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CULTURA & POLÍTICA @ CIBERESPACIO. 1er Congreso ONLINE del Observatorio para la. CiberSociedad. Comunicaciones – Grupo 4. Cibercultura, Gestión ...

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CULTURA & POLÍTICA @ CIBERESPACIO  1er Congreso ONLINE del Observatorio para la CiberSociedad  Comunicaciones  Grupo 4 Cibercultura, Gestión y Políticas Culturales  Coordinación: Guillem Mundet ( editgm@bsab.com )   http://cibersociedad.rediris.es/congreso     @rte y cultura en la red. un@ introduccion @l net.art desde la perspectiva de las ciencias sociales   
Manuel Lora González Universidad de Sevilla   Resumen En la pasada década, el mundo del arte contemporáneo ha experimentado el comienzo de una profunda transformación: la tecnología digital ha llegado como un componente de la vida diaria y el arte contemporáneo a escala global. Este artículo analiza los aspectos más relevantes de un movimiento artístico representativo: el net.art, planteando aproximaciones históricas, evolutivas y haciendo un estado de la cuestión para relacionarlo con el problema museístico y posibles prospectivas.  Abstract Over the past decade, the world of contemporary art has experienced the beginnings of a tectonic shift: digital technology has arrived as a component of everyday life and contemporary art on a global scale. This article sets up to analyse the most relevant aspects of a representative artistic movement: net.art. It poses some possible approaches, historical origin, development and evolution, and current situation relating it with preservation problems and a prospective point of view about its future.     
no cabe duda que estamos sumergidos en un mundo donde la oferta sincronica de imagenes apoyadas por discursos alineales y fragmentados, contribuyen al hombre de a pie a su precipitacion incondicional a la pasividad, neutralizando asi su intrinseca creatividad.> es quizas, un sintoma de progreso la sustitucion, en la comunicacion, del detalle y la profundidad, por la rapida superficialidad ?> recordando unas palabras de Octavio Paz en las que asegura que el hombre conoce el delirio, la cancion, el aullido y el monologo, pero no el dialogo, aprovecharemos, aunque paradojico que parezca, para apelar en favor de la comunicacion; aceptando, aun asi, la inadecuacion del lenguaje en el mundo, y la dificultad de reconocerse humanamente e individualmente en este lenguaje impropio.> un lenguaje que pretende constituirnos como hombre - sujeto, que se obsesiona en significar, aun conociendo sus miserias; que
siendo un ideal alimentado de contenidos falsos, un espectaculo retorico, oculta impunemente una realidad, la social.> a pesar de todo ello, entendemos la comunicacion, el mensaje, como un fin en si mismo, y por supuesto un servicio.> no somos creativos, no somos publicistas, no somos disenadores, no somos artistas, somos palabras, palabras de otros.ALX      http://www.innot.org/frame.ht  ml
   la aguja imantada   Estamos a finales de 1995. Vuk Cosic, artista esloveno, se dispone a abrir, como hace habitualmente, su correo electrónico. Algo debe de haber ido mal durante la transmisión de un e-mail. Desconociendo al remitente, una amalgama de cifras, letras y signos ininteligibles aparece ante su vista sin orden ni concierto. Sin embargo, algo llama su atención. Entre la sopa de letras se destaca algo legible: net.art.  >> this.form.net.art.origin<< netart_latino database << >>origen del término net.art >>una descripción a cargo de Alexei Shulgin >>pass *************  ------------------------------------------------To: nettime-l@Desk.nl Subject: nettime: Net.Art - the origin From: alexei shulgin <easylife@hawk.glas.apc.org>  Date: Tue, 18 Mar 1997 01:05:08 +0300 Organization: moscow wwwart centre References: <Pine.SUN.3.95.970308103406.11504C-100000@unix1.netaxs.com>   Creo que ya es hora de aclarar el origen del término "net.art". En realidad es un "ready made".  En diciembre de 1995 Vuk Cosic recibió un mensaje, enviado por un mailer anónimo. Debido a una incompatibilidad de software, el texto era un abracadabra en ascii prácticamente ilegible. El único fragmento que tenía algún sentido se veía algo así como:   [...] J8~g#|\;Net. Art{-^s1 [...]   Vuk quedó muy impresionado: la red misma le había proporcionado un nombre para la actividad en la que estaba involucrado! E inmediatamente comenzó a usar este término.   Unos meses más tarde reenvió el misterioso mensaje a Igor Markovic, que logró decodificarlo correctamente. El texto resultó ser un vago y controvertido manifiesto donde el autor culpaba a las instituciones artísticas tradicionales de todos los pecados posibles, declarando la libertad de la auto-expresión y la independencia para el artista en Internet.   El fragmento del texto mencionado, tan extrañamente convertido por el software de Vuk, decía (cito de memoria):  [*]"All this becomes possible only with the emergence of the Net. Art as a notion becomes obsolete...", etc.   Así que el texto en sí no era demasiado interesante. Pero el término que indirectamente trajo a la vida ya estaba en uso por aquel entonces.
