LA UNION EUROPEA Y LA LUCHA CONTRA LA DROGA n la Europa de nuestros días, la palabra «droga» va asociada a palabras como desempleo, marginación, delincuencia o sida. Se trata de un problema que ocupa y preocupa a muchos europeos: jóvenes, padres, profesores, trabajadores sociales, médicos, policía, magistrados y responsables políticos. Es también un problema multidimensional, puesto que se plantea a todos los niveles, desde el local hasta el mundial. En este delicado ámbito de múltiples implicaciones, la principal responsabilidad recae en las autoridades locales, regionales y nacionales. Pero la Unión Europea (UE) también tiene algo que aportar, en virtud de la existencia de un espacio común sin fronteras internas que debe proteger y desarrollar. La propia diversidad de las soluciones ensayadas por los Quince muestra la necesidad de que la Unión Europea cree puentes y divulgue las soluciones más eficaces reforzando así las iniciativas aisladas. Además, el Tratado de Maastricht atribuye responsabilidades a la UE en materia de lucha contra la droga. La Unión Europea como tal comenzó la lucha contra la droga, el tráfico y la adicción, así como la coordinación de las actividades de los Estados miembros, a finales de los años ochenta. Estas acciones se han acelerado en los últimos años y deberán intensificarse en los meses y años venideros.