<3cxm.ez CaírjíílloE.demi-vidtíuLibro5? tüfimoyJyAMiseriadeMa^dEDICIOK ESPECIAL PARAAVENIDA DE MAYO 638BUENOS AIRESlaMiseriadeMadrid.Carrillocompletas de GómezObrasMundo Latino, Madrid)(EditorialMujeres.—El Libro de lasI.II.—Jerusalén.—La Vida Errante.III,— de Europa.IV. Vistas— Inmorales.Tres NovelasV.— Primer Libro de las 'Crónicas.VI. Elgalante.VII.—El Japón Heroico y—Flores de Penitencia.VIII.Literaturas Exóticas.IX.—del Alma ("TreintaX.—El DespertarAños de mi Vida").'Cos^miopolitas.XI.— Primeros ES'tudio.s*Pierrot la Moda.XII.— yla Esfinge.XIII.—La Sonrisa deCrónicas.XIV.—Segundo Libro de lasLa Grecia Eterna.XV.—("Treinta AñosXVI.—En Plena Bohemiade mi Vida").XVII.—Campos de Batalla.Crónicas.XVIII.—Tercer Libro de lasXIX.—El Encanto de Buenos Aires.XX. Cuarto Libro de las Crónicas.—XXI.—En las Trincheras.XXII.—Quinto Libro de las Crónicas.XXIII.—En el Corazón de la Tragedia.XIV.—La Gesta de la Legión.Etcétera..GariíEoE.Gc53n.ezdemi-vidUx^Libro¿? t) tüiimoPARAEDICIÓN ESPECIALvj^ccjvroAVENIDA DE MAYO 638BUENOS AIRESMCMXXIEs propiedad dtl autor- BUSNOS AlRBBIMP. SCHBNONB HNOS. T LINARI PASCO 78Í,MELLERA RAQUELcomencé memorias, seis años ha, miCuando estasvida sentimental parecíame terminada para siempre.joven. Pero mi alma tenía cien añosMi cuerpo estabael recuerdo melancólico de las horas pasadasy sólo enhallaba solaz sosiego.yque había comenzado tan triste comoUn día, un díatodos mis otros días que acabó lleno ...
<3cxm.ez CaírjíílloE.
demi-vidtíu
Libro5? tüfimoy
JyAMiseriadeMa^d
EDICIOK ESPECIAL PARA
AVENIDA DE MAYO 638
BUENOS AIRESlaMiseriadeMadrid.
Carrillocompletas de GómezObras
Mundo Latino, Madrid)(Editorial
Mujeres.—El Libro de lasI.
II.—Jerusalén.
—La Vida Errante.III,
— de Europa.IV. Vistas
— Inmorales.Tres NovelasV.
— Primer Libro de las 'Crónicas.VI. El
galante.VII.—El Japón Heroico y
—Flores de Penitencia.VIII.
Literaturas Exóticas.IX.—
del Alma ("TreintaX.—El Despertar
Años de mi Vida").
'Cos^miopolitas.XI.— Primeros ES'tudio.s*
Pierrot la Moda.XII.— y
la Esfinge.XIII.—La Sonrisa de
Crónicas.XIV.—Segundo Libro de las
La Grecia Eterna.XV.—
("Treinta AñosXVI.—En Plena Bohemia
de mi Vida").
XVII.—Campos de Batalla.
Crónicas.XVIII.—Tercer Libro de las
XIX.—El Encanto de Buenos Aires.
XX. Cuarto Libro de las Crónicas.—
XXI.—En las Trincheras.
XXII.—Quinto Libro de las Crónicas.
XXIII.—En el Corazón de la Tragedia.
XIV.—La Gesta de la Legión.
Etcétera.
.GariíEoE.Gc53n.ez
demi-vidUx^
Libro¿? t) tüiimo
PARAEDICIÓN ESPECIAL
vj^ccjvro
AVENIDA DE MAYO 638
BUENOS AIRES
MCMXXIEs propiedad dtl autor
- BUSNOS AlRBBIMP. SCHBNONB HNOS. T LINARI PASCO 78Í,MELLERA RAQUEL
comencé memorias, seis años ha, miCuando estas
vida sentimental parecíame terminada para siempre.
joven. Pero mi alma tenía cien añosMi cuerpo estaba
el recuerdo melancólico de las horas pasadasy sólo en
hallaba solaz sosiego.y
que había comenzado tan triste comoUn día, un día
todos mis otros días que acabó lleno de resplandoresy
esperanza, día sublime, encontré en mi carde un te
mino.