 Pido disculpas a los futuros historiadores del net.art - ya no disponemos de ese manifiesto. Se perdió el verano pasado, junto con otros preciados datos, luego de una trágica rotura del disco duro de Igor.   Me gusta muchísimo esta extraña anécdota, porque es una ilustración perfecta del hecho de que el mundo en que vivimos es mucho más rico que todas nuestras ideas que tengamos acerca de él.  Alexei   --............................... .....moscow wwwart centre...... http://sunsite.cs.msu.su/wwwart ...............................   [*]"Todo esto sólo se vuelve posible con la emergencia de la red. El Arte como noción se vuelve obsoleto..."  trad:brian mackern _ >> ************* 1010 [*] artef@ctos virtuales >>               ***  // §øµÐ ¬øÿ§ //  http://netart.org.uy/s/o/u/n/d/-/t/o/y/s/     ¿Fue este el origen del arte en la red? ¿Es todo el arte de la red net.art? Quizás todo dependa de lo que se entiende por net.art. En cualquier caso, los movimientos artísticos no brotan espontáneamente. Son fruto de su época. Tal vez un manifiesto, un acto o una declaración de principios marque un antes y un después, pero no es la génesis de una práctica que se fundamenta en la evolución paulatina de concepciones más globales.   Durante la década de los 70 y aún más en la de los 80, se desarrollaron numerosos proyectos de arte basado en computación, video-arte e incluso mail art, -que pueden tomarse como precursores del net.art. Algunos autores han querido ver en estos experimentos el comienzo del movimiento. A tales efectos, el uruguayo Clemente Padín argumenta que "... las cosas no ocurren aisladamente, todas están concatenadas. El arte de la Red de hoy no es casual y se origina, ciertamente, en el arte correo. " (Padín, Clemente: 2000)   Otros, encuentran sus orígenes en fechas más remotas, como es el caso de Fernando Tejerizo. Según este autor, "... el net.art empezó a finales de los sesenta en diferentes paises, incluyendo España. Pasado el periodo de silencio que lleva hasta mediados de los ochenta, también nuestro país incorpora nombres, obras y actividad al desarrollo de lo que ya hoy día es claramente una disciplina específica dentro de las artes, el net.art ..." (Tejerizo, Fernando: 2001)   Ciertamente, el net.art es arte electrónico, pero no solo eso. Probablemente la característica más definitoria esté implícita dentro del propio término: net.art es arte de la red, arte en red y, en gran parte, arte sobre la red. Mientras que un sector de la comunidad artística piensa que el net.art no tiene extensiones fuera de la red, otros, entre los que se alinea Bosna, tienen una visión más amplia, y opina que este tipo de razonamiento, se debe a menudo a cierta inexperiencia en una net.cultura de gente que acaba de descubrir el medio y están fascinados por él. No son conscientes de los desarrollos e investigaciones presentes en la net-cultura que tienen que ver con el cuerpo, con las extensiones con el mundo real. Otros son los cyborg-tradicionalistas. Quieren ser pura información. Es un tipo de actitud
romántica que me parece encantadora. Aún así, todavía es necesaria una consolidación del término net.art. Representa una aproximación al arte muy diferente y necesitamos ser capaces de discutirla. (Heck, Petra: 2001)   Según nuestro criterio, hasta que Internet no se desarrolló lo suficiente, y software y hardware permitieron un tránsito mínimamente fluido, el net.art, tal y como hoy lo concebimos, no fue posible. El grafismo electrónico crecía de forma paralela, pero tanto la conexión telefónica como la velocidad de procesamiento de los equipos domésticos no permitieron hasta finales de la década de los ochenta y principios de los noventa el transporte generalizado de imágenes y códigos complejos. (Aún hoy en día, es tedioso, cuando no prácticamente imposible, acceder a contenidos artísticos que se articulan a través de un ancho de banda superior al que posee la mayoría de los internautas.)   la estructuración antropológica  El presente trabajo pretende conceptualizar, definir y hacer un breve recorrido por la historia del net.art, deteniéndose de forma especial en la problemática suscitada por su preservación y su choque frontal con el tradicional concepto de museo. Entiendo que esta tarea adquiere su más amplio sentido si tenemos en cuenta lo que han escrito, dicho y hecho los propios net.artistas y el colectivo de internautas que de una manera u otra han estado en contacto o han conocido y/o conocen este movimiento.    