Las torres medievales del Campo de Caravaca (Murcia) - article ; n°1 ; vol.32, pg 263-285
24 pages
Español

Las torres medievales del Campo de Caravaca (Murcia) - article ; n°1 ; vol.32, pg 263-285

Le téléchargement nécessite un accès à la bibliothèque YouScribe
Tout savoir sur nos offres
24 pages
Español
Le téléchargement nécessite un accès à la bibliothèque YouScribe
Tout savoir sur nos offres

Description

Mélanges de la Casa de Velázquez - Année 1996 - Volume 32 - Numéro 1 - Pages 263-285
23 pages
Source : Persée ; Ministère de la jeunesse, de l’éducation nationale et de la recherche, Direction de l’enseignement supérieur, Sous-direction des bibliothèques et de la documentation.

Informations

Publié par
Publié le 01 janvier 1996
Nombre de lectures 51
Langue Español
Poids de l'ouvrage 2 Mo

Extrait

Sr. Indalecio Pozo Martínez
Las torres medievales del Campo de Caravaca (Murcia)
In: Mélanges de la Casa de Velázquez. Tome 32-1, 1996. pp. 263-285.
Citer ce document / Cite this document :
Pozo Martínez Indalecio. Las torres medievales del Campo de Caravaca (Murcia). In: Mélanges de la Casa de Velázquez.
Tome 32-1, 1996. pp. 263-285.
doi : 10.3406/casa.1996.2768
http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/casa_0076-230X_1996_num_32_1_2768Las torres médiévales del
Campo de Caravaca (Murcia)
Indalecio Pozo Martinez
Murcia
Uno de los elementos arquitectonicos representatives del paisaje de campo y huerta de
Caravaca — si bien es cierto que ayer mas que hoy — lo constituyen las torres, denomina
tion asignada normalmente en relation a su apariencia externa. A pesar de no ser todas
iguales ni responder a una misma funcion o periodo historico, su parecido formal ha ser-
vido en algunas ocasiones para dotar de nombre a diferentes haciendas o pagos rurales. Un
reducido numéro de estas torres fueron construidas a lo largo de la Edad Media atendiendo
a diferentes criterios de carâcter militar, econômico y social.
Las torres vigia. Propuesta de dataciôn.
Estas construcciones tenian una funcion exclusiva de reconocimiento y control del terri-
torio. Por ello se encuentran localizadas en las inmediaciones de las vias de comunicaciôn
con Lorca y el reino de Granada, lugares por donde se produefan las incursiones musul-
manas que ponfan en peligro a las villas del noroeste murciano1. Las noticias sobre alga-
ras o proyeetos inconclusos de entradas en la zona de Caravaca son constantes en la
documentaciôn de la Baja Edad Media, habiendo sido reflejadas certeramente por J. Torres
Fontes en numerosas publicaciones que séria prolijo relatar aqui. También han merecido
la atenciôn de algunos cronistas y eruditos de los siglos xvii-xix, aunque con apreciables
errores y no exentas de confusiones en cuanto a las fechas y los personajes. La incursion y
pérdida de Bullas en 1285 motive, entre otras causas, que Sancho IV despojara a los tem-
1 No conocemos ninguna torre vigia del periodo islâmico. La denominada Cueva del Rey Mow, localizada
en el vado del rîo Quipar a la altura del Estrecho de la Encarnaciôn, en el camino de Caravaca a Lorca, no es
exactamente una torre, se trata de una oquedad natural que fue aprovechada y cerrada por un lienzo de tapial
almenado con un acceso adintelado. En su interior se aprecian restos de un forjado constituido por rollizos y
una pequena cisterna en forma de bafiera de 0,50 m de profundidad excavada en la roca. No existen restos cerâ-
micos, por lo que résulta imposible establecer una cronologfa. Su ubicacion dentro del «Estrecho» excluye una
funcion de reconocimiento visual del territorio, mas bien debia ejercer labores de control de personas, ganados
y mercanefas, quizàs a efectos tributarios. Existen varias fotos publicadas de la citada cueva, por ejemplo, en
la portada de la obra de G. Sanchez Romero, El campo de Caravaca (Murcia). Bases histôricas, Caravaca,
1987. INDALECIO POZO MARTINEZ 264
pianos de su bailïa de Caravaca y la incorporase a la Corona2. Otra cabalgada que tuvo
sérias repercusiones, y de la que todavia se lamentaban los historiadores locales del xix
por ser la causa, segûn decian, de la pérdida del Archivo Municipal, fue la de 13923,
emprendida por el sultan nasri Muhammad VII, relatada por los cronistas Gil Gonzalez4 y
el padre Cuenca, este ultimo de manera exagerada5.
Generalmente, las incursiones se realizaban atravesando los llanos del campo de Cara
vaca para llegar hasta Calasparra y la vega media del Segura. Asi, por ejemplo, la famosa
incursion del sultan Abû-1-Hassân a Cieza, en la Semana Santa de 1477, de la que infor-
maba dias después Pedro Fajardo, adelantado del reino de Murcia, al rey Juan II de Ara
gon6; o la cabalgada de 1434 hasta Calasparra, y la consiguiente respuesta que dieron los
aguerridos caballeros Garci Lopez de Cardenas, comendador de Caravaca, y Martin Fer-
2 El 14 de enero de 1286, Sancho IV incorporaba Caravaca a la corona y le concedia el fuero de Alcaraz, cf.