¿Te acuerdas?
Fué la realización del milagro soñado por Quinet.
Mi caballo de cristiano errante, cansado de correr por
el mundo en pos de vanas quimeras, no quiso, desde
aquel minuto, alejarse de tu puerta. Tú te llamabas
Raquel, lo mismo que novia Ashaverus. Tú, conla de
tu alma triste (pura, eras la única imujer capaz dey
devolverme dellas ilusiones, de salvarme del infierno
desencanto, llenarme el pecho de bienavenituranzade
activa.
—¡Por el amor del Amor!—te dije.
Tú me abriste tus brazos fervorosos. Y entonces el
pasado, la memoria, el recuerdo, murieron en mí.y y
¿Qué me importaban, a partir de tu advenimiento, los
años que había vivido antes?... No eran siquiera
míos...E. GÓMEZ CABBILLO6
magnífica, ar-Mi vida verdadera comenzó en tí,
feliz. continúa. . .diente, clara, Y en tí
pongo fin a misAsí, Raquel, con este tercer tomo,
apenas iniciadas, porque^ verldacHeramente,memorias
si quisieraya no recuerdo lo que fué mi existencia y
más, tendría que inventar...contar
Tu marido que te adora.
Enbique.
Aires, 1.° de enero de 1921.Buenos.
f
A MADRID.LA LLEGADA
¡Cómo recuerdo aquella noche de diciembre
de 1 1 en que llegué a Madrid, después de un89
viaje terriblemente íargo horriblemente triste!. .y
la estación, tétrica sucia, diez o doce intérpre-En y
al verme compañía mujer ele-tes que, en de una
gante al oirme hablar en francés, me tomarony
por un rico extranjero, disputáronse el honor de
apoderarse de mi equipaje de conducirme a susy
hoteles. La suerte, la mala suerte, me hizo acep-
tar los servicios de un viejo de aire eclesiástico,
quien, con pocas palabras, logró convencerme de
que en ninguna parte estaría mejor "madame" que
en el Bristol, en plena Puerta del en la esquinaSol,
la delde calle Arenal.
—Lo que no quiero—le dije con humilde fran-
queza— pagar caro.es
—Por diez pesetas cada uno, cuatro duros los
dos—contestóme , estarán los prín-señores como—
cipes.8 E. GÓMEZ CAEEILLO
calculé en el acto que teniendo, como creíaYo
mensuales, no me era posibletener, 500 francos
Pero acepté conemplear 20 diarios en la fonda.
en-carácter provisorio aquellas condiciones que
parecían suntuosas, pensando en buscar,tonces me
huéspedesantes del fin de la semana una casa de
melancólicabuena, bonita barata. Y con el almay
enconvenía mi situación de exilé, instálemeque a
estancia balcones dominaban eluna amplia cuyos
Mi estadotumulto de la gran plaza madrileña.
de ánimo, muy sinceramente amargo, no me per-
darme cuenta de la alegría populachera, sen-mitía
chillona, elevaba aquellacilla, clara, que se de
multitud a aquella hora tibia lunar. La únicay
imagen que desde mi ventana descubría en el es-
mi hotelito tallerpacio era la de de París con su
ade modistas enfrente sus viejos techos negrosy
lio lejos... Un profundo suspiro escapóse de mi
crispada.boca
tienes? acercándose—¿Qué preguntóme Alice—
a mí estrechándome con ternura las manos.y
Luego, creyendo que podía consolarme como a
recogi-un niño, se puso a edificar, con materiales
dos en confidencias mías, un edificio espléndido de
triunfos futuros.
Esto grande—decíame señalando la multi-— es
plaza cualtud que llenaba la , esto es tan grande—
París... ¡Qué digo!... En París, a estas horas,
•no hay igual animación en ninguna parte. . . Y ésta
tu patria, raza, de tues ésta es la capital de tu