Comunicaciones – Grupo 23 Teletrabajo, tecnología y trabajadores ...
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CULTURA & POLÍTICA @ CIBERESPACIO. 1er Congreso ONLINE del Observatorio para la. CiberSociedad. Comunicaciones – Grupo 23. Teletrabajo ...

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CULTURA & POLÍTICA @ CIBERESPACIO
1er Congreso ONLINE del Observatorio para la
CiberSociedad
Comunicaciones – Grupo 23
Teletrabajo, tecnología y trabajadores
Coordinación: Juan C. Angio, Jorge Halpern y Naum Poliszuk
(
jhalpern@caminandoutopias.org
)
http://cibersociedad.rediris.es/congreso
Una aproximación a la sociedad de la información
Naum Poliszuk
Centro de Teletrabajo y Teleformación
Facultad de Ciencias Sociales
Universidad de Buenos Aires
Con este nombre se quiere proclamar que estamos saliendo de la Sociedad
Industrial y entrando en otra Sociedad, distinta, diversa, multiforme.
Es una sociedad cuya acción es informar, enterar, instruir, dar forma
substancial a una cosa.
De ahí la Informática como ciencia del tratamiento
automático y racional de la información.
Miles de millones de años antes, algunas familias de arcillas empezaron a codificar
externamente algunas “informaciones genéticas” en las largas moléculas de
carbono. Hoy a miles de millones de años, se está produciendo otro cambio en la
forma en que se transmite “la información de una generación a otra”. Los seres
humanos hemos evolucionado a partir de organismos definidos casi en su totalidad
por sus genes orgánicos. En la actualidad contamos también con una vasta
colección de “informaciones culturales” que aumenta rápidamente, generada y
almacenada más allá de nuestro genes : en
nuestro sistema nervioso, en las
bibliotecas, y ahora en los ordenadores. Nuestra cultura sigue dependiendo
totalmente de los seres humanos biológicos, pero cada año que pasa nuestras
máquinas, uno de los productos fundamentales de nuestra cultura, asumen un
papel más importante, tanto en la conservación de la misma cultura como en su
continuo desarrollo.
Hace cien millones de años, ciertas familias de genes encontraron la forma
de crear animales con capacidad para aprender ciertos comportamientos de sus
progenitores mientras éstos estaban vivos, en vez de heredarlos en el momento de
su concepción.
Se intensificó con los primates hace diez millones de años, cuando
empezaron a utilizar herramientas hechas de huesos, palos y piedras, y avanzó con
la utilización del fuego y el desarrollo de los lenguajes complejos, hace un millón de
años, aproximadamente.
Para la fecha en que aparece nuestra especie humana, hace unos cien mil años, la
evolución cultural, el coloso que inconscientemente habían construido nuestros
genes, avanzaba irresistiblemente.
Ahora bien, tomando los últimos diez mil años, los cambios experimentados
por los genes, han sido lentos e intrascendentes en comparación con los tremendos
cambios y rápidos avances de la cultura humana.
Hubo una “revolución agrícola” muy larga y penosa a lo largo de la historia
humana, luego vino un período de establecimiento de gobiernos burocráticos con
poder para recaudar impuestos para su propio mantenimiento. Se desarrollan las
lenguas escritas y aparecen las clases sociales dominantes que tienen tiempo y
energía para dedicarse a temas intelectuales.
En los últimos mil años, con la creación de la imprenta, se acelera
enormemente el movimiento de la información cultural y aumenta su ritmo
evolutivo.
Con la Revolución Industrial hace más de doscientos años, entramos en una fase
del desarrollo de la cultura humana decisivo: sustituir artificialmente funciones
corporales humanas, como levantar algo y transportarlo, crear herramientas y
maquinas que suplantan el esfuerzo del hombre, con los cambios económicos,
sociales, legales y políticos correspondientes.
Solo hace cien años con la invención de las calculadoras mecánicas, se ha
podido duplicar, por primera vez, algunas funciones de la mente humana. Desde
aquella primera vez, se puede constatar, que la potencia de cálculo de los
dispositivos mecánicos se ha multiplicado por mil cada veinte años. Una velocidad
increíble.
Nos aproximamos al momento en que prácticamente todas las funciones
humanas esenciales, físicas y mentales, tendrán su equivalente artificial, producto
del desarrollo de la cultura humana.
Los ordenadores proporcionan un modelo increíble. Un método que podemos
denominar “proceso de pensamiento” del ordenador, es que se puede detener a la
mitad y transferir, en forma de programa y de datos sacados de la memoria de la
máquina, a otro ordenador físicamente diferente y continuar trabajando en él como
si no hubiera pasado nada.
