Lixus en el panorama religioso fenicio de occidente - article ; n°1 ; vol.166, pg 103-113

Ana Mariavasquezhoys

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Publications de l'École française de Rome - Année 1992 - Volume 166 - Numéro 1 - Pages 103-113
Lixus, Gades y otros famosos santuarios fenicios en el Mediterráneo formaron parte de un circuito económico-religioso en el que los templos eran lugares que garantizaban, protegidos por la autoridad de la divinidad, la legalidad de las transacciones, sirviendo los santuarios cercanos a los puntos muy comerciales corno parada intermedia entre el tempio principal establecido en Tiro y los establecimientos diseminados por el Mediterráneo. Su enorme importancia pudo originar, entre otros factores, la pervivencia de unos cultos semíticos en época romana republicana en Hispania, sobre todo el el área suroriental, que siempre se ha tenido corno « muy romanizada ».
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• Publié le: 01 janvier 1992
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Ana Maria Vasquez Hoys
Lixus en el panorama religioso fenicio de occidente
In: Lixus. Actes du colloque de Larache (8-11 novembre 1989). Rome : École Française de Rome, 1992. pp. 103-
113. (Publications de l'École française de Rome, 166)
Resumen
Lixus, Gades y otros famosos santuarios fenicios en el Mediterráneo formaron parte de un circuito económico-religioso en el que
los templos eran lugares que garantizaban, protegidos por la autoridad de la divinidad, la legalidad de las transacciones,
sirviendo los santuarios cercanos a los puntos muy comerciales corno parada intermedia entre el tempio principal establecido en
Tiro y los establecimientos diseminados por el Mediterráneo. Su enorme importancia pudo originar, entre otros factores, la
pervivencia de unos cultos semíticos en época romana republicana en Hispania, sobre todo el el área suroriental, que siempre
se ha tenido corno « muy romanizada ».
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Vasquez Hoys Ana Maria. Lixus en el panorama religioso fenicio de occidente. In: Lixus. Actes du colloque de Larache (8-11
novembre 1989). Rome : École Française de Rome, 1992. pp. 103-113. (Publications de l'École française de Rome, 166)
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ΑΝΑ MARIA VAZQUEZ HOYS
LIXUS EN EL PANORAMA RELIGIOSO FENICIO DE OCCIDENTE
Si existe un aspecto destacable en todas numerosos ritos, que sobreviven a pesar del
las religiones, tal vez sea la continuidad el cambio de la población, siendo raro que un
que mas sorprende cuando se habla de las santuario deje de existir.
religiones semiticas : La enorme capacidad de En este sentido, las divinidades adoradas
en Lixus supieron estar a la altura de las cir- adaptación al medio y al tiempo, de sincreti
smo y también, por que no, la admiración e cunstancias. Y debieron ir cambiando sus
interés de los hombres de muy diferentes nombres a lo largo del tiempo, manteniendo
culturas y civilizaciones, alejadas en el tiempo siempre sus caracteristicas de divinidades se-
y en el espacio, por unos cultos, tal vez extra- mitas, pero adaptadas a las nuevas circuns-
nos, pero siempre atrayentes, ligados a las tancias. Y de la misma forma que vemos a los
manifestaciones mas elementales (y mas tras- dioses masculinos asumir diferentes persona-
cendentes) de la vida del hombre, corno son lidades y transformar sus nombres, asimilan-
los misterios de la vida, de la muerte y del do las funciones de dioses nuevos, propios de
mas alla. otras culturas, también las divinidades feme-
Una de las caracteristicas del culto fenicio, ninas van evolucionando, a lo largo y ancho
la complicación del ritual, su perfección, eje- del Mediterraneo, combinando sus cualidades
cutado siempre por un sacerdote «profesio- de diosas de la Naturaleza, de la Vida, de la
nal», que acompanaba a la divinidad en sus Fecundidad y del Amor, con otras que las
viajes para asegurar la estricta observancia de hacen senoras de la Muerte, de la Guerra, del
los ritos en el nuevo santuario e instruir a sus Mar o del Comercio. Entre las divinidades
nuevos observantes, seria, sin duda, una de masculinas hay que resaltar el caso de Mel
las causas de la facilidad por la cual estos kart, el dios tirio cuyo culto extendieron los
cultos se extendieron entre las poblaciones in- fenicios por todo el Mediterraneo. Lo encon-
digenas, en medio de las cuales se celebraban. tramos segun las fuentes en la propia Grecia :
El politeismo de la Antigüedad, en general, En Eritrias (CIG 224) y Delfos (Herod. II, 44).
También en Thasos se ha encontrado una ins- facilitaba la adopción de unos cultos nuevos,
sobre todo los que impresionaban por el fasto cripción (Bonnet 1988, p. 370) y un bajorrelie-
ο lo extrano de sus ceremonias, caso de los ve de este dios semita (Blâzquez 1977, p. 3).