J. de Robles Corbalân, Historia del Mysterioso Aparecimiento de la Santisima Cruz de Caravaca, e innu-
merables milagros que Dios N. S. ha obrado y obra por su deuociôn, Madrid, 1619, lib. I, cap. xx, fos -J2v°-J2v°.
3 El erudito local M. de Cuenca Fernândez-Pinero afirma que la entrada fue realizada en 1393 por Mahomat,
rey de Granada. En cambio, R. Arié, citando la Cronica de Enrique III, situa la incursion en 1 392, atribuyéndola
igualmente a Muhammad VII, cf. Rachel Arié, L'Espagne musulmane au temps des Nasrides (1232-1492),
Paris, De Boccard, 1990, p. 122. La obra del presbitero Cuenca tiene un titulo verdaderamente rimbombante:
Historia Sagrada de el compendio de las ocho maravillas del mundo, del non plus ultra de la admiraciôn y de el
pasmo. De el emporio, donde se hallan los portentos mas singulares: de un lignum-crucis, que se comporte de
cuatro brazos: de la quinta esencia y mas principales partes del Sacrosanto modem y dulce leno, en que muriô
el Rey de los Cielos y de la Tierra, y el segundo Adan, nuestro redentor Jesucristo: de la Santisima Cruz de Carav
aca, Madrid, 1722, p. 305. Existe una reimpresiôn bajo el titulo Historia Sagrada de la Cruz de Cara
vaca, Caravaca, 1891.
4 «[...] los reyes de Castilla y Granada tenian assentadas pazes, mas despreciando Mahomat estos tratados,
entro con setecientos caualleros moros, y très mil infantes por el reyno de Murcia, talando los campos; hizieron
presa de ganados, y otras cosas, y dezian que los lleuauan por danos recebidos de los nuestros. Llegaron a la villa
de Arauaca [Caravaca], y le pusieron fuego, y quedo abrasada toda, excepto el Castillo donde se saluo la gente,
defendiendole con mucho valor y esfuerço. Mas Alonso Yafiez Faxardo, adelantado del reyno de Murcia, despues
de auerse encomendado de todo su coraçon a Dios, y a nuestra Senora de las Huertas, salio contra ellos con vn
mediano numéro de caualleros, y peones de las ciudades de Murcia, y Lorca, y peleo con los moros junto al puerto
de Nogalete [Nogalte], con tanto valor que los vencio, quedando la mayor parte degollados, y cautiuos, libres de
la ira de su espada, dexando por aquellos campos la presa en manos del vencedor, se pusieron con la fuga con gran
presteza en Granada [...]» {Historia de la vida y hechos del rey Don Henrique Tercero de Castilla, Madrid, 1 638,
cap. xxix, pp. 56-57)-
5 «[...] el ano de 1393, Mahomat rey de Granada entré con numeroso ejercito por este reino de Murcia
haciendo muchos danos y hostilidades: llegô a Caravaca, villa entonces muy populosa: pusola fuego por muchas
partes, haciendo horrorosos estragos en ella tan continuado incendio de suerte que la dejô casi despoblada de el
todo; y quemô las escrituras y papeles de el archivo de esta villa: retirâronse los vecinos al castillo, donde se
defendieron valerosamente por algunos dias que durô el cerco» (Cuenca, op. cit., p. 305).
6 «[...] el rey de Granada [...] acordô de venir con todo su poder, do troxo quatro mil de cauallo e treynta
mil peones, e el sabado de Pascua que agora pasô, él entro por el termino de Caravaca, tierra inhabitable y
muy yerma, e diose tan gran priesa e recabdo en el caminar que Domingo de Pascua por la manyana llegô a
un lugar que se llama Cieça, de la Orden de Santiago, sin ningûn muro ni casa fuerte, e antes que fuessen sen-
tidos, tomaron toda la gente cautiva, e quemaron todo el lugar, a do fïzieron grandisimas crueldades, porque
mataron passados de ochenta personas entre hombres, mujeres e ninos [...]», carta de 26 de abril de 1477
(J. Torres Fontes, Don Pedro Fajardo, adelantado mayor del reino de Murcia, Madrid, 1953, pp. 152-153,
y J. Zurita, Anales de la Corona de Aragon, A. Canellas Lôpez (éd.), Zaragoza, Instituciôn Fernando el
Catôlico, 1970, lib. V, p. 674). LAS TORRES MEDIEVALES DEL CAMPO DE CARAVACA (MURCIA) 265
nândez Pinero, alcaide de Lorca, en el puerto del Conejo7. Segun parece, el llano de Cara
vaca también fue la via que utilize Alfonso I el Batallador a su regreso de al-Andalus, tras
la fulgurante campana de 1 1268. En otras ocasiones, la entrada se producia por la zona de
Campo Coy, cortijada limitrofe entre los términos de Caravaca y Lorca, dirigiéndose a tra-
vés de las canadas. El 10 de agosto de 1384 el concejo de comunicaba al de Lorca
la concentration de 700 caballeros en Vêlez y 600 en Huéscar, que se preparaban en la
frontera con la intention de pasar a Aragon, indicândole que una de las entradas posibles
podfa ser quizâs por Campo Coy9. El paso era bastante sencillo y râpido cuando se utili-
zaba el llano, en poco tiempo se podfa llegar a las proximidades de Caravaca. Para ello, el
camino real de Granada era la via mas adecuada puesto que llegaba directamente hasta la
puerta principal de la villa: transcurrîa en paralelo a la rambla de Tarragoya, los Royos y
los confines del Castillo de Celda10 (lâm. I) donde se dividia en dos, un tramo

  • Univers Univers
  • Ebooks Ebooks
  • Livres audio Livres audio
  • Presse Presse
  • Podcasts Podcasts
  • BD BD
  • Documents Documents