La web 2 y las identidades : reflexiones de una psicologa sobre las identidades virtuales
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Si Lacan viviera sería un fanático de internet en general y de las redes sociales en particular. La estructura de la web 2.0 es una idea muy lacaniana: cadenas, nudos, identidades, gente que construye sentido asociativamente y no linealmente.

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Publié le 28 mars 2012
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Langue Español

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La web 2 y las identidades : reflexiones de una psicologa sobre las identidades virtuales
Si Lacan viviera sería un fanático de internet en general y de las redes sociales en particular. La estructura de la web 2.0 es una idea muy lacaniana: cadenas, nudos, identidades, gente que construye sentido asociativamente y no linealmente. Sin embargo esta linea de trabajo está aún por desarrollarse. Personalmente, me entusiasma este nuevo paradigma hecho de piezas conocidas. Más de 20 años de ejercicio de la psicología clínica me ha dado material de sobra para saber que los seres humanos somos bastante predecibles aunque irrepetibles. Cuando hace unos diez años comenzaron a aparecer por la consulta pacientes afectados por una depresión reactiva producto del fracaso de una relación virtual y otros que hablaban de su adicción a internet, entendí que una nueva forma de estructurar el síntoma neurótico estaba surgiendo y que era necesario una escucha que buscara lo específico de ese malestar. Mucha agua ha corrido bajo el puente y ya no se trata de analizar lo patológico,sino que también tenemos que comenzar a plantearnos qué es ” normal” en nuestra identidad virtual y qué no lo es, aún sabiendo que la “normalidad” no es parámetro de análisis. . En ese deslizamiento de sentido que se produce a través de las diversas identidades y perfiles, ¿Podemos hablar del ordenador como un gran simulador de emociones? ¿Una relación virtual se puede considerar como una infidelidad en el caso de que se esté en pareja? ¿Qué lugar ocupan en mi ideal del yo esos 120 amigos virtuales que nunca conoceré ?¿ Importan los criterios con los que los elijo?…. Sherry Turkley , una psicóloga americana formada en psicoanálisis en Francia en los 70, ha sido la primera y casi la única que se ha interesado por estos temas. ¿Cuáles han sido sus hallazgos? Algunos ya sabidos a estas alturas ( pero no hace diez años) : por ejemplo que la forma de construir comunidades ha cambiado, que hemos avanzado hacia una cultura de la simulación, que la vida en la pantalla nos permite proyectar nuestra historia y ubicar nuestras fantasías tanto intelectuales como afectivas en un nuevo espacio.-Estamos utilizando las pantallas del ordenador para reconducir nuestra forma de pensar y de actuar. Pero Turkley va más allá y señala que la vida real es ya una ventana más en las múltiples ventanas que abrimos en nuestra identidad virtual: se trata de un “yo mismo” que juega diferentes roles en diferentes espacios y la vida real es solo uno más, sostiene. ¿Esto enriquece o enferma? Por otra parte la idea misma de lo que es un ordenador ha cambiado, desde ese “enorme calculador” de finales de los 70 a los que se accedía a través de comandos a un lenguaje creativo basado en ordenes simples que permiten conectar e interactuar, comunicar.-Un cambio importante se ha producido en los ultimos tres años desde la aparición de la red social Facebook. La importancia de “mostrarse” para ser identificado parece haber crecido enormemente; justamente era lo que se ocultaba hace unos años tras los nicks y las personalidades virtuales y ahora resulta que todos somos exhibicionistas: mostramos nuestras fotos, nuestras relaciones, nuestro día a día y nuestras emociones sin recato. ¿Es esta sociedad exhibicionista? ¿O se trata de que el ataque brutal a la subjetividad sufrido en los 90 de la mano de la “liquidez” como bandera debe ser reparado de alguna forma? No podemos dar respuestas simples a este hecho: señala un cambio, una evolución en las dinámicas de interacción social que no sabemos adonde nos conducirá. Turkley concluye que, contrariamente a las predicciones apocalípticas de algunos analistas, la vida electrónica puede conducirnos a un despliegue sistemático y sostenido de identidades- es como tener 10 trabajos simultáneos- todo encapsulado en las paredes del lenguaje, (nada menos!!! )y en la
intimidad de la pantalla y de nuestros dedos tecleando sin cesar. La amenaza de que la vida virtual desate un síndrome de múltiples personalidades debe compensarse con la oportunidad de despliegue de nuevas estrategias para demandar aquello que deseamos . La ausencia del olvido en nuestra vida virtual que hace que podamos volver a esos chats de hace cinco años con personas virtuales que a lo mejor ni recordamos y recuperarlos sin “elaboración secundaria”, puede ser un instrumento de re-elaboración de la narrativa personal y en este sentido la experiencia de la identidad virtual deviene “terapéutica” al mejor estilo freudiano porque puede ser : 1) Una forma de entender el sentido de nuestro “síntoma”, sea cual sea el área que crea malestar 2) Una “técnica” para hacer consciente lo inconsciente 3) Un nuevo espacio que busca no solo describir sino básicamente explicar.-Es una nueva forma de hacer historia. Bibliografia: Turkley Sherry: La vida en la pantalla. Paidos. 1997
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