Reflexiones Bioéticas Acerca del Farmacéutico Comunitario (Bioethical Reflections on the Role of a Community Pharmacist)

Gloria

Description

Resumen
Se realiza un diagnóstico de la situación actual del pensamiento filosófico y cómo repercute en lo que significa ser persona humana. El campo del profesional sanitario, por su propia naturaleza pragmática, se nutre de y refleja una filosofía sobre quién es la persona enferma a la que se atiende y cuál es su dignidad, sea consciente o no de hacerlo así
por ello, es de particular interés estar alerta sobre cómo incide en este terreno la bioética, que no debe tener como sede propia, única y exclusiva, el ámbito académico, sino que ha de inspirar y, paradójicamente inspirarse, a partir del gran público, del hombre de la calle. A partir de este supuesto se reflexiona sobre el papel del farmacéutico con oficina de farmacia.
Abstract
A diagnosis is made of the current situation of philosophical thinking and how it has an effect on what it means to be a human being. The very own pragmatic nature of the field of the health professional, whether he or she is aware of it or not, implies and reflects some kind of philosophy about who the sick person is and what constitutes their dignity. For this reason, it is particularly interesting to remain alert about how bioethics influences this realm. Bioethics must not stay only and exclusively within academia, but it should inspire and be inspired by the general public and the average person. From this standpoint a reflection is made on the role of the pharmacist running an outlet.

Sujets

• Farmacia
• Bioética
• Enfermedad
• Calidad de vida
• Sociedad
• Medicamento
• Pharmacy
• Bioethics
• Disease
• Quality of life
• Human life
• Society

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• Publié par: erevistas
• Publié le: 01 janvier 2007
• Nombre de lectures: 9
• Langue: Español

