ADIOS INTESTINO IRRITABLE PDF GRATIS

Jack Palmer

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• Síndrome de intestino irritable

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• Publié par: adios-intestino-irritable-pdf
• Publié le: 19 mai 2017
• Nombre de lectures: 31
• Langue: Español
• Poids de l'ouvrage: 1 Mo

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Reporte Adiós Intestino Irritable

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Reporte Adiós Intestino Irritable

Estimado amigo...

Me llamo Jack Palmer y recientemente publiqué el libro electrónico"Adiós Intestino Irritable™".

Si bien conocía el hecho de que iba a ser un tema muy demandado porque llevo años investigando en ello, excedió mi imaginación la aceptación que viene teniendo este libro electrónico.

El interés demostrado por"Adiós Intestino Irritable™"no hace más que corroborar la innumerable cantidad de personas que sufren uno de los trastornos orgánicos más extendidos en nuestra época moderna: el síndrome del intestino irritable (SII o IBS, su sigla en inglés).

Un síndrome al que también se lo conoce como neurosis intestinal, colitis funcional o síndrome de colon irritable. Por mi parte prefiero emplear la denominación síndrome del intestino irritable porque es la más abarcadora y precisa de todas.

El intestino se extiende desde el estómago hasta el ano, incluyendo el intestino delgado (el duodeno, el yeyuno y el íleon) y el intestino grueso (compuesto por el ciego, el colon y el recto).

Hecha la aclaración vayamos a los síntomas con los que suele cursar el síndrome del intestino irritable, que no son pocos.

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Reporte Adiós

Intestino Irritable

Algunos de los siguientes trastornos pueden sufrirse,

con una mayor o menor intensidad:

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La hinchazón o distensión abdominal, localizada en su parte baja.

Las flatulencias.

Los eructos repetidos.

La acidez estomacal.

Los calambres y los espasmos.

Los dolores estomacales.

La diarrea y/o el estreñimiento.

La evacuación incompleta.

Heces con moco.

Sensación al comer de rápida saciedad.

Dolor de cabeza.

Malestar y abatimiento general.

Estas manifestaciones no pasan desapercibidas para quienes padecen este trastorno, que por cierto logran poner a cualquiera de pésimo humor.

Y no es para menos, ¿quién no se pondría molesto al padecer en forma frecuente de dolencias semejantes?

Peor aún es cuando se empiezan a sufrir las consecuencias porque se han tomado drogas para aliviar el malestar. Si el síndrome del intestino irritable se repite con frecuencia, no es extraño que muchas personas busquen alivio con el uso reiterado de medicamentos, que por desgracia, seguramente muy pronto

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Reporte Adiós Intestino Irritable

provocaran otros disturbios, tales como:

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La ansiedad.

El desgano.

La depresión.

El insomnio.

La falta de libido o deseo sexual.

Las frecuentes jaquecas.

Las hemorroides.

Con"Adiós Intestino Irritable™"me siento dichoso de poder brindar mis conocimientos para poder ayudar a otros, de manera natural y eficaz.

De hecho, puedo sentirme orgulloso de poder ser útil a mis lectores. Aunque también debo confesar que en primer lugar he sido útil a mí mismo.

¿Por qué siento que el libro electrónico"Adiós Intestino Irritable™"me provoca una satisfacción muy especial?

Ni más ni menos que porque"Adiós Intestino Irritable™"ha venido a coronar el fruto de mis profundas investigaciones sobre el tema. Y me voy a tomar el atrevimiento de llevar esta alocución al plano personal, para que se entienda mi denodado esfuerzo por encontrar un alivio e incluso una cura para este problema.

En mi rol de nutricionista y especialista en terapias alternativas puedo decir que el síndrome del intestino irritable está entre los temas de mi incumbencia.

Pero,

como

ya

lo

expresé

en

otras

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oportunidades, el síndrome del intestino irritable ha sido un problema que desde chico me ha tocado muy de cerca.

Mi madre sufrió este trastorno funcional gastro-intestinal durante largos años y fui testigo de su desazón.

Por mucho que quisiera compartir mis juegos y acompañarme en mi educación, con frecuencia no podía evitar mostrarse desganada e irritada por el problema que la aquejaba.