Posiblemente la perspectiva más lógica y natural desde las ciencias sociales y más concretamente, desde la antropología social, pasaría por relacionar el arte de la red con la matriz cultural, con los significados y significantes que para las sociedades complejas representa el arte en conjunción con la tecnología, con la propia función del arte en cualquier sociedad como hecho comunicativo... y sobre todo, haciendo etnografía. El desarrollo propio de este trabajo ha provocado el que se aparte tal óptica. Y no precisamente porque ese punto de vista sea erróneo o no sea pertinente. Lo es, y mucho, pero pienso que actualmente existen determinados condicionantes que lo dificultan.   En primer lugar, un enfoque antropológico de estudios en la red exigiría una metodología de investigación acorde. Somos conscientes de la dificultad que entraña dicha tarea, más aún cuando actualmente se cuestiona el ciberespacio como lugar de investigación etnográfica, y el "ciberinformante" puesto en tela de juicio por un amplio sector de la propia disciplina. El establecimiento de unos métodos de investigación en Internet que sean respetuosos con los modos de hacer etnografía que actualmente se aplican en campos más tradicionales de la Antropología actual, y que a su vez la enriquezcan, es una labor que actualmente desarrollan algunos investigadores culturales, entre los cuales me incluyo. Tengo la certeza de que el trabajo de campo es viable y productivo como forma de investigación en el ciberespacio, por muy novedoso que parezca. Sin embargo hemos de ser cautelosos en su cimentación. Se trata de poner unas bases sólidas y bien fundamentadas en la experiencia y el conocimiento acumulado. No voy a entrar en el debate de la postmodernidad, por muy cercano que se aprecie al tratar este tema. Hace tiempo que me convencí de que esa discusión no sólo ha reportado beneficios para el avance de esta disciplina. Tampoco este es el lugar. Creo que una actitud abierta y flexible para adaptar los principios bajo los cuales crece la antropología a los nuevos espacios y las nuevas formas culturales, sean estas cuales fueren y se apliquen en mayor o menor medida, sería lo correcto y deseable.   En segundo, la singularidad, novedad y proceso evolutivo de nuestro objeto de estudio. La red está en contínuo cambio, en plena mutación. Si por algo se
caracteriza el medio tecnológico en el que se inserta es por la velocidad  y el dinamismo .  La construcción social del concepto tiempo parece haber tomado un nuevo sentido a raíz de la era digital. La fiabilidad, validez y durabilidad de las conclusiones que se obtienen de la investigación en la red tienen un carácter decididamente temporal y efímero, y en las circunstancias actuales carecemos de perspectiva histórica por su juventud, la de Internet-, como para construir un conjunto de axiomas que dieran forma a un elemental cuerpo teórico. Las mismas fuentes biliográficas constituyen en sí un claro ejemplo de que acabamos de decir: hay muy poca bibliografía impresa sobre el tema. La mayoría de las referencias están en la propia red, que es donde una gran parte de ellas adquiere su pleno sentido. Acostumbrados como estamos a libros, artículos y revistas en formato papel -el valor de la cultura escrita lega, en el sentido de Illich (Illich, Ivan: 1995)-la autoridad de los testimonios, referencias y artículos de la red, debido a su virtualidad, es cuestionada por un sector del academicismo más ortodoxo.   Aquí se ha intentado reflejar, en la medida en que es susceptible de ser reflejado, algo del espíritu formal de la red, de las intervenciones de artistas y críticos en las listas de discusión, argumentaciones y algunos pensamientos extraidos de páginas de net.art. Por otra parte, y exceptuando algunas referencias inevitables, nos hemos apoyado casi en exclusiva en la documentación que hemos hallado en Internet. Nos pareció algo lógico y natural. Seguimos con la idea de que son los propios artistas los que deben caracterizar su trabajo, y los propios contextos donde se desarrolla su obra, los que den la clave de su situación dentro del panorama social y cultural contemporáneo...   