Las tecnologías eléctrica, electrónica y de radio que se desarrollaron a
principios del siglo XX, permitieron construir máquinas capaces de reaccionar ante
la luz, el sonido y el control remoto invisible. El resultado fueron los entretenidos
robots de demostración . Estas máquinas pueden sentir y actuar, pero no pensar.
En el curso de la Segunda Guerra Mundial, se diseñaron ordenadores analógicos ---
máquinas que simulaban sistemas físicos por medio de una analogía --– para
controlar cañones antiaéreos, de navegación y bombardeos de precisión. Algunos
investigadores observaron que existía una semejanza entre el funcionamiento de
esos dispositivos y los sistemas reguladores de los seres vivos, y se inspiraron en
esta semejanza para construir máquinas que actuaban y pensaban como si
estuvieran vivas.
Norbert Wiener del MIT, acuñó el término de “cibernética” para designar el
estudio unificado del control y la comunicación en los animales y las máquinas. Así
se construyeron máquinas que eran capaces de responder como animales simples y
de aprender. Eran los primeros rudimentos del pensamiento artificial.
Las asociaciones se iban acumulando lentamente, en formas de cargas eléctricas,
en unos dispositivos denominados capacitores que hacían el papel de la memoria de
la máquina.
La “cibernética” se desarrolló durante veinte años, y, un pariente suyo: “la
informática” la sucedió. “Ordenadores digitales” reemplazaron a los analógicos.
Los primeros “ordenadores digitales automáticos” , calculadoras autónomas
inmensas e inmóviles , se terminaron a finales de la Segunda Guerra Mundial. Una
de esas máquinas “EL COLOSSUS” en Inglaterra, registraba claves de códigos a una
velocidad decena de miles de veces superior a cualquier ser humano. Y en los
EE.UU. realizó operaciones para la construcción de la bomba atómica, el ordenador
digital “ENIAC”.
Luego se hicieron nuevos experimentos, abrigando siempre la esperanza de
que se pudiera encerrar en una máquina la capacidad de pensar racionalmente.
Los ordenadores pueden ensanchar nuestra mente, de la misma manera que la
máquina a vapor de la revolución industrial incrementaron la potencia de nuestros
músculos.
En la década del 50 aparecieron programas de juego de damas, y luego
surgieron programas de ajedrez.
En 1957, tres investigadores presentaron el Teórico Lógico , primer
programa capaz de razonar, empezando por axiomas y aplicando reglas de
inferencia para demostrar teoremas.
McCarthy en 1960 usa el término “inteligencia artificial” (IA), para definir los
métodos capaces de hacer pensar a los ordenadores.
Luego en 1965 se crean programas de IA que demostraban teoremas de
geometría, resolvían tests de inteligencia, libros de álgebra y exámenes de cálculo.
Hoy, mas de 35 años después, los denominados “ sistemas expertos” , es
decir, los programas en los que se codifican las reglas de decisión de personas
expertas en temas tales como diagnóstico de enfermedades, horarios laborales de
fábricas o configuración de sistemas de ordenadores, tienen un lugar cada vez más
importante en el mundo laboral y de los negocios.
Hay
programas
maravillosos
de
conocimientos
de
álgebra,
cálculo,
trigonometría y otros campos afines.
Existen
programas
semiinteligentes
de
ciertos
temas,
redactados
simplemente, y que hacen deducciones elementales mientras responden
a
preguntas.
La SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN es el comienzo de un nuevo estadio de la
sociedad humana. Es el producto del desarrollo de la cultura humana, un proceso
inevitable, irreversible, que condiciona toda la vida laboral, social, cultural,
económica, política, familiar.
LA TECNOLOGÍA. LOS INSTRUMENTOS DE TRABAJO
Comentario previo:
Al cambiar el desarrollo de la capacidad productiva, cambian también las relaciones
sociales y las leyes que las rigen.
La pericia manual del operario fue la base de la manufactura. La manufactura no
podía abarcar la producción social en toda su extensión. Tenía una base técnica
estrecha, que la hacía incompatible con las necesidades de la producción. Uno de
los frutos más importantes fue el taller de fabricación de los propios instrumentos
de trabajo. Este producto de la división manufacturera del trabajo producía a su
vez: máquinas.
La máquina pone fin a la actividad manual artesana como norma general de
la producción social, abastecedora de mercancías para toda la sociedad.
La revolución operada en el régimen de producción toma, como punto de
partida en la gran industria, el instrumento de trabajo.
