Reporte #270 -   ¿Autogoles o complot?
4 pages
Español
Le téléchargement nécessite un accès à la bibliothèque YouScribe
Tout savoir sur nos offres
4 pages
Español
Le téléchargement nécessite un accès à la bibliothèque YouScribe
Tout savoir sur nos offres

Description

Sin haber arrancado formalmente su campaña, Josefina Vázquez Mota podría estar enfrentando su primera crisis de precampaña.Los escándalos de la candidata parecieran diezmar su campaña electoral.El primero ocurrió el domingo 11 de marzo, cuando miles de panistas la dejaron hablando sola en su discurso de toma de protesta en el estadio de futbol del Cruz Azul.
El segundo, aunque de menor impacto, tuvo lugar en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), donde la candidata hizo una mala broma.
"Como nadie es perfecto, después me fui a estudiar economía en la Ibero", dijo ante los estudiantes del ITAM, alma máter de muchos de los funcionarios que hoy dominan las posiciones clave del gabinete.Los dos hechos tuvieron una repercusión inmediata en Twitter y Facebook.

Sujets

Informations

Publié par
Publié le 27 mars 2012
Nombre de lectures 51
Langue Español

Extrait

¿Autogoles o complot?
Por Félix Arredondo
Sin haber arrancado formalmente su campaña, Josefina Vázquez Mota podría estar enfrentando su primera crisis de precampaña. Dos escandalosos sucesos ocurridos durante los últimos días son indicativos de que la candidata de Acción Nacional tuvo una corta luna de miel electoral. El primero ocurrió el domingo 11 de marzo, cuando miles de panistas la dejaron hablando sola en su discurso de toma de protesta en el estadio de futbol del Cruz Azul. El segundo, aunque de menor impacto, tuvo lugar en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), donde la candidata hizo una mala broma. "Como nadie es perfecto, después me fui a estudiar economía en la Ibero", dijo ante los estudiantes del ITAM, alma máter de muchos de los funcionarios que hoy dominan las posiciones clave del gabinete. Las reacciones no se hicieron esperar. La confesión de Josefina no cayó nada bien, ni a la poderosa e influyente comunidad jesuítica, ni a la gran familia de la Universidad Iberoamericana. Los dos hechos tuvieron una repercusión inmediata en Twitter y Facebook. En unas cuantas horas, ambos temas se convirtieron en trending topics. Aunque, ciertamente, el éxodo del Estadio Azul fue el que tuvo mayor difusión a través de la radio y, sobre todo, de las repetitivas imágenes transmitidas por televisión. La imagen de Josefina Vázquez Mota sufrió su primer revés de campaña. Tan impactante, mediáticamente hablando, como el affaire de los libros de Enrique Peña Nieto en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara el año pasado. Fue tal el daño, que el martes 13 marzo, su coordinador general de campaña, Roberto Gil Zuarth, salió a los medios a propinarse una autoflagelación pública para asumir los costos que, según él, le habrían llevado a presentar una renuncia no aceptada por la candidata panista. “Se cometió un error, y evidentemente, en mi carácter, yo asumo esa responsabilidad. Hubo error en el planteamiento del programa, empezamos tarde, y la gente poco a poco fue abandonando el escenario. Se cometió ese error, sin lugar a dudas nos preocupa, pero lo vamos a corregir, y estoy dando la cara”, dijo Gil Zuarth. Sin embargo, para muchos, la explicación no sólo fue insuficiente, sino también inconsistente con lo que realmente aconteció en el Estadio Azul. Y es que la estampida masiva de asistentes dejó en evidencia una de dos cosas. Que el evento fue muy mal planeado, que la candidata tuvo una presentación tardía, con una audiencia insolada y aturdida por los discursos de Gustavo Madero o de Isabel Miranda de Wallace. O que alguien montó muy bien el numerito de la estampida para dejar en claro que los asistentes no eran panistas, sino acarreados al más puro estilo priista. Por eso, son muy pocos los que creen en la “teoría del error de Gil”. Muchos piensan que tiene más lógica “la teoría del autogol de Josefina” o, incluso, la más remota, mas no imposible, la “teoría del complot”. Analicemos.
¿DÓNDE ESTÁ ACCIÓN NACIONAL?
