Españoles en el Père Lachaise

Manuel, Izquierdo, 1913-1992

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Colecciones : Tiempo de historia. Año VI, n.61
Fecha de publicación : 1-dic-1979

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• Sociologie, société et politique

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Extrait

Españoles en el
Pere Lachaise
Manuel Izquierdo
NA mañana fria, lluviosa y harto desapacible del mes de 1'II4JI0.
iniciaba la subida a pie, por la avenida principal del cementerio U parisiense del Pere Lachaise, un viejecito de noventa y tres
años. Iba sostenido a ambos lados por dos personas. Aquella era 14
fecha en que los supervivientes españoles de los campos nazis comen­
zaban los actos para conmemorar el XXX Aniversario de su Liberación.
Al frente del cortejo abría la marcha la bandera de los convocantés. la
misma enseña que hicieron flotar entonces sobre los torreones del porta­
Ión de Mauthausen o al frente de su convoy para regresar a Francia
desde Dachau.
f'NL anciano animaba de los ' sesenta años. A la iz­ nominó a la vuelta de Rusia.
l!!I siempre a acelerar el quierda iban quedando los Que, fiel a Bonaparte en la
ritmo de los pasos y queria dar sectores del cementerio en que perdida causa de los Cien días,
seguridades de que por su per­ resaltaban aquí y allá tumbas murió fusilado después de
Waterloo. y las que en grupo sona todo iba bien. El pobre y y panteones que por su as­
hacen resaltar en las leyendas raído atuendo de aquel «indi­ pecto parecen prolongar el
poderlo material o social go­ la palabra «Espagne»: Masse­gente» y catalogado .econ6-
na, Lefebvre. También Murat, . zado en vida por los enterra­micamente débil. no hubiera
dos. O en los que la celebridad el de los mamelukos en la hecho sospechar que se tra­
resalta simplemente con la Puerta del Sol y de la batalla taba de un relevante marino.
lectura de un nombre. Tal el de Monteleón. Exactamente de don Valentfn
de Thiers. Así, un gran mauso­ Los pensamientos de unas de­Fuentes López, que había in­
leo elevado en la línea de una gresado en la Armada a los c~nas ~e ~r_s0!las en ascenso
dieciséis años, en 1899. Y que de las avenidas...l que a través siempre hacia el nordeste no
de escalinatas laterales permi­ se detenían en tales detalles de por disposición del Gobierno
te acceder a otra más baja. La sus alrededores. Ni en lo que de la República alcanzaría el
Baronesa de Strogonoff, fa­grado de contralmirante el 16 suele interesar a los visitantes
llecida en 1818, según el epita­de diciembre de 1937, del Pere Lachaise: en el origen
fio. De la misma manera que, del lugar. En tiempos remotos
ya más próximas a la ruta que había alU una propiedad lla·
CAMINO DE seguía el desfile, quedaban mada la Folie- Regnault, ad­
PEREGRINACIONES quirida en 1626 por los jesui­otras sepulturas y memoria­
les. La del mariscal Ney, la tas y a quienes perteneció El cortejo se despla~ba len­
«retaguardia del Gran ejérci­ hasta la e'Y'ulsión de la Orden tamente porque la mayoría de
sus componentes pasaban ya to», corno él mismo se autode- en 1763. Solamente después
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Bellevi1le, en la BuUe-Chau­
mont, en el Pere Lachaise.
Abierta a cañonazos la en­
trada del cementerio, se desa­
rrolló una lucha encarnizada
cuerpo a cuerpo entre las
tumbas y panteones, por cada
metro de terreno.
El contralmirante don Valen­
tín Fuentes continuaba, como
sus acompañantes, el camino
de las grandes peregrinacio­
nes. Su carrera de marino, sus
embarques en navíos de todo
tipo, desde la fragata acora­
zada .. Victoria. hasta cruce­
ros como .Extremadura. y
.República.; sus manos en los
torpederos .Número 9. y
.Número 12., en la flotilla de
destructores, en las Fuerzas
navales del Cantábrico o en la
base naval de Cartagena,
nada tenían que ver ahora. Ni
siquiera su carácter de inge­
niero geógrafo. Allí y en aquel
momento él se sentía uno de
tantos en la conmemoración y
en el recuerdo de hechos que
embargan toda la atención,
todos los sentimientos de
quienes se acercan hasta las
tapias del cementerio, la
sección de estas que es cono­
cida mundial e histórica­
mente como .Muro de los Fe­