A diferencia de la época artesanal que el punto de partida era la fuerza de
trabajo.
La máquina herramienta, la parte de la máquina que en movimiento agarra
y modela el objeto trabajado , -- de esta parte de la maquinaria-- , es de donde
arranca la revolución industrial del siglo XVIII, que aumenta la productividad y la
producción a límites inimaginables.
La herramienta se convierte de simple herramienta en máquina cuando pasa
de manos del hombre a pieza de un mecanismo.
La máquina de la que arranca la revolución industrial sustituye al obrero que
maneja una sola herramienta (artesano), por un mecanismo que opera con una
cantidad de herramientas iguales o parecidas a la vez, y movida por una sola fuerza
motriz, cualquiera sea la forma de ésta. En esto consiste la máquina.
Al convertirse en maquinaria, los instrumentos de trabajo adquieren una
modalidad que exige la sustitución de la fuerza humana por las fuerzas de la
naturaleza y por una aplicación conciente de las ciencias naturales.
Por eso, ahora es la propia naturaleza del instrumento de trabajo la que
impone como una necesidad técnica el carácter cooperativo del proceso del trabajo.
La maquinaria es el instrumento más formidable que existe para intensificar
la productividad del trabajo, es decir, para acortar el tiempo de trabajo necesario
en la producción de una mercancía. De la velocidad de la maquinaria depende la
cantidad de producción.
Esta breve historia crítica demuestra que ningún invento hasta ese momento fue
obra personal de un individuo, sino el proceso irreversible del desarrollo de la
cultura humana.
Por otro lado nos descubre que la tecnología es la actitud del hombre ante la
naturaleza, el proceso directo de producción de su vida, y por lo tanto de las
condiciones de su vida social y de las ideas y representaciones espirituales que de
ellas se derivan.
CAMBIAN LOS INSTRUMENTOS DE TRABAJO
Así como el sistema automático va desplazando progresivamente al trabajador, los
progresos de la maquinaria exigen la disminución del número de trabajadores
empleados en las empresas. Los empresarios tienden a ese propósito.
Como consecuencia de la automatización, la robótica y la microelectrónica,
se prevee que una tasa del 25% de los trabajadores perderán su puesto de trabajo,
generando una monumental tasa de desempleo estructural. Datos de los principales
países industrializados y de los subdesarrollados lo confirman.
La tecnología, los instrumentos de trabajo, condicionan las relaciones
humanas
económicas, laborales, sociales, culturales, familiares, políticas y
jurídicas, pero no las resuelven.
Las condiciones económicas-sociales y su
superación son producto de las relaciones entre los hombres, de la voluntad política
puesta de manifiesto en usar los nuevos instrumentos de trabajo, la tecnología, al
servicio de toda la humanidad.
Las crisis se producen cuando los avances tecnológicos son usados
exclusivamente para someter, y se resuelven cuando son usados para proteger a
la sociedad.
Las actual tendencia de los mercados de trabajo es reducir el número de los
trabajadores fijos, para emplear cada vez más una fuerza de trabajo que entra
fácilmente y es despedida sin costos.
Son trabajadores flexibles que usan tecnología flexible, a través de la
expansión de trabajadores parciales, precarios, temporarios, subcontratados y otras
formas.
Pero en este cuadro aparece otra variante : un intenso proceso de expansión de los
servicios. Crece la ocupación en el sector terciario y en el de servicios, abarcando
esta tendencia a la inmensa mayoría de los países.
Aparece también lo que se llama la “intelectualización” de una parte de los
trabajadores, que no transforma los objetos materiales directamente, sino que
supervisa el proceso productivo con máquinas computarizadas, programadas, y las
repara si tiene necesidad.
La tendencia a una mayor calificación e intelectualización del trabajo se
constata en varias ramas, son trabajadores que vigilan la maquinaria, técnicos de
mantenimiento, programadores, controles de calidad, técnicos en sector de
investigación, ingenieros de coordinación técnica y de la gestión de la producción,
Hay mutaciones en el universo del trabajo que varían de rama en rama, de sector
en sector. Se observa la formación de un segmento particular de trabajadores
técnicos de alta responsabilidad, portadores de características profesionales y
antecedentes culturales claramente identificables.
Estos elementos llevan a la reflexión de que no hay una tendencia única y
generalizada en el mundo del trabajo. Hay un proceso multiforme y contradictorio .
