Estructuras coloniales y subdesarrollo en Hispanoamérica - article ; n°1 ; vol.65, pg 145-171
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Estructuras coloniales y subdesarrollo en Hispanoamérica - article ; n°1 ; vol.65, pg 145-171

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Journal de la Société des Américanistes - Année 1978 - Volume 65 - Numéro 1 - Pages 145-171
27 pages
Source : Persée ; Ministère de la jeunesse, de l’éducation nationale et de la recherche, Direction de l’enseignement supérieur, Sous-direction des bibliothèques et de la documentation.

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Publié le 01 janvier 1978
Nombre de lectures 49
Langue Español
Poids de l'ouvrage 1 Mo

Extrait

Alvaro Jara
Estructuras coloniales y subdesarrollo en Hispanoamérica
In: Journal de la Société des Américanistes. Tome 65, 1978. pp. 145-171.
Citer ce document / Cite this document :
Jara Alvaro. Estructuras coloniales y subdesarrollo en Hispanoamérica. In: Journal de la Société des Américanistes. Tome 65,
1978. pp. 145-171.
doi : 10.3406/jsa.1978.2160
http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/jsa_0037-9174_1978_num_65_1_2160ESTRUCTURAS COLONIALES
Y SUBDESARROLLO EN HISPANOAMERICA
por Alvaro JARA
El pasado americano es compte jo, tanto рог su diversidad regional como
por su inclusion y permanencia en un sistema imperial de duración trisecular.
Se trata, sin embargo, de buscar algunas lineas générales que nos ayuden a com-
prender las peculiaridades de su desarrollo. Las reflexiones que haremos tienen
sólo un valor tentativo y son, más que nada, el fruto de muchos aňos de inves-
tigación y de busqueda de esas lineas générales. Nuestro deseo es ofrecerlas a la
discusión, someterlas al análisis de otros historiadores, poner a prueba su even
tual validez, ensayar de saber si nuestro enfoque del sistema imperial y del
sistema espaňol de colonización proporciona alguna luz para la resolución del
problema.
Creemos que es necesario trabajar en dos nivelés, es decir, manejar un doble
marco teórico y conceptual, pero sin que ello signifique, de ninguna manera,
paralizar la realidad о arrancarla a su propia dinámica. Por el contrario, estos
dos nivelés están en concordancia con la presencia en America de una nueva
sociedad creada por la implantación espaňola y encuadrada en un marco imperial.
Ningún enfoque podría olvidar esos dos elementos esenciales del problema : la
estructura de la sociedad hispano-indigena y los intereses impériales. No se trata
de dos marcos superpuestos о aislados, sino entrelazados y en reciproca inter-
acción.
Trataremos de presentar este conjunto de ideas con un cierto pormenor.
Comenzaremos por la estructura interna de la sociedad americana, para seguir
con la explicación del segundo marco teórico, la estructura imperial y los inte
reses metropolitanos. Unicamente en algunos rubros profundizaremos con
ejemplos, en otros nos remitiremos a trabajos ya publicados, buscando no alargar
demasiado esta exposición.
1. — La estructura interna de la sociedad americana
El ámbito cronológico de referencia de nuestro esquema se circunscribe al
periodo colonial, es decir, los siglos xvi, xvn y xvm.
10 SOCIÉTÉ DES AMÉRICANISTES 146
Esa sociedad hispanoamericana se caracteriza desde el comienzo рог sus
rasgos seňoriales. No tiene nada de curioso que los conquistadores espaňoles
hayan transportado y reproducido en America sus propias formas « estilo
Antiguo Régimen » adaptadas, claro esta, a las posibilidades que les ofrecia
el nuevo continente. Ese modelo seňorial ve en la posesión de la tierra su base
esencial de sustentación. La posesión de la tierra hace noble, permite ser noble
y ella représenta el sentido ideal de la riqueza. Si en la Espaňa de los siglos xvi
y xviï hay un acusado crecimiento de la nobleza y de la inversion en tierras, en
función del aumento de la nobleza, no se nos aparece extraňo un paralelismo
del fenómeno en Aniérica, en medio de sus propias y especiales potencialidades,
bien diferentes de las de la metropoli.
Más aun, el sentido senorial de la posesión de la tierra agrega un elemento
indispensable a esa posesión : la presencia de mano de obra servil. La tierra sin
nombres puede hacer un labrador, un cultivador, pero sólo las tierras con nombres
en condición servil pueden hacer un seňor.
Hasta tal punto llega esta tendencia, que, aunque las leyes no lo autorizaban,
muchos senores territoriales logran — en la práctica • — adscribir los indios a la
tierra y las chacras y haciendas asi premunidas, se arriendan y se venden con
los indios dentro, como si fueran parte de ellas 1.
En consecuencia, sociedad seňorial y también, en consecuencia, sociedad