A pesar de lo explicitado, la discusión sobre lo que encierra el concepto de net.art sigue abierta. En algunas listas de correo dedicadas al tema del arte en la web se suceden argumentaciones que tratan de esclarecer, parcelar y distinguir qué es net.art. Representativa es la lista nettime , cuya discusión es viva y apasionada, bien tratándose de encontrar orígenes, afinidades o localizaciones,  "In looking for reference points to somehow locate Net.Art (as a phenomenon of the www) within the recent history of art, various contributors to the discussion have proposed most of the movements and media of the 20th century. David Garcia started the list with video art, while Carey Young found "strong links" to sculpture, telematic art, land art and especially to installation. John Hopkins mentions mail art, Walter van der Cruijsen added experimental film, performance, conceptual art, electronic art and media art. Pauline Bosma suggests radio and hints at fluxus while Alexei Shulgin and Rachel Bakers references to on-line readymades and found elements points to a dada connection. I can add minimal art, computer graphics and Zerography to the list without even stopping to think." (Adrian, Robert: 1997)  o bien estableciendo puntualizaciones diferenciales que ayuden a situar y esclarecer lo que es net.art,  "The art market has discovered the net for the distribution of art. It uses the net to promote art just like ordinary companies. Gallerists, museums and other art brokers provide information about their artists, exhibitions and events. For them, the net is nothing more than a big telephone book in which they too want to (have to) be represented. However, netart differs from art on the net. Art on the net is mostly nothing more than the documentation of art which is not created on the net, but rather outside it and, in terms of content, does not establish any relationship to the net. Netart functions only on the net and picks out the net or the "netmyth" as a theme. It often deals with structural concepts: A group or an individual designs a system that can be expanded by other people. Along with that is the idea that the collaboration of a number of people will become the condition for the development of an overall system. netart projects without the participation of external persons are perhaps interesting concepts, but they do
not manifest themselves as a collective creativity in the net (Dieter Daniels, http://www.hgb-lepzig.de/theorie/mailart.htm )." (Blank, Joachim: 1997)   Frente a estos argumentos, claramente posicionados, encontramos posturas más abiertas por parte de algunos net.artistas que simplemente restan importancia a la discusión:  "Net.art can in no way be considered a systematic doctrine; it does, however, constitute a school."  Vuk Cosic < http://www.factory.org/nettime/archive-1996/0218.html >  (Consulta: 23/06/2001)   "The term net.art for instance for many of the practioners is a joke and a fake. Somehow it has been taken seriously though."                Heath Bunting http://www.factory.org/nettime/archive/0680.html (Consulta: 23/06/2001)   "I don't really have an opinion about the name game and in the end probably agree with Josephine Bosma who wrote: "I like the term net.art, especially because of that little dot in it."           Robert Adrian < http://www.ljudmila.org/nettime/zkp4/37.htm   >  (Consulta: 23/06/2001)   Kn.Cptos  Según hemos visto, no parece haber mucho acuerdo a la hora de conceptualizar el término acuñado por Cosik. Cierto es que "net.art" fue una palabra que se difundió rápidamente entre las comunidades de Internet, y fue asumido para describir una gran variedad de actividades cotidianas. El net.art permitía la confluencia e interacción de comunicaciones y gráficos, e-mails, textos e imágenes, todo ello dentro de un diálogo permanente. Su significado iba asociado más al discurso a través de textos singulares e imágenes definidos por enlaces e intercambios, que por una estética "óptica" (Green, Rachel: 2000)   Son, sin embargo, muchas las definiciones que se han hecho a lo largo de estos últimos años.   En una reciente entrevista, Josephine Bosma, net.artista pionera y fundamental en el desarrollo de esta estética, se refirió al net.art como "... arte que utiliza como medio las redes entre ordenadores, en el sentido que esta red sirve por sí misma y/o por sus contenidos (técnicos, culturales y sociales) como base del trabajo artístico... Todo arte cuya base sea la net.cultura" (Heck, Petra: op. cit.)   Esta amplitud en la caracterización puede resultar un tanto arriesgada. En efecto, asistimos a una poderosa transformación de nuestra sociedad en la parcela artística. La expansión de las industrias audiovisuales y una intensa iconización del mundo contemporáneo está provocando lo que algunos autores llaman una estetización difusa de las sociedades contemporáneas , y que se entiende como el "tránsito de rasgos de la experiencia estética a la experiencia extra-estética, al mundo de la vida, a aquella que es definida tout court como la realidad, contrapuesta de esta manera al mundo de la belleza y el arte"(Brea, Jose Luis)    Es difícil, sin embargo sustraerse a este hecho. Si el arte ha sido comunicación, la comunicación misma se hace arte. Algunos net.artistas así lo han
