La voluntad estética: fuente y método de la historia de las mentalidades - article ; n°2 ; vol.30, pg 105-115
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Mélanges de la Casa de Velázquez - Année 1994 - Volume 30 - Numéro 2 - Pages 105-115
11 pages
Source : Persée ; Ministère de la jeunesse, de l’éducation nationale et de la recherche, Direction de l’enseignement supérieur, Sous-direction des bibliothèques et de la documentation.

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Publié le 01 janvier 1994
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Langue Español

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Juan Jesús López Muñoz
La voluntad estética: fuente y método de la historia de las
mentalidades
In: Mélanges de la Casa de Velázquez. Tome 30-2, 1994. pp. 105-115.
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López Muñoz Juan Jesús. La voluntad estética: fuente y método de la historia de las mentalidades. In: Mélanges de la Casa de
Velázquez. Tome 30-2, 1994. pp. 105-115.
doi : 10.3406/casa.1994.2701
http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/casa_0076-230X_1994_num_30_2_2701LA VOLUNTAD ESTÉTICA:
FUENTE Y MÉTODO DE LA HISTORIA DE LAS MENTALIDADES
Juan Jesus LOPEZ MUNOZ
Universidad de Granada
Le goût, dans sa forme consciente, mérite de fixer
l'attention de l'historien, car il propose une attitude
spirituelle devant le problème du monde.
(Lucien Febvre, Combats pour l'histoire).
Desde su constitution hace décadas, la historia social se révéla cada vez mas
como un importante campo de investigation, de amplisimos contenidos y de
permanente renovaciôn metodolôgica. Uno de sus campos aûn menos explorado,
el de la historia de las mentalidades, présenta un variadisimo abanico de
posibilidades con ricos filones de information histôrica en cada uno de ellos. En
este dominio, la historia del arte tiene un importante papel que jugar.
HISTORIA DEL ARTE E HISTORIA SOCIAL: LA HISTORICIDAD DEL
HECHO ARTISTICO
La defensa de la especificidad de las manifestaciones artisticas conduce con
frecuencia a la repuisa de la aproximaciôn histôrica, por ajena o exterior. Sin
embargo, no se puede negar lo obvio y es que la obra de arte, y con ella el resto de
manifestaciones culturales o formas de expresiôn del espiritu humano, esta situada
en el tiempo y en el espacio. Cierto es, también, que un ejercicio critico de
investigation cientifica sobre la obra de arte, sensu lato, puede realizarse ajeno al
enfoque histôrico que, en todo caso, necesita el auxilio de otras ramas (sociologia,
sicologia, estética...) para no resultar parcial; pero, igualmente, la historia del arte
si debe ser considerada la disciplina fundamental para una ciencia del arte pues,
como sostiene Otto Pâcht1, convierte el objeto de arte en obra de arte, es decir,
supera el sustrato material de la obra para localizarla como fenômeno artistico. La
1. Otto Pàcht, Historia del arte y metodologia, Madrid, Alianza Ed., 1986.
Mélanges de la Casa de Velazquez (MCV), 1994, t. XXX (2), p. 105-1 15. 1 06 JUAN JESUS LÔPEZ MUNOZ
preocupaciôn fundamental sera, entonces, la correcta aplicacion del enfoque
historico sin menoscabo de la especificidad estética del hecho artistico.
De cualquier modo, la historicidad es inhérente a la plurisignificaciôn de las
imâgenes artisticas como se recoge en la mayor parte de las corrientes
metodologicas en el estudio del hecho artistico. El materialismo historico reconoce
explicitamente dicha historicidad: «nunca una obra de arte ha nacido sin la
representation artistica del hic et nunc historico del momento présente» , puesto
que las tendencias y condiciones del momento de su genesis no pueden ser
disociadas de la forma artistica. La doctrina marxista sobre el arte defiende
fundamentalmente la conception de este como reflejo de la sociedad y, por ende,
como medio de conocimiento de la misma, asi como una funciôn social del arte,
que debe contribuir a cambiar el mundo y al hombre mismo. Plejanov expone
perfectamente sus imbricaciones sociales al afirmar que:
[...] las producciones artisticas son fenômenos o hechos nacidos de las relaciones so
ciales. Con la transformation de las relaciones sociales se transforman los gustos es-
téticos de los nombres y, consiguientemente, las producciones de los artistas3.
Hay que destacar en esta tendencia la puesta en valor de la importancia del
factor econômico-social y de la psicologia social en la evolution de la literatura y
el arte, aunque también ha generado cierto mecanicismo en sus explicaciones.
Desde la sociologia, también se apunta dicha historicidad al entender que las
formas artisticas no son solo formas vividas y definidas desde el punto de vista