predominantemente agraria, caracterizada рог la acumulación y polarización
de la riqueza en manos de una restringida aristocracia, desde el punto de vista
numérico.
No parece arriesgado afirmar que el 90 % de la población americana, al
fínalizar el siglo xvin, vive en zonas rurales 2. Asi los verdaderos centres urbanos
son escasos y las llamadas ciudades son más frecuentemente pequeňas aldeas.
En estas zonas urbanas, la posesión de la riqueza acusa igualmente una gran
desigualdad. La aristocracia territorial, obligada рог las disposiciones reaies
a « mantener casa abierta » en las ciudades, es el nucleo social más poderoso.
La sociedad americana présenta pues, una estratifícación social piramidal
de tipo seňorial muy acentuada, fruto de la mentalidad de los conquistadores
y también del sistema privado de las empresas de conquista. Estos elementos
resultan déterminantes en la fíjación de los rasgos prédominantes de la sociedad
hispano-indigena.
Dada la fuerza conformativa del grupo conquistador y colonizador, las insti-
tuciones impuestas en el orden material y espiritual, tienden a cubrir y jerar-
quizar desde el primer tiempo la masa indígena, y después las distintas capas
1. Remitimos a A. Jara, Lazos de dependencia personal y adscripdón de los Indios a la
tierra en la America espaňola : el caso de Chile. Caravelle 20, Toulouse, 1973.
2. Véase a titulo de ejemplo, J. E. Hardoy y C. Aranovich, Cuadro comparative de los
centras de colonización espaňola existentes en 1580 y 1638. Desarrollo Económico, vol. 7, No. 27,
1967, pp. 349-360. Hacia 1630, sólo Lima y Ciudad de Mexico aparecen calificados en el rango I,
es decir, con más de 9 500 vecinos, entiéndase vecinos espaňoles. Los más importantes centros
mineros, llegan apenas al rango II (de 500 a 4 000 vecinos espaňoles). Sin embargo, habría
que decir que en estos casos la población indígena o mestiza al рагесег no esta computada en
la clasificación, lo cual merecería una rectificación si se desean obtener cifras más globales
de población. ESTRUCTURAS COLONIALES Y SUBDESARROLLO 14?
mestizas, en la medida en que estas surgen a todo lo largo del periodo colonial.
La encomienda, concebida en teoria como una mera forma de percepción
de tributos para los espaňoles « seňores de indios » y transformada en muchos
lugares en encomienda de servicio personal, somete a la población indígena a
un régimen bastante cerrado de lazos de dependencia personal 8. Estos lazos
de dependencia personal adoptan formas más temporales y cambiantes en
instituciones compulsivas de trabajo como la mita 4 y el coatequitl 5, pero en
todas ellas se percibe una discriminación étnica, que fija en el más bajo tramo
de los valores a toda la masa indígena, dejándola en una notoria indefensión
social y económica.
Esta indefensión económica y social se traduce en un régimen de trabajo
duro y agobiador, de un lado, y del otro, en un bajo nivel de salarios, cuando
résulta posible hablar de salario, determinante de un ingreso minimo, a nivel
menos que de subsistencia, ya sea en la mineria, la agricultura o los obrajes.
La escasez y la limitación del ingreso conduce a las masas indigenas a una
casi compléta ausencia de poder adquisitivo, y por ende a indices de consumo
muy débiles.
Si la capacidad de consumo de la gran masa de la población esta limitada
y deprimida, résulta obvio que el mercado casi no existe y que la producción
de bienes de consumo carece de estimulos y no puede entrar a una fase dinámica.
Sin embargo, hay otro rubro de articulos de consumo cuya producción, cre-
cimiento y desarrollo, no han interesado mucho hasta ahora a los historiadores
económicos de la America espaňola y que presentan indices de crecimiento
importantes. Se trata, a nuestro juicio, de una desviación del consumo, en busca
de los « paraísos artificiales », búsqueda que estuvo impulsada, en el primer
momento, рог la quiebra espiritual del mundo indígena provocada рог la con-
quista espaňola, y después рог las duras condiciones del régimen de trabajo
impuesto рог los colonizadores y el bajo nivel de vida de la mayor parte de la
población, résultantes ambos de las relaciones de dependencia personal y de la
discriminación étnica 6. El fenómeno se présenta en toda la dimension americana.
Para el mundo andino, podemos mencionar principalmente la coca y la chicha
de maiz. El crecimiento de las extensiones de tierras dedicadas al cultivo de la
coca y la expansion de su consumo, en especial en los centros mineros de altura,
parece reflejar la subida casi vertical de la producción de plata. Probablemente,
si se lograra construir una curva de la de coca, creemos que esta
séria para

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