cultos fenicios (van Berchem 1967, p. 77). Aunque su culto aqui es discutido (van Ber
Aunque los fenicios parecen no haber asi- chem 1967, p. 88), lo afirman autores antiguos
milado las religiones extranjeras, no sucede lo corno Herodoto (II, 44) y Pausanias (V, 25,
mismo con los griegos, los romanos y otras 12), que se refieren a su introducción en la
culturas desarrolladas en las orillas del Medi isla por los fenicios y, mâs particularmente,
terraneo, cuyos panteones no han cesado de segun dice el segundo, por los Tirios. Asimis-
acoger numerosos dioses a lo largo de la his- mo, en Malta se ha encontrado una inscrip-
toria. Asi se puede explicar la permanencia de ción dedicada a Melkart (CIS I, 88 y 121), asi 104 ANA MARIA VAZQUEZ HOYS
corno dos cipos bilingues hallados en la mis- precisar el origen del dios. Arriano, teniendo
ma isla, que se fechan en el sigio II d.C. Tam- en cuenta la procedencia de los fundadores
bién en Chipre se encontre) una estatua (Bläz- del tempio, estima que el dios adorado en Ga
QUEZ 1977, p. 2 y ss.). En Roma, Vam Ber- des es el Herakles tirio, es decir, Melkart
chem afirma la presencia del culto a Hera- (Anabasis II, 16, 4). Apiano (Hisp. I, 2), Pom-
cles-Melkart basândose en el examen del r ponio Mela (III, 46) y Filostrato (Imagines II,
itual que se aplica en el culto del Ara Maxima 33) le llaman «egipeio», es decir, traduciendo
(van Berchem 1967, p. 307). la equivalencia seria el dios egipeio Khonsu
En las costas occidentales del Mediterra (van Berchem 1967, p. 89), por oposición a su
neo, los dos templos fenicios mâs famosos de- homónimo tebano. Con elio quieren indicar
dicados al culto de Heracles-Melkart fueron que no se trata del Hercules griego sino que
los de Gades y Lixus. También en el litoral es un dios «extranjero», considerado unas ve
hispano, segun Estrabon (III, 5, 5), le estaba ces corno libio y otras corno egipeio ο feni
dedicada la isla de Saltés. cio.
Se sabe que los fenicios se sentian unidos Finalmente, Eustacio, en el sigio XII de la
a sus dioses por lazos muy estrechos. Senor Era cristiana, tiene dudas sobre el origen del
de la ciudad, Baal ο Melkart no ejercia sol dios adorado en el Herakleion de Gades
amente su autoridad espiritual sobre la comu- (EUSTH. ad Dion. Per. 451 = GGM II, p. 301-
302). Esta asimilación de Herakles con Mei- nidad agrupada alrededor de su tempio, sino
que extendia su protección sobre las empre- kart la encontramos constantemente en in
sas maritimas y se instalaba con sus fieles en scripciones bilingues y entre los escritores an-
las nuevas tierras. Inscripciones de època he- tiguos también la afirman Herodoto (II, 42-
lenistica ο romana, encontradas en todo el 43) y Polibio (VII, 9,2-3). Ultimamente, por el
Mediterraneo, corno la dedicada a Afrodita examen del unico texto epigrafico fenicio-pù
Ourania de Citium, en el Pireo, de 233/2 a.Cr. nico conocido, proveniente de Gades, conoce-
(IG, II-III, 337)=Syll. 3, 280 cf. IG, II-III, mos la existencia del dios Milkashtart, tornan
4636); a Herakles de Tiro, en Délos, fechada do consistencia la hipótesis de una evolución
hacia el 150 a.Cr. (Id. 1519); a Poseidon de interna del politeismo fenicio, pudiendo ser
Beritus, también en Délos, del sigio II a.Cr. este ùltimo dios, al menos en el sigio II a.Cr.,
una expresión teocratica de la constante aso- etc. (van Berchem 1967, p. 75, n. 3) nos mues-
tran corno las colonias de comerciantes feni ciación de Astarté y Melkart (Bonnet 1988,
cios introducian el dios de su ciudad natal en p. 228).
aquellos lugares en que se instalaban para
realizar sus negocios. Esto sin perder de vista,
corno recuerda G. Bunnens (1988, p. 227), que Lixus
los fenicios son a menudo considerados corno
un bloque homogéneo e indistinto, a los que
se atribuye la fundación de establecimientos ο Entre los asentamientos fenicios en el nor-
colonias, se discute las influencias que han te de Africa, en la fachada atlàntica, sólo co-
podido ejercer en el arte y los eultos de las nocemos Mogador y Lixus, este ùltimo empla-
diferentes regiones mediterrâneas pero se zado sobre una colina, al borde de un serpen-
pierde de vista que, corno todo pueblo, el suyo teante rio Lucos que es preciso recorrer en
también esta compuesto por grupos sociales un tramo de 6 Km desde la costa para llegar
al antiguo enclave fenicio. Sus origenes se re- diferentes y, a veces, contradictorios.
Las fuentes antiguas insisten en que la di- montan a los comienzos de la colonización
vinidad adorada en el tempio de Gades era fenicia en Occidente, si se acepta la tradición
tipicamente semita y aunque algunos autores transmitida por Estrabón 3, 6, 48, ο bien es
hablan indistintamente de Hercules ο de He posterior, fecha en constante revision, trata-
rakles, corno Silio Italico, que se refiere a Ga da, entre otros lugares, en algunas ponencias
de este Symposium. Segun Tarradell, el ha- des corno la «ciudad de Hercules» y evoca su
dedicación a este dios, otros autores tratan de llazgo de cerâmicas hechas a mano, que lia- EN EL PANORAMA RELIGIOSO FENICIO 105 LIXUS
ma «de tradición neolitica», que conviven con S. Stucchi y de la trasmigración del mito ha-
otras a torno