El hilo rojo
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Resumen
El poeta vasco Gabriel Celaya convirtió en imagen literaria el argumento de una leyenda oriental de tradición milenaria, según la cual todos los seres humanos destinados a estar unidos por un vínculo afectivo especial e intenso permanecen desde siempre ligados por un hilo rojo, una hebra que se estira y encoge pero nunca se rompe, ni siquiera después de la muerte. Según esta leyenda, a través del hilo rojo podemos identificarnos con seres ya desaparecidos y que no conocimos en vida, con algunos que tratamos escasamente o con otros a los que sólo nos ha unido la relación con personas interpuestas. El hilo rojo es una preciosa metáfora de la historia como bien recibido, del interés compartido y de la unión en los sentimientos. El hilo rojo traspasa la historia de nuestra sociedad. Yo lo he recibido de mis mentores, compañeros y amigos en la profesión, y lo he sentido desde mis primeros pasos en la pediatría...

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Publié le 01 janvier 2004
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Langue Español

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bol sccalp 189 6.0 21/10/04 10:42 Página 129
BOL PEDIATR 2004; 44: 129-130
Editorial
El hilo rojo
V. MARTÍNEZ SUÁREZ
Presidente de la SCCALP
El poeta vasco Gabriel Celaya convirtió en imagen lite- de nuestra profesión. Pero esto no quiere decir que la
raria el argumento de una leyenda oriental de tradición pediatría haya variado sus fines, ni siquiera sus procedi-
milenaria, según la cual todos los seres humanos desti- mientos. Los medios pueden ser otros, pero el bienestar y
nados a estar unidos por un vínculo afectivo especial e la salud del niño siguen siendo el centro de nuestro que-
intenso permanecen desde siempre ligados por un hilo hacer, el impulso que ha de mover todos nuestros esfuer-
rojo, una hebra que se estira y encoge pero nunca se rompe, zos profesionales. Y en ejercitarla con precisión, con serie-
ni siquiera después de la muerte. Según esta leyenda, a dad y con rigor va a residir nuestra jerarquía científica.
través del hilo rojo podemos identificarnos con seres ya En este tiempo la pediatría se ha desarrollado como
desaparecidos y que no conocimos en vida, con algunos una especialidad con dos ámbitos de trabajo diferentes,
que tratamos escasamente o con otros a los que sólo nos con exigencias y recursos distintos. Ciertamente, los pedia-
ha unido la relación con personas interpuestas. El hilo rojo tras de Atención Primaria han podido demostrar gran
es una preciosa metáfora de la historia como bien recibi- inquietud y una gran decisión de adaptar su actividad a
do, del interés compartido y de la unión en los senti- cada momento, constituyendo a veces grupos de trabajo
mientos. El hilo rojo traspasa la historia de nuestra socie- pujantes y notables. En igual medida, desde su vertien-
dad. Yo lo he recibido de mis mentores, compañeros y ami- te más técnica y especializada, la pediatría hospitalaria
gos en la profesión, y lo he sentido desde mis primeros ha realizado un denodado empeño de renovación y actua-
pasos en la pediatría. lización, aportando el apoyo necesario ante situaciones
Este primer editorial, por tanto, tiene que evocar a de incapacidad asistencial de la medicina ambulatoria.
aquellos hombres de inteligencia y voluntad que echaron Los pediatras configuramos así una sola especialidad con
a correr por el mundo esta institución, y a los que duran- dos facetas profundamente relacionadas y complemen-
te los pasados casi ya 50 años han mantenido y mantie- tarias. Una especialidad –la única especialidad médica–
nen la esencia de una sociedad con un objetivo primera- con dos niveles asistenciales, todavía mal relacionados
mente científico, pero con una clara y determinante voca- pero que deben avanzar hacia el trabajo en común. Pre-
ción de amistad. Ellos todo lo pensaron, lo previeron todo, cisamente en esta condición reside nuestro mayor poten-
en todo nos dieron la pauta a seguir y nos trazaron el cami- cial, todavía sin fructificar. Y recordarlo ahora tiene un
no. Con la exigencia de su recuerdo y la referencia de su sentido muy preciso: en la medida en que la pediatría se
estilo asumimos esta hermosa responsabilidad. integre en una labor asistencial y de formación, de inves-
Las circunstancias de aquellos años fundacionales y tigación y desarrollo profesional podrán ser sobrepasa-
de hoy no son las mismas: nuestra forma de trabajar ha das las barreras burocráticas y organizativas bajo las que
cambiado, las necesidades que la sociedad demanda han ahora nacen desilusiones, choques, desconfianza y, en el
cambiado también, lo mismo que la propia organización fondo, ineficacia. No se trata de facilitar una mera rela-
BOLETÍN DE LA SOCIEDAD DE PEDIATRÍA DE ASTURIAS, CANTABRIA, CASTILLA Y LEÓN 129bol sccalp 189 6.0 21/10/04 10:42 Página 130
El hilo rojo
ción entre niveles, sino de buscar una verdadera –e inex- Como expansión íntima y final de estas palabras quiero
cusable– integración de la pediatría. No se trata de dejar- reiterar mi agradecimiento a quienes, siendo parte de la can-
nos llevar por una corriente de acontecimientos que gira didatura que presidí, han compartido mis inquietudes e ilu-
sobre sí misma, sino que cada uno y todos juntos enten- siones. La oportunidad, les digo, es de enriquecer nuestro
damos la responsabilidad de llevar a la categoría de impe- bagaje vital, de recibir y transmitir el eco de una asociación
rativo ético la continua elevación de la pediatría hacia un con una carga histórica que es la de nuestra profesión, su
nivel superior. contenido, su sentido y sus personas.
130 VOL. 44 Nº 189, 2004

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