Ciento cincuenta aniversario: Pisarro: Pintor de la libertad y patriarca del impresionismo
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Colecciones : Tiempo de historia. Año VI, n.71
Fecha de publicación : 1-oct-1980

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Publié le 01 octobre 1980
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Extrait

Ramón Sáez
102

103

distintos en el aspecto téc­
nico, estético y filosófico
para profundizar cada vez
más en las primeras sensa­
ciones. Pero siempre cabe
admitir su condición am­
plia y luminosa donde la li­
bertad se encuentra plena
mente representada. Es
cierto que al impresionismo
espontáneo de los primeros
artistas le sucede el impre­
sionismo doctrinal de los
críticos. Y como siempre
ocurre, la teoría edifica
todo un sistema con lo que
era en principio un ideal vi­
viente.
Asomados ahora a los ba­
randales del impresionismo
a través del aniversario de
Pissarro, uno de los pione­
ros más relevantes del gru­
po, vemos crecer y desarro­
llarse todavía esa fidelidad
a los orígenes que hizo ex­
clamar a Cézanne en punto
a exigenci~s; «Pissarro es,
entre todos los pintores, el
que más se acercó a la na­
turaleza •. Y tanto fue así,
que era difícil encontrar
fuera del pintor antillano
un clima tan natural para
poder señalar con justeza
un movimiento que no so­
N abril de 1874. un gru· vertirse en bautismo lumi­ lamente renovaba la visión, E po de jóvenes pintores noso del natural? La mues­ sino también la sensibilidad
independientes, entre los tra provoca el consiguiente moderna, con la cual coin­
que figuraban Pissarro, escándalo y el periodista cidían casi todos los artistas
Monet, Renoir, Sisley, Cé­ Leroy, en Charlvari, llama del grupo.
zanne, Degas, Guillaumin, irrisoriamente .impresio­
La generación impresionis­Berthe Morisol, constitui­ nistas. a los expositores,
dos en .sociedad anónima», ta, que nació entre 1830 y tomando quizá la referencia
expusieron en París sus de un cuadro de Monet titu­ 1841, consigue exaltar
obras al margen del Salón lado: «Impresión: sol na­ desde los primeros momen­
oficial. en el estudio foto­ tos la libertad por los prin­ciente.. Los expositores
gráfico de Nadar, instalado aceptaron sin inmutarse el cipios del arte por el arte,
en el bulevar de los Capuci­ calificativo y la palabra pero contando siempre con
nes. Se preparaba una el entorno vital. La sincera .impresionismo. se afirma
nueva andadura contra Jos y apasionada interpretación con el uso hasta generali­
principios convencionales zarse en otros países. de la naturaleza, como
del arte. París comenzaba a El estímulo de pintar se parte integrante de una as­
s~r una fiesta para los 'in­ piración común, se hace no­hace norma inmediata. La
surgentes del pleln alrlsme. palabra «impresionismo. tar en las palabras de Bur­
¿Hasta qué punto el bau­ ty, crítico favorable de en­avanza con sentido poco
tismo de fuego del román­ preciso. Y, según ciertos au­ tonces: .En el procedi­
tico Delacroix venía a con- tores, cobra significados miento -decía-, reprodu-
104
­

cir la amplia luz del aire li­ bración atmosférica, la vita­ describe el fenómeno sobre
bre; en el sentimiento, la ni­ aquella realidad próxima y lidad del bosquejo... Pero
tidez de la ~nsación primi­ casi desconocida: .De in­había algo más que nunca
genia». Eso era todo en tuición en intuición -ad­sería los suficientemente
principio. ponderado: la sugerencia de vierte- han llegado poco a
dejar las cosas a medio rea­ poco a descomponer la luz Llegados desde distintos
lizar para que la pintura solar en sus rayos, en sus puntos geográficos, los fu­
fuese en presencia una selva elementos, y a recompo­turos maestros del pleln air,
virgen. nerla luego en su unidad, formaban una visión estre­
por medio de la armonía Caen por entonces los pesa­mecida que hacía correr
general de las irisaciones nuevas brisas por sus cua­ dos cortinones del romanti­
que derraman sus telas» . dros. Hacia 1860 se encuen­ cismo. La representación
Hay una luz estimulante tran en la Academia Suiza académica de un tema de­
que alcanza su pleno me­de París los jóvenes Pis­ terminado entre la anéc­
diodía durante el año 1877. sarro, Cézanne y Guillau­ dota y la historia, tanto
considerado como el desa­min; mientras en el Atelier como las conveciones bur­
rrollo más homogéneo y Gleyre se nota la presencia guesas, dejan paso al • mo­
completo del imperialismo. de Monet, Renoir, Bazille y tivo», donde un árbol. un
camino, una choza, un bu­ La guerra francoprusiana Sisley, en disposición de
abrir nuevos rumbos a los levar, se convierten en pro­ dispersó en 1870 el grupo
postulados de Barbizon. tagonistas principales del de pintores cuando la téc
nica del pletn airisme co­¿Qué pretendían pintar que paisaje. La duración del
no hubiese sido pintado? En tiempo -en la que Renoir y menzaba a tomar cierta
primer lugar -yeso llega­ Monet fueron grandes consistencia. Así fue como
ría después-, el empleo de maestros- rechazan toda Manet. Degas, Renoir y Ba­
la forma abierta, la compo­ extraña sugestión. Así fue zille se incorporaron al I
sición del conjunto, la vi- como el crítico Duranty frente de batalla, muriendo
105
­