Se complejizó, se fragmentó, y se hizo aún mas heterogénea la clase que vive del
trabajo. Observamos, por un lado un proceso de intelectualización del trabajo
manual, y por el otro lado, radicalmente opuesto, un proceso de des-calificación del
trabajo intelectual , presente en el trabajo precario, informal, parcial.
Dice Michel Freyssenet : “ ..esto es, una polarización de las calificaciones
requeridas por una forma particular de la división del trabajo, que se caracteriza
por una modificación del reparto social de la “
inteligencia”
de la producción...””
REVOLUCION CIENTÍFICO-TECNICA
SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN
En este desarrollo de la ciencia-tecnología aplicada a los Sistemas de Producción de
Mercancías Moderno (SPMM), nace como evolución natural EL TELETRABAJO. Está
determinado además por circunstancias sociales, económicas, de apropiación.
La SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN le sirve de marco material para su
difusión y crecimiento.
Hoy, en el siglo XXI la Revolución Científico-Técnica impone el conocimiento
como el nuevo recurso estratégico que ha de definir el papel de los distintos países
y regiones en el futuro.
Desde comienzos de la década del ochenta, el complejo teleinformático, los
nuevos materiales, la biotecnología, han permitido la consolidación de un nuevo
modelo de producción y administración económica y social que cierra el ciclo
histórico de la Revolución Industrial y transforma drásticamente el concepto y las
características del trabajo, con fuertes impactos sobre el empleo y la organización
de la sociedad.
En este paradigma tecnológico se reformulan las condiciones típicas de la
etapa madura de la Revolución Industrial, lo cual impone definiciones políticas-
culturales de base, que marcarán el rumbo de procesos económicos y sociales y
nuestro destino como Nación. No existe “un único camino” para ingresar en esta
etapa de la historia que se inicia. Nosotros, los ARGENTINOS, debemos buscar y
encontrar nuestros propios caminos de desarrollo e integración regional y mundial.
Las actuales tecnologías de punta, producen un salto cualitativo, en términos
de eficiencia, productividad, velocidad y calidad de procesos, que significan un hito
irreversible en los esquemas de producción y en los servicios, estableciendo el
imperativo de incorporarlos como elementos esenciales para el desarrollo
económico y social.
Pero se calcula que en no más de veinte años, el 95% de las tareas
normales van a requerir un mínimo de educación de 10 a 12 años, con un promedio
de ocho horas diarias de estudio.
El uso de minicomputadoras permitirá informar al centro de inteligencia
respectivo las novedades respectivas del trabajo.
En el campo de la industria, el comercio y los servicios, son técnicos que
manejan o controlan instrumentos automatizados como robots, computadoras,
sistemas de diseño o banco de datos, lo que requiere una calificación de nuevo tipo,
que vuelve anacrónicas las habilidades de los trabajadores especializados.
Los sistemas automatizados demandan una capacitación polivalente,
susceptible de cubrir un amplio espectro de funciones, con una sólida formación de
base, que pueda ser reorientada hacia nuevas especializaciones ante la celeridad de
los cambios técnicos.
También demandan ductilidad para integrarse al trabajo grupal y disposición
a cooperar y alimentar la solidaridad del equipo.
Un detalle mayor es la decisiva disminución en los requerimientos de los
tiempos de trabajo. Se calcula que en los diversos ámbitos como: industria,
administración, servicios generales, servicios financieros, medios de comunicación e
información,
minería,
sector
agropecuario
y
otros,
es
posible
desarrollar
normalmente las tareas con un promedio de tiempo de trabajo necesario inferior en
un 75 % al que demandaba la etapa madura de la Revolución Industrial hacia fines
de los años sesenta.
Esto supone alternativas muy serias en la futura estructuración de la
sociedad. O se tiende a un desplazamiento del 75% de los trabajadores (como
ocurre ahora en nuestro país), generando desocupación y marginalidad social sin
retorno, o se recalifica en gran escala la mano de obra para permitir reemplazar el
tiempo por la calidad del trabajo, con tendencia hacia un descenso sistemático de la
jornada, hacia el uso racional del tiempo y del espacio.
A diferencia de los recursos estratégicos de la Revolución Industrial – como
la industria pesada y el petróleo – LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN incorpora,
procesa, produce, reproduce y distribuye el recurso estratégico del conocimiento,
que es fundamentalmente democratizante, en tanto sólo permite desarrollar sus
potencialidades si está difundido en el conjunto de la sociedad y no si es patrimonio
exclusivo de una minoría.
Apropiarse de las nuevas tecnologías , de los nuevos instrumentos de
trabajo por parte del pueblo, y usarlos en beneficio propio es el gran desafío.
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