Extrait

Refl exiones bioéticas acerca del farmacéutico comunitario
REFLEXIONES BIOÉTICAS ACERCA DEL
FARMACÉUTICO COMUNITARIO
BIOETHICAL REFLECTIONS ON THE ROLE OF A
COMMUNITY PHARMACIST
Gloria Mª Tomás y Garrido
Unidad de Ética y Bioética
Universidad Católica San Antonio
e-mail: [e-mail]
Resumen
Se realiza un diagnóstico de la situación actual del pensamiento fi losófi co y cómo
repercute en lo que signifi ca ser persona humana. El campo del profesional sanitario,
por su propia naturaleza pragmática, se nutre de y refl eja una fi losofía sobre quién
es la persona enferma a la que se atiende y cuál es su dignidad, sea consciente o no
de hacerlo así; por ello, es de particular interés estar alerta sobre cómo incide en este
terreno la bioética, que no debe tener como sede propia, única y exclusiva, el ámbito
académico, sino que ha de inspirar y, paradójicamente inspirarse, a partir del gran
público, del hombre de la calle. A partir de este supuesto se refl exiona sobre el papel
del farmacéutico con ofi cina de farmacia.
Palabras clave: Farmacia, Bioética, Enfermedad, Calidad de vida, Vida humana,
Sociedad, Medicamento.
Abstract
A diagnosis is made of the current situation of philosophical thinking and how
it has an effect on what it means to be a human being. The very own pragmatic
nature of the fi eld of the health professional, whether he or she is aware of it or
Cuad. Bioét. XVIII, 2007/2ª 171Gloria Mª Tomás y Garrido
not, implies and refl ects some kind of philosophy about who the sick person is and
what constitutes their dignity. For this reason, it is particularly interesting to remain
alert about how bioethics infl uences this realm. Bioethics must not stay only and
exclusively within academia, but it should inspire and be inspired by the general
public and the average person. From this standpoint a refl ection is made on the role
of the pharmacist running an outlet.
Key words: Pharmacy, Bioethics, Disease, Quality of Life, Human Life, Society,
Drug.
1. Diagnóstico de la fi losofía y, sobre todo la antropología
fi losófi ca, la ética y la bioética, que no
La fi losofía actual, según los exper- deben tener como sede propia, única y ex-
tos en el tema, discurre a través de tres clusiva, el ámbito académico, sino que han
grandes corrientes que coinciden, en de inspirar y, paradójicamente inspirarse,
líneas generales, con las vías fi losófi cas a partir del gran público, del hombre de la
abiertas a partir de Kant: el movimiento calle, de cada persona concreta, y cuántas
positivista y analítico, la fi losofía dialéc- veces, de la persona más indefensa: el
tica, el vitalismo, el irracionalismo, y el niño, el anciano, el enfermo.
existencialismo. Es Spaemann el que ha puesto el dedo
Mientras que el movimiento positivis- en la llaga sobre la difi cultad de abordar
ta y analítico se centra preferentemente este asunto; en la civilización moderna,
en la fi losofía de la ciencia y en la lógica; afi rmará, hay una tendencia a transfor-
la fi losofía dialéctica está incidiendo más marse en una civilización de nadie, sin
acusadamente en la fi losofía social; y vi- sujeto, en una del sistema,
talismo, irracionalismo y existencialismo del objeto. Una de sus manifestaciones
atraviesan la ética y la estética. es la reducción del saber a experimento,
Todas abren caminos —quizás no descartando la experiencia. En el experi-
siempre acertados, pero en todo caso mento estamos ante lo fáctico, mientras
caminos— para la construcción de lo que que, con la experiencia, nos encontramos
supone y signifi ca ser persona humana. ante la persona.
El campo del profesional sanitario, por Aunque las grandes revoluciones se
su propia naturaleza pragmática, se nutre realicen en nombre de la dignidad del
de y refl eja una fi losofía sobre quién es hombre y los grandes documentos decla-
la persona enferma a la que se atiende y ren que los derechos humanos son el fruto
cuál es su dignidad, sea consciente o no de una toma de conciencia progresiva de
de hacerlo así; por ello es de particular esa dignidad, esa dignidad y esa toma de
interés estar alerta sobre cómo incide en conciencia resultan ahora ambiguas por-
este terreno la investigación y el desarrollo que se ha desdibujado el signifi cado de la
172 Cuad. Bioét. XVIII, 2007/2ªRefl exiones bioéticas acerca del farmacéutico comunitario
vida humana. En consecuencia, la defensa Sin dejar de lado las situaciones límite,
de la vida lleva el precio de muchos su- nos detendremos en estas refl exiones en
frimientos y de muchas lágrimas. un papel quizás oculto pero muy con-
El ambiente social no responde, ni veniente, que es la protección de la vida
corresponde, ni facilita que la persona humana en el transcurso diario del vivir.
actúe conforme a lo que es y a lo que está El crear en las relaciones profesionales
llamado a ser: razonable, libre, responsa- una urdimbre humanizadora que proteja
ble, capaz de solidaridad y de amor. Muy a la persona. Algo en lo que puede cola-
al contrario, al desdibujarse lo que supone borar efi cazmente el farmacéutico comu-
la vida, el hombre se queda reducido a nitario. Aquí se exponen algunos modos
individuo o incluso a una parcela efímera de hacerlo, consecuencia del primigenio
en el cosmos. Se achatan las posibilidades sentido de la profesión farmacéutica, y
de ser, y se fomenta solo y llanamente la se insiste y se sugiere la necesidad de
búsqueda de lo útil y de lo placentero. recibir una formación idónea en el ámbito
Curiosamente, para lograrlo, hasta sobra bioético.
el hombre mismo. El siglo XX, y ojalá no Comencemos llegando directamente
ocurra lo mismo al XXI, pasará a la histo- a la esencia del humano existir. Ahí nos
ria como algo estremecedor pues contan- encontramos con que nadie en su vida ha
do con tantos avances para vivir se tiene dejado de hacerse una triple e inmemorial
miedo a la misma vida humana. Nuestra pregunta, turbadora, y que sigue en pie
sociedad se ha hecho permisiva. en todos los ámbitos y culturas: ¿Quién
Las sociedades permisivas a la hora soy? ¿De dónde vengo? ¿Adónde voy?
de resolver sus problemas tienen cierta Preguntas que expresan la profunda nos-
tendencia a dialogar solamente acerca talgia de infi nito que alberga el corazón
de las situaciones límites. También en el humano, que nunca se colma del todo. Y
mundo sanitario, y más en el campo de la su fragilidad.
bioética, puede parecer que sólo interesa
la resolución de esas situaciones. Por ello, La fragilidad conlleva la conciencia
entre otros dolorosos temas, nos encon- de la fi nitud. Plásticamente queda
tramos con que el desprecio del hombre y refl ejado en el cuadro de «El Grito»
de su vida lleva a querer despenalizar el de Munch, pintado en 1893. El autor
aborto y a legalizar la eutanasia, o clonar ha desvelada la situación anímica en
humanos. La realidad enseña que, en lo la que se encontraba, y que le llevó a
que hay que incidir y formar, es en lo engendrarlo: «Una noche anduve por
crónico, lo leve... que, según se oriente, un camino. Abajo estaba la ciudad y el
entorpece a una persona, la envilece o la fi ordo. Me sentía cansado y enfermo.
dignifi ca; la infl uencia de lo no noticiable, Me quedé mirando el fi ordo cuando
del ethos común es, a la larga, lo que mar- el sol se iba poniendo. Las nubes se
ca la actuación «la gota horada la piedra», empaparon de rojo sangre. Sentí como
como reza la sabiduría popular. un grito a través de la naturaleza ¡Creí
Cuad. Bioét. XVIII, 2007/2ª 173Gloria Mª Tomás y Garrido
escuchar el grito! Pinté ese cuadro El farmacéutico que esta al pie de ca-
con las nubes de verdadera sangre. ñón en la ofi cina de farmacia, participa
Los colores chillaban (...). Yo seguí el de esas inquietudes e incertidumbres
camino con los amigos. Se puso el sol pero, por su estilo profesional, puede
y el cielo se volvió rojo sangre. Sentía tener un «quid» para encaminarlas,
como un soplo de tristeza; me detuve para responder acertadamente, o
apoyado en la baranda, mortalmente al menos para restaurar un poco el
cansado. Por encima de la ciudad y hondón del corazón humano. Lo
del fi ordo fl otaban nubes de sangre hace atendiendo a quien le consulte.
como lenguas de fuego..., mis amigos Consultas que en la ofi cina de farma-
siguieron sus caminos; yo me quedé cia se realizan con l