revés que los demás, suelo reir cuando otros llorany
lloraró cuando otros ríen. IMcu que así, todo, he visto muchas co-y
sas en la vida. Y sobre el mismo tema, ¡cuántos fracasos dolorosos
he podido ver ya, al empezar recién la etapa de los veinte años!
¡Cuántos tristes regresos del camino de la gloria me han rozado en
este sarcástico juguete cómico-lírico que se llama vida! . . .
Lnz que pasa.
Yo también vengo Antes me sentía artista, diaria-de vuelta. y,
mente, pensaba escribía como tal. Hoy, después de mis relacionesy
sus deseos,con Muñeca con Mimí, la virgen soñadora vaga eny y y.
—— a I
sensualidades enervantes; luego de estas dos mujeresla prostituta de
hasta hacerme naufragar en la vorágine pertur-que me arrastraron
pasiones del corazón, la una, de los sentidos, la otra,badora de las y
Tengo, como todo intelectual de alma enferma, los des-soy otro.
alientos melancólicos del pesimismo, las rebeldes altiveces del
lufatal nilismo de la duda, la desesperanza el descrei-chador ely y
miento del ideal. Desapareció ya en mí el frío, el sereno analizador,
el audaz teorizador de la vida sus cosas, el orgulloso mental quey
vivía asegurando que el amor, era una esclavitud moral, un
limitamiento de la idea de la acción, del que el intelectual debía liber-y
tarse, la mujer un perjuicio, cuando no se aceptaba como utilidady
recreo, por su belleza, de artista que admira sientefísica ó como y
su hermosura. Fugaz meteoro, pasó, dejando apenas un leve trazo
luz.de su
Ángel C. MIRANDA.
Cuarto, Enin-o 19 do 190G.
Pon algo de Inz divina . .
El anior no pide glorias, el amor no pide galas,
El amor es silencioso porque vive de quimeras; I
El amor es como un ángel llevaque sobre sus alas
Todo un mundo florecido de lujosas primaveras!
Por eso voy jubiloso buscando el antro en que esperas
\ en donde—flor de las tumbas—en un perfume te exhalas;
El amor es silencioso porque vive de quimeras,
El amor no pide glorias, el amor no pide galas!
Con tu lumínica gracia quiero enflorar las oscuras
Nostalgias en que sollozan mis ya mustias primaveras . . .
¡Pon algo de luz divina sobre mis ansias impuras,
condúceme^ en el vuelo sonámbulo de tus alas! ...
¿No ves que voy jubiloso buscando el antro en que esperas
Y en donde—flor de las tumbas—en un perfume te exhalas?,
Francisco Alberto SCHINCA.
'Montevideo."
—_ 4
tt
I/iturgia sentimental
como un árbol jovenbien! Soy
floreciendo en un páramo, sinuna
que riegue suEN LA SOMRRA mano compasiva
-tronco enhiesto, sin una alegre en
Estoy solo. Solo, sin tí, queme ravana que acampe bajo sus
railuminas queme alientas, en es- mas.y
viajera golondrina, vasta tenebrosa sombra de mi desti- Y, tó,
pasando ... yo aguardoy
me extasía,tu trino que
sonrisa que me cauti-tu
va. Pero, soy hosco, al
tivo como un roble de la
selva. No oirás nunca de
mis labios la frase que
una ternura,envuelve ni
la canción que rimarán
mis suspiros...
¡Dios mío! Las manos
sobre mis sienes que
palun volcán,pitan cqino
fijas mis pupilas en el
¡nmenso, en el infinito
vaenvuelvocío en que me
como en un nimbo de
sombra, oigo que alguien
me llama, de muy lejos,
con una voz suplicante y
lejana,como una leve
palpitación de alas... ¿Eres
t6 acaso? ¿Tu impalpable
Liiis Kobcrto Roza
espíritu pasa, dejando una
no ... Medito. Mi cerebro vigila,
. rauda estela de risas, que forman
como un águila en acecho, sobro .cual un collar notas de arde y
una cinnbre. Y, dentro de mí mis- m )MÍas? . . . ¡Quién sabe! ¡Tal vez
mo, el corazón ruge,como \\n vio- si en estas horas de sombra, tu
lento

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