Mi... Tortuga , livre ebook

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2018

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¿Necesita mucho espacio? ¿Qué come? ¿Cuántos años vive? ¿Realmente es tan lenta? ¿Puedo cogerla con la mano? ¿De verdad cae en letargo? Discreta, silenciosa, arisca pero simpática. Es mi pasatiempo favorito. Es... mi tortuga.
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Date de parution

22 octobre 2018

Nombre de lectures

0

EAN13

9781644615980

Langue

Español

Poids de l'ouvrage

3 Mo

B. Tenerezza





MI... TORTUGA







EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
Traducción de Parangona, Realització Editorial, S. L.
Diseño gráfico de la cubierta de Studio Tallarini.
Fotografías de la cubierta de Massimo Millefanti, Marta Avanzi y Français/Cogis .
Fotografías del interior de Massimo Millefanti y Marta Avanzi, salvo donde se indica otra procedencia; Jacquin Andrea ( foto 1 , foto 2 ) ; Flavio Nicoletti, ( foto 1 ) ; archivo DVE ( foto 1 , foto 2 ) .
© Editorial De Vecchi, S. A. 2018
© [2018] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-64461-598-0
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
Índice

Su vida con el hombre
Tendré una tortuga
Empiezo a conocerla
Está a punto de llegar: qué necesita
¡Buen provecho!
El letargo
Su salud
Algunas especies
Su vida con el hombre

Ya existía en la época de los dinosaurios, pero evidentemente debía de estar más «acorazada» que ellos, ya que ha logrado subsistir hasta nuestros días.
Las tortugas arrastran lentamente su peso por el suelo (como los ejemplares gigantes de las Galápagos), y también sus años —algunas especies pueden superar los dos siglos de vida— o bien nadan ligeras en los estanques. Sea como sea, podemos decir que las tortugas forman parte de nuestras vidas desde siempre, aunque la desaparición de algunas especies, sobre todo en los últimos tiempos, sea debida precisamente a la acción desconsiderada del hombre, directa (captura de adultos y de huevos) o indirecta (destrucción y contaminación de su hábitat).
Los antepasados
Existían hace unos 200 millones de años, durante el Jurásico, cuando en el horizonte ya se empezaba a ver el final del larguísimo imperio de los dinosaurios. Se trataba de seres acorazados, que más tarde resultarían ser tan «perfectos» que han llegado, con pocas transformaciones, hasta nuestros días. Parece ser que sus antepasados más primitivos aparecieron en la tierra durante el Carbonífero (hace 360 millones de años): eran pequeños reptiles, de unos 50 centímetros de largo, caracterizados por un tronco grande y ligeramente comprimido, con una cola corta, muy ancha en la base y estrecha en la punta y unas patas más bien cortas. Habían evolucionado a partir de los anfibios, convirtiéndose en los primeros vertebrados adaptados a la vida en ambientes áridos. Sus huevos, a diferencia de los de los anfibios, no necesitaban ser depositados en el agua.



Fascinantes «reptiles acorazados», las tortugas de hoy en día son prácticamente iguales a las de hace 200 millones de años
La primera tortuga
Los restos fósiles más antiguos de una tortuga se remontan a 220 millones de años. Se encontraron en una zona de la actual Alemania, que por aquel entonces se trataba de una zona árida y semidesértica, con un clima seco en el que sin embargo se alternaban zonas húmedas y ricas en vegetación. Allí vivían unas grandes tortugas de agua dulce que se adaptaron a caminar en los lechos de lagos y ríos.


El aspecto de la primera tortuga, reconstruido en el dibujo superior a partir de restos fósiles, es muy parecido al de la tortuga aligator (en la foto de la izquierda)


Sus parientes marinas
Impensable criar una, y no sólo porque todas las especies estén protegidas y no se puedan capturar sinó también porque ¿cómo colocaríamos en casa un acuario con las dimensiones de una piscina grande y prepararíamos cada día comidas a base de medusas frescas? Sin embargo, las tortugas marinas merecen ser destacadas. Estos grandes viajeros transoceánicos son reptiles acuáticos en el verdadero sentido de la palabra, ya que viven siempre en el agua salada y salen sólo para poner los huevos. Sus patas anteriores se han convertido en grandes espátulas que funcionan como remos, mientras que las posteriores, cortas y poco desarrolladas, las utilizan como timones.
¿Tortugas de tierra o acuáticas?
Meticulosos como siempre, los ingleses disponen de más de un término para definir a las tortugas que viven en ambientes distintos: de hecho, llaman turtle a la tortuga marina, tortoise a la terrestre y terrapin a la de agua dulce. Los italianos, a su vez, llaman tartaruga a la tortuga acuática y testuggine a la terrestre; los españoles, en cambio, nos limitamos al nombre de tortuga y para diferenciarlas decimos que son «de tierra» o «acuáticas».
Una curiosidad sobre el término latino tartaruchum a partir del cual ha nacido nuestra tortuga: quiere decir demonio, hecho que explica la causa por la que, durante muchos siglos, estos reptiles han sido considerados la encarnación de espíritus malignos.


Una familia numerosa

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