La guerra hispano-yanki: Colonialismo frente a imperialismo
12 pages
Español

Découvre YouScribe en t'inscrivant gratuitement

Je m'inscris

La guerra hispano-yanki: Colonialismo frente a imperialismo

-

Découvre YouScribe en t'inscrivant gratuitement

Je m'inscris
Obtenez un accès à la bibliothèque pour le consulter en ligne
En savoir plus
12 pages
Español
Obtenez un accès à la bibliothèque pour le consulter en ligne
En savoir plus

Description

Colecciones : Tiempo de historia. Año III, n.32
Fecha de publicación : 1-jul-1977

Sujets

Informations

Publié par
Publié le 01 juillet 1977
Nombre de lectures 96
Licence : En savoir +
Paternité, pas d'utilisation commerciale, partage des conditions initiales à l'identique
Langue Español
Poids de l'ouvrage 2 Mo

Extrait

La guerra hispano-yanki:
La derrota en la guerra hispano· norteamericana de 1898 determinó la definitiva desaparición da España como potencia colonial. V,
shnulténeamenle, el asalto del Imperiallamo yankl a la. rlque2:e, de paise. situado. fuerB de su marco regional. En el grabado, vemos
el bombardeo de San Juan, acaecido el 12 de mayo de 1898.
Colonialismo frente a imperialismo
Teófilo Ruiz Fernández
N la mañana del 3 de julio de Cuba suponía la definitiva desapa­
1898, la Escuadra del almi­ rición de España como potencia E rante Cervera se hacía a la colonial y el asalto del imperia­
mar para romper el bloqueo que las lismo yanki a las riquezas de países
fuerzas navales de los Estados situados fuera de su marco regio­
Unidos estaban realizando sobre el nal.
puerto de Santi.ago de Cuba. La En definitiva, una forma de explo­
tación desfasada (el colonialismo) guerra, provocada por USA y tor­
cedía su puesto a un nuevo sistema pemente aceptada por España, iba
capitalista (el imperialismo) mu­a entrar en un enfrentamiento de­
cho más brutal y opresor. CISIVO. La derrota de Santiago de
30

­
ANTECEDENTES México y los Estados Unidos, y aportó nada nuevo para resol­
la victoria supone a los yankis ver el problema de Cuba. Deesta
casi la mitad del terTitorio me+ debilidad,sinembargo, no supo Las luchas independentistas
xicano. En t 852 USA mani+ aprovecharseel Ejército Mambí desarrolladas por Bolívar, San
fiesta al Gobierno de España su que perdió a Ignacio Agramon­Martín, Sucre. Páez. Santa
deseo de comprarle la isla de te, el líder militar más desta­Cruz, Puyrredón ydemás caudi­
Cuba por cien millones de pe+ cado en esta fase de la lucha. La
llos populares, fueron mer­
sos. El asunto pareció quedar actitud autoritaria de Céspedes mando la extensión del imperio
en el olvido. pero el Uama­ provocó su caída y llevó el des­colonial de España. Sin embar­
miento de Céspedes (marzo de concierto al campo rebelde, que go,la guerra por la independen­
sólo gradas al esfuerzo de los 1869), para que el Gobierno de cia no llegó hasta el Caribe
los Estados U n idos reconociera jefes militares (Máximo Gómez, ----donde se encontraban las úl­
a Cuba como estado sobera­ Antonio Maceo y Calixto Gar­timas posesiones de la Corona
no, resucitó la cuestión y un cía, principalmente)pudo man­española- hasta 1868, y sólo
año después el presidente Grant tener viva la causa de la inde­afectó a Cuba. El abogado Car­
volvió a plantear la compra de pendencia. Ias Manuel de Céspedes. al
Cuba. frente de un escaso grupo de pa­ Agotada en sí misma la revoJu+
triotas, lanzó en Yara -10 de [_a rroclamación en España de ción bw"guesa de 1868, el pro­
octubre de 1868- el grito dI.' la 1 República, por sus crisis nunciamiento de Martínez
Independencia. Desde este in~­ illt~m_as y los inconvenientes Campos en Sagunto restauraba
tante ya no habrá paz penna con que se enfrenta, tampoco la Monarquía. El inicio de las
nente en la isla. La promesa de
guerras civiles en la península
libertad para los negros hizo favorecía el desalToUo de la lu­
aumentar en gran número la cha en Cuba, pero las tensiones
fuerza de los rebeldes que, al internas en el campo rebelde no
poco tiempo, controlaban pennitían aprovechar las venta+
buena parte del Oriente cubano. jas que el desprestigio de la co­
A pesar de las nuevas ideas libe­ rrupta administración espa­
rales traídas por la Revol ución ñola de Cuba y la intolerante
de septiembre (<<La Gloriosa))), actitud del Gobierno daban a
los políticos españoles conti+ los prutidarios de la indepen­
nuaronen su poslura de intran+ dencia. La llegada de Martinez
sigencia y sin querer reconocer Campos a la Gran Antilla in­
los deseos autonomistas de clinó favorablemente para Es­
Cuba y Puerto Rko. Mientras paña la contienda, y los rebel­
tanto, la guerra discurría en un des se vieron obligados a firmar
continuo hostigamiento de las la paz de Zanjón.
partidas rebeldes, que encon+
Ante fa escasez de reformas que
traban en Oriente el terreno
la metrópoli emprendía, la gue­
apmpiado para su táctica de
rra volvió a brotar, animada
1 ucha. Pero los progresos eran
por José Martí: el 24 de febrero
escasos y no resolvían nada. La
de 1895, con el «Grito de Bai­
subida de Prim al poder pudo
re», se inicia el enfrentamiento facilitar el camino del entendi+
definitivo que proporcionará la
miento; sin embargo. la necesi+
independencia a Cuba. El 25 de
dad de una «salida honrosa»
marzo, José Martí y Máximo
frustró las negociaciones para
Gómez finnan el «Manifiesto acabar con la guerra.
ele MOnLecnsti », la llamada del
Por su parte, los yankis ya ha+ Partido Revolucionario Cu­
bian empezado a de~plegar su bano a las armas por la libertad.
política expansionista: en 1836 El 19 de mayo, en Dos Ríos,
se produce la guerra de Texas. caía Martí, pero la Revolución
Las tropas mexicanas de López que él había inspirado era in­
Santa Anna son derTotadas en contenible. Las exigencias de LI'/ó luchas Independentlltas desarrolladas
por 8ollvar, San Marlln, Sucre, P'e:[, Santa San Jacinto por los indepen­ Cánovas para una victoria rá­
Cnn, Puyrred6n 'f demh caudillos popula­
dentistas texanos, con la cola+ res, lueron mermando la extensión del Im­ pida hicieron necesario el
perio colonial de Espa';a. Que tac:urrl6 a boradón de voluntarios yankis. reemplazo de mandos: Weyler
Cuerpos Indlgenu de EJército, porladores
En 1 ~45 estalla la guerra entre --.en F/lIplnas- de este unllorme. sustituyó a Martínez Campos.
31