definido y, estemos o no de acuerdo, es una realidad que la actividad comunicativa a través de Internet posee un vasto componente estético, tal vez reflejo de esa estetización difusa de la que nos hablaba Brea.   Desde este punto de vista, adquieren sentido las afirmaciones que hacen referencia a lo difícil que resulta distinguir lo que es arte de lo que no lo es. En el contexto del arte digital tal distinción se hace especialmente complicada. Dicha dificultad ha contaminado, incluso, diferentes patrones estéticos que tienen como referencia otras artes, poniéndose en tela de juicio la clasificación y tratamiento de "lo artístico" o de la "obra de arte". El que algunos autores opten por posturas panartísticas puede dar idea del estado de la cuestión: "lo que esta cambiando es la definición de arte, y no el propio arte. Si contemplamos el cambio en la red, la expansión de su compleja masa digital, podemos ver la propia red como una especie de lienzo -un lugar en el que desarrollar multitud de proyectos. Es un espacio en el que la distinción entre arte y no arte se hace más y más difícil, y un espacio que él mismo puede entenderse "como arte"(Galloway, Alex: 1998)   Interesante nos parece la caracterización que hacen Bookchin y Shulgin entre marzo y abril de 1999 sobre el net.art. En una instalación que presenta una serie de lápidas grabadas hacen un recorrido por los principios que rigen su quehacer y el de otros artistas que trabajan en la red. El propio título del montaje -Introducción al net.art (1994-1999)- y la presentación en esa especie de cementerio dice bastante acerca de su posicionamiento. Su definición de net.art incluye alguna de las peculiaridades a las que ya nos hemos referido, "net.art es un término que se define a sí mismo, creado por la disfunción de una pieza de software y utilizado originalmente para describir la actividad artística y comunicativa en Internet. Los net.artistas buscaban quebrar las disciplinas autónomas y las anticuadas clasificaciones impuestas a algunas prácticas artísticas" (Bookchin, N. et al.: 1999)   Bajo el epígrafe "0% Compromiso" , proclaman su independencia con respecto a las burocracias institucionales, el trabajo lejos de la marginalidad intentando conseguir "audiencia substancial, comunicación, diálogo y diversión", iniciando un camino al margen de valores anquilosados provenientes de un sistema teórico e ideológico estructurado... Finalmente, anarquía y espontaneidad: "El ideal utópico de la desaparición del vacío existente entre el arte y la vida cotidiana, ha sido conseguido, quizás por primera vez, y convertido en un hecho para la práctica diaria. Llevar más allá la crítica institucional: con lo cual un artista/individuo puede equivaler o situarse al mismo nivel que cualquier institución o corporación. La práctica muerte del autor" (Bookchin et al.: op. cit.)   Se resaltan de la misma manera otras características y pricipios del movimiento, como la disolución de fronteras entre lo público y lo privado, la ausencia de intereses materiales o la desintegración y mutación entre las figuras de artista, curador, escritor, audiencia, galería, teórico, coleccionista de arte y museo.   No parece ilógico, viendo estos contenidos, que se representen en lápidas. El fuerte contraste con una sociedad mercantilizada e institucionalizada preconizaba su propia transformación o su desaparición.   Manifiestos similares e ideas parecidas han sido formuladas por comunidades de net.artistas agrupados en diferentes colectivos. Especialmente explícita ha sido la proclama de La Société Anonyme, un grupo de artistas y teóricos de composición variable, fundado en 1990 y dedicado específicamente a investigar y desarrollar experimentalmente las relaciones entre las prácticas artísticas y el pensamiento crítico. LSA ha producido hasta la fecha 47 trabajos, incluyendo textos, videos, instalaciones, piezas para catálogo y obras para la red.