“¿Dónde está Acción Nacional?”, gritó Josefina al arrancar su discurso en el Estadio Azul. Pero la voz de “Acción Nacional” no se escuchó. Una buena parte de los panistas, si no es que la mayoría, inició la estampida tan pronto como Josefina comenzó a hablar. Conforme avanzaba el discurso, eran más y más los asistentes que engrosaban las filas buscando desesperadamente salir del estadio. Y no fue estrictamente una estampida, ni siquiera salieron corriendo. A los panistas se les veía más bien cansados, hasta fastidiados, cuando lentamente se encaminaban a las salidas. No volteaban a ver a Josefina. Nunca lo hicieron a pesar de que su candidata panista gritaba y gritaba, casi desesperada, frases que parecían no interesar a los panistas que habían decidido emprender la retirada. Seguramente, al ver esas escenas, muchos panistas evocaron lo que sucedía en los actos masivos de Vicente Fox o del Maquío Clouthier. En aquellos años, la gente no se salía de los eventos, se peleaba por entrar. Como sucedió en el cierre de campaña de Vicente Fox en el estadio de León. Sin embargo, aunque el domingo 11 marzo había un sol espléndido, el panorama de la campaña de Josefina era sombrío y desolador. Nunca había sucedido algo así en la historia del panismo. Si acaso, se le podría comparar con la rechifla que orquestaron los calderonistas contra Manuel Espino en la elección nacional de consejeros en mayo de 2007. El espectáculo fue grotesco. En León, Guanajuato, los panistas acusaron de traidor al todavía presidente del PAN, Manuel Espino. Lo abuchearon, le chiflaron. Y lo mismo le pasó a Gustavo Madero en la toma de protesta de Josefina Vázquez Mota. ¿Por qué los panistas dejaron hablando sola a su candidata? Fuera de don Luis H. Álvarez, ¿dónde estaban personalidades como el ex presidente Vicente Fox, o “El Jefe” Diego? Si es cierto que los panistas se reconciliaron después de la elección interna, ¿por qué Josefina omitió el nombre de Vicente Fox en su discurso, pero se deshizo en elogios para Felipe Calderón y Margarita Zavala? Acción Nacional nunca contestó cuando Josefina preguntó dónde estaba. Ya para la tarde-noche del domingo, el escándalo era mayúsculo. Tanto, que durante la develación de la placa conmemorativa de una obra de teatro, la candidata panista hizo una declaración que sólo sirvió para empeorar las cosas. "Yo me encontré con un estadio lleno porque, evidentemente, cuando yo tomé protesta, ese estadio estaba en esa circunstancia”, dijo Josefina. Y sí. Pero Josefina no se percató de que, con sus palabras, dejó implícito el reconocimiento de que fue precisamente a ella a la que desairaron los panistas. LA TEORÍA DE LOS ERRORES Para el lunes 12 de marzo, lo ocurrido en el estadio era una de las notas principales de los medios. Además, los videos y las imágenes del desastre seguían difundiéndose profusamente a través de las redes sociales. De ahí que en el "war room" de la candidata albiazul se tomara la decisión de que el vocero y secretario general adjunto del PAN, Juan Marcos Gutiérrez, saliera a los medios para dar una explicación, una mejor que la que dio Josefina el día anterior. Aunque el vocero calificó los hechos del domingo como resultado de los errores endosables a la duración del evento, también se le ocurrió decir que lo que provocó la salida masiva de los panistas
fue que al oír "sí, protesto, muchas de las personas entendieron que el asunto se acabó". La explicación era peor que la que había dado la candidata. No sólo se volvía a reconocer el hecho de que la salida de los panistas empezó en cuanto ella empezó hablar, sino que, además, Gutiérrez implícitamente calificó a los miles de panistas que se fueron como tontos o imbéciles que entendieron que el evento había terminado cuando Josefina dijo: "Sí, protesto". Quizá por eso, al día siguiente, el martes 13, salió Roberto Gil a embarcarse. Y públicamente asumió la responsabilidad de todos "los errores” habidos y por haber. “La responsabilidad es absolutamente mía”, repitió en todos los medios el consternado coordinador general de la campaña presidencial del PAN. Y aunque Gil Zuarth insistió en que el estadio estaba lleno cuando Josefina rindió protesta como candidata, en su mea culpa confesó un nuevo pecado “Se cometió también el error, por