Puedo asegurar que mi madre fue la que dio el puntapié inicial experimentar soluciones que la llevasen a poder dominar este síndrome.

para

Ni bien maduré y me interesé por la alimentación y sus consecuencias en la salud de las personas, no pude menos que indagar y discurrir tanto en conocimientos teóricos como en las propias experiencias de quienes han soportado por años el síndrome del intestino irritable.

Me interesó abordar los trastornos del síndrome del intestino irritable considerando a la persona como un todo integrado, aunque sin descuidar ninguna de sus partes: el cuerpo, la mente y el alma.

Por ello, decidí volcar el fruto de mis investigaciones en un libro que pudiera prestar un servicio a mis semejantes. Reuní muchísima información proveniente de distintas partes del mundo, la contrasté con la experiencia y la compaginé de manera clara y amena, como para que el mensaje pudiera llegar sin inconvenientes a cada uno de mis lectores.

Si bien es una publicación masiva, estoy en condiciones de afirmar que se dirige a cada persona en particular. Paso a paso he gestado un libro electrónico que resulta de indiscutible provecho, fácil de entender y de llevar a la práctica desde

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el principio hasta el punto final. Si quiere conocerlo ahora mismo, puede ingresar en este enlace:

>> AdiosIntestinoIrritable.com <<

La verdad es que por más que el tema me interesó por causas particulares, no hubiese sido entusiasta de darlo a conocer si no hubiese notado, a través de reiteradas consultas, de que era necesario para una innumerable cantidad de personas.

Lamentablemente, el síndrome del intestino irritable aqueja a buena parte de la población. No discrimina etnia, sexo, edad, condición social. Y contrariamente a

lo que podría pensarse, el síndrome del intestino irritable no es una afección que haya ido disminuyendo en los tiempos que corren.

El síndrome del intestino irritable se ha hecho cada vez más frecuente. Tanto la alimentación deficiente que puede llegar a provocar gastroenteritis como el estrés (tensión física y/o emocional), saltan a la vista como las causas más generalizadas.

Con mucha indignación debo decir que algo tan simple y natural como la alimentación se ha ido menoscabando a través del tiempo, casi inversamente proporcional al confort que supone que debería traer aparejado la vida moderna.

El ser humano forma parte de lo que se conoce como cadena trófica, formada por varios eslabones donde están presentes todos los seres vivientes.

La nutrición de todos los seres vivientes resulta un acto natural, armónico al entorno

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en que se vive. Pero, ¿qué ha sucedido a lo largo de la historia?

Lo que ha pasado es que el proceso de alimentación del ser humano, ese eslabón importantísimo de la cadena trófica, ha ido modificando sus costumbres.

Se podría pensar que debido a los avances científicos y tecnológicos el ser humano ha visto favorecida su posibilidad de nutrirse más y mejor.

Sin embargo, no se puede ser categórico para afirmar que hoy día nos nutrimos más y mejor que en el pasado. Precisamente, el síndrome del intestino irritable es una prueba de que algo está fallando en la manera en que nos nutrimos. ¡Está fallando nada menos que la nutrición de nuestro cuerpo, algo tan necesario para la vida como el aire que respiramos o como el agua que bebemos!

Alguien puede estar dispuesto a discutir lo que estoy diciendo. Por lógica, se supone que al tener más medios a nuestro alcance nos podemos alimentar mejor.

Se sabe, en algunos lugares hay más facilidades para alimentarse que en otros, donde la vida es más esforzada por carencias de toda índole. Por ir a un ejemplo, alguien que no tiene una vivienda confortable y con servicios sanitarios adecuados, difícilmente podrá nutrir su organismo como corresponde. La vivienda junto con la alimentación, forman parte de dos de los aspectos más importantes para medir la calidad de vida. No en vano de considera a la nutrición como un derecho básico e inalienable de las personas.

Tomamos en cuenta a la alimentación porque nos debe preocupar en primer lugar si es que padecemos del síndrome de intestino irritable. Hay muchos alimentos disponibles, aunque debemos reconocer que no siempre están disponibles para todos.