En un trabajo llamado "Redefinición de las prácticas artísticas s.21 (LSA47)"  exponen en formato html principios que inciden en las ideas que antes apuntabamos y que caracterizaban el net.art: la negación de la obra de arte, el desprendimiento del apelativo "artista", etc. "No somos artistas, tampoco por supuesto «críticos». Somos productores, gente que produce. Tampoco somos autores, pensamos que cualquier idea de autoría ha quedado desbordada por la lógica de circulación de las ideas en las sociedades contemporáneas (...) No existen «obras de arte». Existen un trabajo y unas prácticas que podemos denominar artísticas (...) En las sociedades del siglo 21, el arte no se expondrá. Se producirá y difundirá (...) Nos interesa investigar la inadecuación creciente de los antiguos dispositivos espacializados de articulación de la recepción social de las prácticas artísticas (museos, galerías de arte)." (La Societé Anonime: 1998)   Independientemente del concepto, y al margen de la discusión sobre el encasillamiento de unas determinadas formas artísticas, podemos concluir que cada vez son mayores los proyectos artísticos en la red. Bajo diferentes formas algunas explicitan claramente que se trata de arte- Internet está plagada de páginas sobre arte, museos virtuales y arte ad hoc para la red. Como hemos visto, es difícil trazar barreras para separar lo que constituye parte del denominado net.art y lo que es simplemente diseño. Podemos ver algunas páginas de diseñadores, incluso páginas comerciales cuya función estética es dominante. ¿Es función del crítico dictaminar si eso es arte o no lo es? ¿Lo es del diseñador o del propio espectador? ¿Tal vez es una prerrogativa de los curadores y museos? Bajo una apariencia leve, la obra net.art tiene un sello propio. Al menos lo tenía. Para muchos es complicado hoy en día hallar ese sustrato. ¿Habremos llegado al final de una etapa?   volver a empezar  La historia del net.art, breve e intensa, se ha caracterizado desde un principio por ser una confluencia de ideales colectivos. Los artistas aprovecharon desde el comienzo las ventajas de su propio soporte para formar comunidades en contínuo contacto a través de e-mails, compartiendo ideas e interactuando sobre sus propios proyectos. De acuerdo con la taxonomía de Rachel Green, podríamos decir que el net.art, conforme a su formulación original y sus presupuestos teóricos se desarrolló a partir 1994, aunque fue solo hasta 1998 que la mayoria de los artistas permanecieron al margen de las burocracias de los ambitos institucionales. Arte, política y cultura iban unidos para una incipiente audiencia, entusiasta, que se suscribia a listas de correos o simplemente entraban en las páginas donde se aglutinaban las comunidades de net.artistas. Algunas de esas míticas listas fueron Rhizome, Syndicate o Nettime 1    Hagamos aquí un inciso para recordar que el desarrollo del net.art crece paralelo a la expansión de Internet, por una parte, y a los cambios políticos y económicos que se estaban produciendo -particularmente en la Europa del Este- y a nivel mundial, por otra. Estos hechos han sido determinantes tanto en su nacimiento y desarrollo, como en su consolidación y, por supuesto, en su cuestionado "ocaso".   Los BBS -sistema de información en forma de boletín electrónico- fueron, junto con los e-mails, los vehículos principales de comunicación tanto de artistas como de la audiencia del arte de la red. Esta fluidez en el intercambio de ideas propiciaba que pequeños grupos procedentes de la intelectualidad, la política, la tecnología y el arte, se aglutinara en sitios concretos, como los citados arriba, a los que habría que sumar The Thing, aleph o The Well 2 . Páginas que han quedado inscritas como pioneras del net.art y que datan de esa época son äda'web, Irrational.org y Jodi.org 3 , fundadas en torno a 1994 y 1995.
  En estos dos primeros años, la atmósfera que se respiraba en la red era optimista y embaucadora. Muchos artistas se conectaban y exploraban sus posibilidades artísticas. Mientras tanto, instituciones y organizaciones relacionadas con la política y la cultura (ONGs principalmente) organizaban cursos y creaban software para hacer más asequible el manejo del medio 4 .   En 1996 los temores acerca de la apropiación y dominio de la red por parte de las grandes empresas se acrecientan entre las distintas comunidades de internautas. Las multinacionales de las comunicaciones, con todo el potencial del marketing de su parte, ejercen una presión creciente sobre la red y la amenaza de colonización se hace más evidente. Hasta cierto punto era lo que cabría esperar. Esto, para los net.artistas constituyó un arma de doble filo. Si por una parte el creciente dominio de los grandes de la comunicación era una realidad, por otra se demostraba el interés, la importancia y el potencial económico del medio, ofreciendo cauces para un posible mantenimiento económico.   