La guen·a. a partir de aquí, co­ por las armas. Sin embargo. a españolas y Jos diversos parti­
bró una dw-eza inusitada. un líder militar o político caído dos políticos, a excepción de los
rápidamente le sucedía otro; las republicanos de Pi Y Margall, La crueldad de la lucha encon­
posibilidades de arreglo pad­ no se mostraban partidarios de
tró eco entre la opinión pública fico eran inexistentes. ante la la autonomía V las libertades:
norteamericana. que empezó a
intransigencia de Espaiia a ne­ por el contrario, creian absolu­
mostrar sus simpatías por la gociar con los rebeldes. sin an­ tamente necesaria la intensifi­causa rebelde. Asimjsmo, la la­
tes rendir las armas. cación de las operaciones mili­
bor desarrollada por los emi­
tares para acabar con los revol­grados y refugiados políticos El 4 de noviembre de 1896 fue
tosos.
contribuía a sensibilizar al Go­ elegido presidente de los Esta­
bierno yanld y a hacerle pensar dos Unidos W. MacK.inley. La
en una posible intervención. En tolerancia y neutralidad de su 1. EL te MAINE.
abril de 1896. el Departamento predecesor, Cleveland, desapa­
de Estado hace llegar una nota recieron. A las apetencias ex· Bajo la creciente presión de los
al Gobierno de Madrid ofre­ pansionistas y los deseos de Estados Unidos, y tras la
anexión, ya señalados, se su­ciéndole sus buenos oficios. muerte de Cánovas, el Gabinete
maba el importante factor del Sagasta se decidió a conceder la La situación se agravó con la
comercio ascendente de Esta­
sublevación de Filipinas. Cá­ autonomía a Cuba y Puerto Ri­
dos Unidos con Cuba, que ha­
co, pero siempre supedjtándola novas decidió proceder como en bía quedado casi interrumpido
Cuba: envió al general Polavieja a la rendición de los rebeldes.
con la reanudación de las hosti­
para que desarrollase una gue­ Pero las fuerzas del Ejercito
lidades.
mambí sólo admitían el cese de rra sin cuartel contra los insu­
rrectos. Para confinnar esta El peligro de una posible inter­ la lucha a cambio de la inde­
vención militar norteameri­ pendencia total. Sin embargo, postura el 30 de noviembre de
1896 el jefe de la sublevación cana en Cuba se hizo más que la impaciencia yanki estaba al­
canzando cotas peligrosas: en filinina, José Rizal. era pasado evidente; pero las autoridades
A p ••• r el. l •• nu ..... s lele •• llberala. Iralel •• por la Re ... oluclOn ele .eptlambre ele 1868,10' polltico. a.pañole. continuaron an.u postura ela
InlranSlg.ncla y sin querer reconocar lo. da •• o •• utonoml •• a. de Cuba, Filipina. y Puerto Rico. Sobre a.t •• Ilna •• , Insurrecto, del primar p .. a
luch.r) Ir •• un. Una. da barrila. ela azÚcer.
32

  • Univers Univers
  • Ebooks Ebooks
  • Livres audio Livres audio
  • Presse Presse
  • Podcasts Podcasts
  • BD BD
  • Documents Documents