derados •. Hasta aquí llegan
ininterrumpidamente las gen­
tes, de París y provincianos,
franceses y de todas partes del
Monumento e le ",.morle doe todol lo. "plñol •• por le UberUd en el nUlo de 183. planet~, en manifestaciones
e 1.45.
solemnes o en visitas indivi­
duales. Unos se recogen, otros
deposi tan flores y coronas, en
de 1803, en que la ciudad de o cinco mil hombres, obedien­ los alrededores se efectúan to­
París adquirió la finca, se des­ davía entierros, por la rona tes a las órdenes de Thiers y de
tinó esta a cementerio. Gallifet, se lanzan contra los tienen lugar conmemoracio­
Más bien evocaran las mentes federados, defensores de la nes, aniversarios, donde se
de quienes desfilaban la visión capital. Aunque de momento pronuncian alocuciones en
de aquellos sitios en la noche las líneas se sostienen, la pre­ tanto se inclinan las banderas.
del 27 de mayo de 1871. Era sión de los atacantes, con la ¿Puede extrañar que en el
casi el fin del empuje histórico ayuda abierta de los prusia­ curso de decenios y, más con­
comenzado el 18 de marzo con nos, se fue convirtiendo en cretamente en los últimos, las
la proclamación de laComuna ofensiva. Cayeron sucesiva­ inmediaciones del Muro se
de París y de la gran tragedia mente los distritos de la ciu­ hayan convertido también en
que abren los cañones versa­ dad. Aún el día 26 el empuje de un alto y destacado sitio de
lleses en Neuilly el 2 de abril. los versalleses era contenido evocación hispana fuera del
Este día, una fuerza de cua tro país? por la artilleria emplazada en
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LA COMUNA DE PARIS momento en que los vencedo­ que son tratadas como alima­
EXPIRO ALU res comenzaron a entrar en ñas. Ell8 de noviembre, a W1a
París. Casi tres veces más por distancia de medio año ya de
En la mañana del 28 de mayo la represión contra la Comuna la Semana sangrienta, escribe
de 1871, los ciento cuarenta y que los 12.000 muertos, por Emilio Zola sobre el aspecto
siete supervivientes de los todos conceptos, en que se de deportación que tienen las
combates en el cementerio, evalúa el costo en toda Fran­ calles de Versalles, de la ani­
hechos prisioneros por los cia y durante los dos años mación existente sólo a las
versalleses, son fusilados cumbre, de la Gran Revolu­ puertas de las prisiones y de
frente al Muro. Una larga trin­ ción del siglo XVIII . los tribunales.
chera abierta a lo largo de él Al principio de junio conti­ Algunos de los partícipes de la
recibe los cadáveres. Pero es­ nuaban aún los cumplimien­ Comuna de París y miembros
tos 147 fusilamientos no son tos de sentencias sumarias en de organizaciones populares
más que el símbolo de los el Pere Lachaise. La represión escapan vivos de las matanzas
35.000 que se calcula fueron versa Ilesa se prosigue desti­ de mayo y logran refugiarse en
las ejecuciones (1) a partir del lando odio. Se hace compare­ el extranjero. En Inglaterra,
cer ante los consejos de guerra en Suiza, en Bélgica. Hubo
(1) En d tit:mpo S~ ha generalizado ltJ también condenados a traba­a grupos y grupos de personas
cifro tÚ 35.000 vú:timas de fa Comuna de jos forzados y otros que, con­
París. Es esta máso menos la conclusión lotalu aproximados y concordantes por
mutados de la pena de muerte, tk Camille Pelleta" en 1880. Los venu­ estadisticos e historiadores en cuanto a
doru tüclararon 17,000. Si Sfl tie~ en fueron enviados a Numea, en la ~"a tú España y al periodo subsi­
cuenta la imposibilidad confesada par el guiente. la Nueva Caledonia. Entre es­
cEvming Stanlhlrd,. tÚ duir #!.1 número
La razón básica tú todas uas imposibi­ tos deportados se contó Luisa
tk caddven:s que hicieron fos versa/leses
lidades de estadísticas precisas se haDa Michel; cientos de ellos no o la sola referencia tÚ .ú Sikk. a los
en que los acontecimientos de tal natura­
/0.000 insumctos muertos en las Butte­ volvieron nunca.
leta se desarrollan fuera tú mllf'COS re­
ChautnOnt y en el nre LAchaise. se ad­
glanvntarios, oficiales y prN.Stableci­ Después del terrible golpe que mitirá que no se ha aagerado en el ba­ tWs. En muchas ocasiones se trala in­
lance aproximado IOlal. para los obreros de Parí