La preocupación por la mercantilización del espacio en Internet se plasmó en diversos eventos y proyectos artísticos, como la Conferencia de Trieste Net.art Per Se 5 , o el Proyecto Name.Space, del net.artista Paul Garrin 6 . Este interés por la "territorialización" tambien caracterizó los proyectos de algunos artistas, en los que se reflejaban hipertextualmente sus personales puntos de vista acerca de un espacio público pero ya bastante mercantilizado.   A partir de estas fechas se produce una proliferación de trabajos artísticos en la red y la popularización de los mismos, a la vez que comienza una mejor organización y promoción de los sitios. Nombres como Alexei Shulgin, Vuk Cosik, Olia Lialina, Heath Bunting... aparecían cada vez más frecuentemente en la red al frente de proyectos y comunidades reunidas en sitios que contaban ya con un cierto renombre. A su vez, se iban desvirtuando progresivamente los principios fundamentales del net.art, como veremos más adelante. En este periodo empiezan a tener importancia colectivos de mujeres net.artistas que reivindican su posición en la red a través de sus trabajos. Rachel Baker, Beth Striker, Josephine Bosma, Shu Lea Cheang o colectivos como VNSMatrix, que pueden ser tomadas como precursoras para los net.artistas que tratan cuestiones feministas, son algunas de sus representantes mas conocidas.   El material que se produce en este periodo se caracteriza por sus rasgos formales y la manipulación de los códigos html para producir experiencias interactivas, divertidas y chocantes al espectador. Estas experiencias incluían ataques directos a la progresiva comercialización de la red mediante suplantación, piratería, competencia o manipulación crítica de los contenidos que ofrecían las multinacionales 7 .   A partir de 1998, y sobre todo en 1999, el net.art es ya un fenómeno ampliamente extendido y reconocido. Algunos de los net.artistas han sido galardonados con premios de reconocido prestigio en el mundo artístico, mientras que otros han intuido el filón comercial y abren sus propias galerias on line . Algunos museos han dedicado parte de su espacio al arte digital y otros organizan exposiciones y muestras. Proliferan festivales de media-art, y, en resumen, el net.art parece haber caido presa de su propio éxito en el círculo del stablishement. En palabras de Rachel Green, "Varios artistas comenzaron a sacar partido a las posibilidades del comercio electrónico, tanto en el acceso a la oferta como en la construcción de sus propias galerías online, como han hecho Olia Lialina ( www.art.teleportancia.org/art-ns4.html ) y John Simon Jr. ( www.numeral.com/everyicon.html ).Wolfgang Staehle, Tarnas Banovich, Maarie Ringler, Rachel Baker, y otros iluminados del net.art empezaron a recibir lo que
ahora se ha convertido en un torrente de invitaciones para hablar en seminarios y conferencias sobre Internet" (Green, Rachel: op. cit.)   Llegados a este punto, los artistas que intentan permanecer fieles a los principios que han guiado parte de la historia del arte de la red, la no institucionalizada, han llegado a renunciar a su propia denominación, aquella que se originó en el correo de Cosik y que gustaba a Josephine Bosma por el punto que tenía en medio. Tilman Baumgaërtel recopiló una serie de entrevistas realizadas por él mismo y Josephine Bosma a varios artistas. En la introducción, como se refleja en este fragmento, deja clara su postura: "Josephine y yo habíamos sido relativamente confinados -debido a razones geográficas- a la parte de la comunidad de desarrolladores de netart que se identificaba a sí misma como net.artists, con un punto en el medio. No puedo hablar por los dos, pero he tratado de asegurarme de no ser sólo una marioneta para este exclusivo círculo europeo, y he tratado de entrar en contacto con artistas que no eran parte de este circo viajero que se reunía en festivales europeos de media-art tales como ARS ELECTRONICA, ISEA, etc" (Baumgaërtel, Tilman: 1998)   museos vs muerte del net.art. conclusión  El net.art se enfrenta a una enorme contradicción en casi todos los términos de los que partió . Incluso en su más profunda esencia. No olvidemos que en principio -y esto ha sido proclamado en diversos manifiestos de forma directa por los mas notables figuras de la red y de forma específica por colectivos agrupados en webs de cierto renombre- el net.art se aparta de los cauces institucionales, proclamandose un campo social alternativo, formando parte de eso que antes aludiamos como estetización difusa de la sociedad, donde la barrera entre arte y vida se diluye.   Esto no es nuevo ni es un fenómeno aislado. Ciertamente vivimos una época en la que no solo se cuestiona la función de los museos, sino su propia existencia fisica. ¿Viene esto propiciado por los nuevos soportes y formatos? En parte sí. Hemos pasado de un mundo y un siglo que se caracterizaba por las economías de adquisición y colección -siglo XIX- a otro dominado por la economía de la reproducción y la distribución. Arrastramos la herencia del arte conceptual, de las performances, de las videoinstalaciones, etc. La negación del museo, como forma de institucionalización, pone en entredicho la preservación del arte de la red. Si no de todo el arte, sí al menos el del sector de net.artistas que quiera conservar su integridad y seguir fiel a sus principios. Habría que añadir a toda la retórica ética toda una serie de condicionantes que chocan con la actual estructura museística. Soportes, espacios de exposición, formas de exibición, formatos de almacenamiento...   