el último en el combate de
Beau-ne-Ia-Rolande. Mien­
tras tanto, Monet, Pissarro
y Sisley se refugian en Lan­
dres, donde Daubigny los
pone en contacto con el
vendedor de cuadros
Durand-Ruel, que será en lo
sucesivo mecenas y defen­
sor de la nueva tendencia.
¿QUIEN FUE
CAMILLE PISSARRO?
Si consideramos el impre­
sionismo como un puzzle de
sensaciones, y en todo caso
de sensaciones vitales, de­
bemos admitir diversas teo­
rías que parecen flotar den-
106

tro del ambiente. Disipados
los últimos resplandores del
romanticismo, aún queda
en el fervor de los incondi
cionales. ese puente de
transición que va desde Ca­
rOl al spcialista Courbet,
donde los grises y pardos
forman todavía una entidad
insobornable de vida.
Pero ante esa transición
conviene hacer un poco de
historia. Las fluctuaciones
del modo de pensar y sentir
del romanticismo configu­
ran la vida interior ahon­
dado en los sentimientos y
melancolía de las gentes.
Aun después de Delacroix,
Turner y Constable perma­
necen las líneas dominantes
de esa filosofía tentacular.
Así. a un período de tenden­
cias marcadamente oscuras
y emocionales, sucede otro
de aspecto vitalista y disi
pado. En los últimos cua
dros de Corol tienden a es­
clarecerse esas brumas que
apuntan ya a la concreción
c_~
del modelo, para encontrar
en Courbet un realismo de •
sensaciones profundas con
nostalgias románticas.
nosotros la separación total por la literatura convencio­
y aquí precisamente es nal. Una vida interior tan de la sociedad y el mundo
donde la historia de Camitle intensa, tan equilibrada y burgués, surge la el~cjón
Pissarro puede ser represen­ radical de la libertad y la tan pródiga, tiene un desa­
tada de manera coherente, rrollo más íntimo que el re propia soledad acompañada
tanto por sus múltiples re­ del artista, inspirada por un lacionado con algunos epi­
tratos personales como por sodios universalmente co­ orgullo que llega a ser hu­
sus cartas. Palabras pinta­ mano, tal vez demasiado nocidos por su singularidad
das y palabras escritas humano. ideológica. Entre ellos des
--cartas entrañables a su taca el sentido ácrata y casi Y, sin embargo, ¿hasta qué
hijo Lucien- para expresar parteísta del arte: el hecho punto recoge la pintura de
todo el carácter del clima primordial de vivir fuera Pissarro las enseñanzas del
social que se transforma a del tiempo. pasado? También·sobre este
lo largo del siglo, y que está Pero los sucesos más impor particular conviene abrir
plenamente documentado, un paréntesis biográfico. tantes en la vida de Pissarro
más que en sus cuadros, en son los que se refieren a la Nace Paul Camille - Jacob
las fotografías de sus últi Pissarro el 10 de julio de serena vocación del hombre
mos tiempos. y del artista. La misma 1830 en Santo Tomás (Pe­
Aquel rostro patriarcal mo­ construcción • doctrinal _ queñas Antillas por enton­
delado apaciblemente, sur­ del personaje, como espé­ ces danesas). ' Su padre, ju­
cimen de amplia visión con­cado por rasgos incisivos, es dio francés que dirigí,a
,templa ti va, vuela por en­el

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