ôptico, sino también, y muy fundamentalmente, son formas de expresiôn de una
cierta vision del mundo que esta socialmente determinada. Clâsicas son ya las
aportaciones en este sentido de Arnold Hauser4, quien explica los cambios
estilisticos no ûnicamente como cambios formales sino también como
consecuencias de la evoluciôn de la sociedad, y de Frederick Antal5 con sus
Vid. la introduction de Gyôrgy Lukâcs, Die Eigenart des Asthetischen, 1963. El realismo
corresponde a esta concepciôn filosôfica, considerado como método que pénétra en la comple-
jidad profunda de la realidad, método que desemboca en la teoria de lo reflejo que représenta el
filôsofo hûngaro. El problema lo aborda especificamente en Problème des realismus, Berlin,
Aufbau-Verlag, 1955 (version espafiola: Problemas del realismo, Mexico, Fondo de Cultura
Econômica, 1966), especialmente en un estudio de 1934, recogido en dicho volumen bajo el
titulo «Arte y verdad objetiva» (p. 1 1-54).
G. V. Plejanov, L 'art et la vie sociale, 1950, p. 238; version espafiola: Cartas sin direcciôn. El
arte y la vida social, Madrid, Akal, 1975. El teôrico marxista propone aqui una concepciôn utili-
taria del arte al servicio del poder politico.
Vid. principalmente Socialgeschichte der Kunst und Literatur, Munich, C.H. Beck, 1953;
version espafiola: Historia social de la literatura y el arte, Madrid, Guadarrama, 1969.
Igualmente entresacamos su conocida obra Florentine Painting and its Social Background,
Londres, Routledge & Kegan Paul, 1948; version espafiola: El mundo jlorentino y su ambiente
social, Madrid, Guadarrama, 1963. LA VOLUNTAD ESTÉTICA: FUENTE Y MÉTODO DE LA HISTORIA DE LAS MENTALIDADES 1 07
consideraciones sobre el papel de la demanda en la formation del arte, a los que
continua Pierre Francastel al demostrar vinculos indisolubles entre arte y sociedad:
[...] las obras de arte no son meros simbolos, sino objetos reaies, necesarios para la
vida de los grupos sociales [...]. Creo - afirma Francastel - que la funciôn visual ha
de ser estudiada en relaciôn con la actividad total del hombre en una época determi-
nada6;
sin embargo, rechaza cualquier semejanza del signo figurativo con el simbolo de
cualquier realidad pues, para él, el signo no reenvia a nada distinto de si mismo y
solo en si constituye el discurso figurativo. A pesar de ello, a través de la estructura
del discurso figurativo pueden expresarse conductas o valores diferentes en un
fondo comûn de simbolos que se encuentra al servicio de idéales y
grupos sociales en busca de la apropiaciôn interesada de la realidad y de su
representation.
En la materia en que nos venimos ocupando son igualmente interesantes los
aportes venidos desde la psicologia del arte. Rudolf Arnheim sostiene que:
[. . .] ya no podemos ver en lo que hace el artista una actividad autônoma, misteriosa-
mente inspirada desde lo alto, irrelacionada o irrelacionable con otras actividades hu-
manas7.
De este modo, para la escuela de la Gestalt la forma producida no es una mera
imitation objetiva de una realidad exterior ni un fruto inmaterial del intelecto; en
ella actùan ciertas fuerzas8 cuyo equilibrio permite que el objeto, la estructura
objetual, se perciba y constituya como organizaciôn signifîcante. Por ello, el arte
«ayuda al hombre a comprender el mundo y a comprenderse a si mismo [.-.]»9,
situandose en su âmbito espacio-temporal. Desde este punto de vista, las
aportaciones de la Gestalt, como vemos, han sido fecundamente inspiradoras en
otras corrientes metodolôgicas, incidiendo en una historicidad transcendente del
hecho artistico.
El enfoque antropolôgico, por orra parte, pone de relieve la importancia del
influjo de la comunidad en cuestiones que atanen a la estructura social, las
6. Pierre Francastel, Peinture et société. Naissance et destruction d'un espace plastique. De la
Renaissance au cubisme, Paris, Éditions Denôel, 1964, p. 8; version espaiiola: Pintura y
sociedad, Madrid, Câtedra, 1984, p. 12.
7. Rudolf Arnheim, Art and visual perception. A Psichology of the creative eye, Berkeley-Los
Angeles, University of California Press, 1954, p. VIII (reediciôn de 1965); version espaiiola:
Arte y percepciôn visual. Psicologia del arte creador, Madrid, Alianza Ed., 1979, p. 18.
8. Los elementos formales - en el caso pictôrico - quedan definidos, segiin Arnheim, por las
siguientes categorias: equilibrio, configuration, forma, desarrollo, espacio, luz, color, movi-
miento, tension y expresiôn.
9. Ibid., p. 374. 108 JUAN JESUS LÔPEZ MUNOZ
concepciones religiosas o cualesquiera manifestaciones del espiritu humano, como
factor a tener en cuenta en todas ellas, partiendo de una realidad concebida como
sumatoria de actos de indivi

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