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Aquí quiero referirme a dos aspectos que conlleva la alimentación, ambos importantísimos para tener en cuenta:

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Uno. El desconocimiento que demuestran las personas con respecto a la importancia para el organismo de los diferentes nutrientes.

Dos. Los malos hábitos alimentarios de muchas personas.

Y dentro de los hábitos alimentarios poco saludables hay que mencionar:

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La elección de productos que son inadecuados.

El exceso en cuanto al consumo de dichos productos inadecuados.

Tanto una mala alimentación como una alimentación deficitaria en determinados nutrientes o excesiva en malos alimentos, atentan contra la calidad de vida de cualquier persona. Y que conste que esto muchas veces no tiene que ver con ser ricos o con ser pobres.

Hay países ricos y desarrollados que sufren los efectos de una alimentación defectuosa. Lo digo en clara alusión a la poderosa nación norteamericana, cuya población exhibe muestras de los estragos de su alimentación excesiva, a la vez de optar por alimentos inadecuados por su alta composición de grasas malas y aditivos.

No es recomendable comer mucho, beber mucho, fumar en forma compulsiva, así como tampoco es recomendable dejar de lado la alimentación natural en aras de la comodidad o invocando la falta de tiempo.

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Claro, es más rápido y sencillo abrir una lata de ensalada jardinera que lavar, pelar, cocinar y escurrir las verduras necesarias para prepararla. Pero de ninguna manera es comparable una cosa con la otra.

Intentaré ser más específico, para que se comprenda mejor. Tengo varias preguntas para hacerme en voz alta, cuyas respuestas son elocuentes de la problemática. Son preguntas cuyas respuestas están en este texto, para reflexionar y sacar las propias conclusiones.

¿A qué me refiero cuando hablo de productos inadecuados para el organismo? ¿Acaso hay productos que se consideran alimenticios pero resultan inadecuados para el organismo? ¿No es contradictorio que un producto considerado alimenticio resulte nocivo para el organismo? ¿Cómo se resuelve la disyuntiva: producto inadecuado versus producto adecuado?

Como productos inadecuados para el organismo estoy señalando a muchos de los productos que la industria química de la mano de la industria alimenticia ponen en nuestra mesa.

Ya se trate de los cereales y sus derivados, de los lácteos y sus derivados, de las carnes de diferentes tipos, de las harinas diversas, de las bebidas gaseosas y los jugos envasados, priman las sustancias artificiales muy por encima de las cualidades naturales que tienen los productos originarios.

Las sustancias artificiales que se le incorporan a los productos industrializados pueden ir desde la gran cantidad de conservantes para aumentar su duración y así evitar que se ponga putrefacto, hasta otras sustancias que ayudan a embellecer el producto y de esa manera colaboran con hacerlo más atractivo, tanto a la vista como al olfato y al gusto.

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Reporte Adiós

Intestino Irritable

Si observamos la “letra chica” de cualquier etiqueta de información nutricional de un producto industrializado, veremos todo lo que se le anexa en forma artificial, dependiendo aquello que se quiera resaltar: saborizantes, edulcorantes, colorantes, espesantes, acidulantes, etcétera, etcétera, etcétera.

A la par del aporte de las grasas trans, las grasas saturadas ricas en colesterol y otras tantas calorías innecesarias, que no aportan nutrientes esenciales al organismo.

Ninguna de estas sustancias artificiales se digiere como las sustancias naturales, sino que requiere de un mayor esfuerzo de los intestinos y de los riñones para llevar adelante su procesamiento y eliminación.

A pesar de comprobarse las causas desfavorable de muchas de estas sustancias artificiales, la industria alimenticia no ha podido reducirlas o, mejor aún, no ha podido eliminarlas de los productos alimenticios.

¿Por qué es que la industria alimenticia no ha podido actuar en consecuencia, como para prevenir unos cuantos trastornos orgánicos?

Fundamentalmente porque la industria alimenticia actúa de acuerdo a sus propios intereses. Por cierto, significaría una reducción a sus suculentas ganancias el hecho de que no se les alargara la vida útil a los productos.

Por poner un ejemplo contundente, como podrá observarse los productos industrializados poseen altas concentraciones de sodio para su conservación.

Si nos atenemos

a las recomendaciones

nutricionales,

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