parte de algunas de las personas que acompañaban a las delegaciones de los estados, que dieron la señal de que la salida de los autobuses era entre las 12:30 y la 1:00 p.m.”, explicó. Ello a pesar de que “estaba programado que Josefina entrara 11:45, 11:30 al escenario, dependiendo cómo estuviera evolucionando el evento", dijo el coordinador de la campaña azul. Desde luego, la nueva explicación sonó inverosímil para quienes tienen experiencia en este tipo de movilizaciones masivas. Es bien sabido por los acarreadores y por los transportistas que brindan este tipo de servicios a los políticos, que el evento no se acaba hasta que se acaba. Y también lo saben los acarreados, que son víctimas de los partidos y los políticos por su precaria condición económica. Saben perfectamente que deben seguir las indicaciones de sus cabezas de grupo sin hacer ningún tipo de cuestionamiento. LA TEORÍA DEL COMPLOT Algunos piensan que lo ocurrido el domingo fue producto de un complot contra Josefina. Dicen que los autores intelectuales son los mismos calderonistas que orquestaron la rechifla contra Manuel Espino en Guanajuato.
Los mismos que no "tragaron" a Josefina cuando les fue impuesta como coordinadora general de la campaña de Felipe Calderón en marzo de 2006. Los mismos que pelearon como gatos boca arriba para sacar adelante la candidatura de Ernesto Cordero, el delfín presidencial. Los mismos que pudieran pensar que aún hay tiempo para cambiar de candidato. Y es que no hay la menor duda de que existen diferencias irreconciliables entre los calderonistas y los simpatizantes de Josefina. Y tampoco es un secreto que el PAN sigue padeciendo graves fracturas. Por más que se insista en que están resueltas las diferencias de los diversos grupos de interés, el hecho es que hay más de 47 conflictos en diversas regiones del país. Y con ese pretexto, Felipe Calderón se ha metido en casi todas las designaciones de candidatos. Tan es así, que en Nuevo León renunciaron al PAN Rogelio Sada Zambrano y Alejandro Páez, dos de los militantes que se opusieron a la designación del alcalde regiomontano Fernando Larrazabal como candidato a una diputación plurinominal.
Tan es así, que la propia candidata a la Presidencia hizo explícita una convocatoria de unidad a los panistas en el inacabado discurso que casi nadie quiso escuchar.
Tan es así, que Isabel Miranda de Wallace, en un entendido directo con Felipe Calderón, desplazó a un panista de muchos años como Federico Döring, para imponer a un sobrino en las listas de candidatos a diputados para la Asamblea del Distrito Federal.
Algunos incluso llegan a advertir que siendo los acarreados “panistas” originarios del Estado de México, la tierra del candidato priista Enrique Peña Nieto, la estampida pudo haber sido fruto de una mano negra que quiso evidenciar la fragilidad de la abanderada albiazul.
LA TEORÍA DEL AUTOGOL
Hay quienes creen que el desastre no es más que un autogol.
Dicen que a la candidata panista no se le da ni el carisma, ni el discurso que tuvieron en su momento Manuel Clouthier y Vicente Fox.
Que la manera de hablar de Josefina no conmueve a nadie. Que más bien produce cierta irritación en quien la escucha, porque su mensaje suena casi siempre a indefinición, a fórmulas gastadas, a optimismo permanente, a expresiones repetitivas y a improvisaciones desafortunadas.
Improvisaciones tan desafortunadas como la que dijo ante los alumnos del ITAM. Para después, ante la andanada de críticas, tratar de remediar la situación con una declaración.
“Fue un comentario que nunca pretendió lastimar, fue una broma, como lo he hecho en algunos otros temas. La verdad es que me siento superorgullosa de haber estudiado en la Ibero. Yo no estaría aquí buscando esta aspiración frente a millones de mexicanos si no hubiera pasado por la Ibero, amo mi universidad”, declaro Josefina tratando de salir del embrollo.
Ojalá que cuando Josefina Vázquez Mota visite su querida Universidad iberoamericana, pueda reencontrar su camino, y que no se quede tan sola como el domingo 11 marzo en el Estadio Azul.
  • Univers Univers
  • Ebooks Ebooks
  • Livres audio Livres audio
  • Presse Presse
  • Podcasts Podcasts
  • BD BD
  • Documents Documents