Parece claro que la mejor forma de presentar el net.art es la propia red. Petra Heck entrevistó recientemente a Josephine Bosma, y al interrogarla sobre este tema, respondió que " la respuesta más obvia sería: el mejor lugar para el net.art es la red. En mi opinión, no importa realmente dónde se presente, me refiero a que lo que hay son buenas y menos buenas formas de presentarlo. Estas 'menos buenas' formas de presentarlo suelen ser despreciadas por los 'amantes' del net.art, pero también pueden ser consideradas como una extensión del propio trabajo en red. Yvonne Wilhelm de Knowbotic Research lo plantea de este modo: 'cada publicación, cada carta, fax o e-mail en conexión con nuestro trabajo forma parte de él'. Lo que puedes ver en un espacio de exposición es tan sólo un aspecto diferente del trabajo. Hay multitud de obras net que no se pueden comprender en su totalidad. El significado de las obras net.art puede estar determinado (o al menos influido) por la comunicación (sobre el trabajo en concreto, pero también en
general) de las listas de correo, etc. Debido a esto soy algo reacia a las galerías que quieren exhibir net.art, aunque sean on-line. Siempre he temido que una tendencia hacia más presentaciones en galerías y menos en espacios mantenidos por los propios artistas en última instancia constituiría una tendencia hacia un net.art más estático. Me parecería vergonzoso" (Heck, Petra: op. cit.)   De acuerdo con este razonamiento, habría que dejar en la red no sólo todos los proyectos, sino todo el material asociado, y que forman parte de las obras net.art. Otro tipo de soluciones no han convencido, hasta el momento, ni a artistas ni al resto de la comunidad artística. Iniciativas como la del San Francisco Museum of Art, hasta ahora la institución que más sitios ha adquirido, no ofrecen una buena alternativa: almacenar páginas míticas como ada web en cd-rom ni evita el problema del probable desfase del compact disk como soporte, ni se piensa que esa sea su genuino destino. En palabras de Jon Ippolito, sería como alquilar un ferrari en una isla sin calles; quedará estéticamente muy presentable en el aparcamiento de tu casa, pero esa no es la utilidad para la que había sido pensada. (Ippolito, Jon: 1998)   Actualmente existen proyectos de compilación de net.art, y de hecho algunas galerías y museos tienen la idea de guardar no sólo la obra en sí, sino el software con que fue creado y el ordenador de la época.. Este tipo de iniciativa puede tener un éxito relativo, pues la mayoría de los proyectos no tienen sentido si no están expuestos en la misma red. Y ésta se transforma con bastante rapidez.   Por otra parte, los mismos códigos con que están escritas las obras sufren transformaciones, no ya debidas solo a su posible obsolescencia, sino a la interpretación que de ella hace el propio hardware. Una obra vista en dos ordenadores con distinta resolución, puede variar notablemente. ¿Quién nos garantiza que en un futuro próximo no se va a mejorar la resolución de pantalla, en cuyo caso nos encontraríamos o con un cuadro minúsculo en medio de una pantalla negra o con una pixelación que nos impediría ver el detalle? ¿O una velocidad de procesamiento tan elevada que nos impidiera apreciar las transiciones o el tempo de la obra?   Asociada a esta problemática está la cuestión de la conversión de códigos. Probablemente los lenguajes de programación se queden anticuados y surjan otros nuevos, más potentes y versátiles. Cualquier programador cualificado podría hacer un emulador de códigos adrede para poder visualizar las webs, pero junto a otros analistas, pensamos que en este proceso de conversión se podría perder la propia caracterización de la obra.   Existen muchos otros elementos que forman parte de los proyectos. ¿Se tendrían también que compilar? ¿De qué manera?   Llegamos a un punto de la discusión en la que muchos se dan por vencidos, y asumen que el net art es temporal y efímero y no puede ser almacenado. Según Ippolito, esto induce a los museos a convertir en fetiches objetos más convencionales, ya aceptados por el mercado, dejando a los trabajos más radicales desaparecer entre las grietas de la historia del arte. En sí mismo eso no hará los museos obsoletos, pero sí terriblemente aburridos(Ippolito, Jon: 1998)   Prospectivas más optimistas preconizan la expansión del net.art, quizá con otras denominaciones, con otras formas. De cualquier modo, le preservación de algo que se hace con vistas a la virtualidad viviente de una red activa plantea un serio problema con respecto a su exposición institucional. El concepto de museo se va trasformando. El concepto de arte también. De hecho, la posibilidad de implementar las funciones de los museos y sus curators en pro de iniciativas
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