La II República y la cuestión marroquí
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Colecciones : Tiempo de historia. Año VIII, n.90
Fecha de publicación : 1-may-1982

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Publié le 01 mai 1982
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Langue Español
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Extrait

La II República
yla
cuestión Illarroquí
Fernando López Agudín
A experiencia histórica que estos dos temas siguen bliografía sobre la República y
de la 11 República espa­ siendo fuente inagotable de es­ la guerra civil y no encontrarse L ñola y de la consiguiente fuerzos por parte de los profe­ un solo autor que lo haya tra­
guerra civil ha suscitado una sionaJes o aficionados de las tado; más aún. en las miles de
enorme labor historiográfica, y ciencias históricas. Sin embar­ obras publicadas sobre estas
sus múltiples aspectos han sido go, en esta regla existe una im­ experiencias no existen capítu­
tratados. analizados y desme­ portante excepción: las relacio­ los o meros apartados que
nuzados desde todos los ángu­ nes del régimen republicano y aborden este problema. Con la
los de enfoque y puntos de de los partidos políticos que lo salvedad de un trabajo publi­
opinión; ahí está, como último sustentaban con la zona del cado hace algunos años (1).
botón de muestra, la publica­ Protectorado español en Ma­
ción reciente de dos trabajos rruecos y con el movimiento
simultáneos sobre la muerte de nacional marroquí. Se puede (1) El colonialismo espaiiol en Ma­
Calvo Satela para constatar repasar toda la abundante bi- rruecos. Miguel Martin. Ruedo Ibérico.
~.
1
...... . -•

".
El P.Qída nta de la RapUblica, Alcali bmor.; al Presldanta del Consejo de Ministros, Manuel Azaña y S.A.I. el Jalifa, Mulay H.s~n , con
los mlamlnos da SU$ respectivos gobiarnos, durante un. recapeión "freeid •• l. dalegación marroqui an el Pllacio NacIonal.
38

más importante por lo que
apunta en la dirección de relle­
nar este hueco que
por su relativo valor, la dimen­
sión marroquí de la penúltima
experiencia democrática espa­
ñola ha sido completamente ig­
norada. Pudiera explicarse o
justificarse esta laguna si la zo­
na del Protectorado espaftol en
Marruecos no hubiese jugado
un papel en el desarrollo y
consecuencia de la guerra civil
española, o si en aquel territo­
rio dependiente de España no
hubiese ocurrido nada sustan­
cioso o decisivo para el análisis
de aquella tragedia; pero no es
así. Al igual que la lucha con­
tra el nacionalismo marroquí
Abd·el·K,im en su puesto de m.ndo durante l. guerra de 1921. armado de Abdelkrim fue uno
de los factores de la génesis de
La proclamación de la II un largo pasado de luchadores la dictadura del general Primo
República española fue , ini­ • en pro del abandono de Ma­de Rivera, la lucha contra el
cialmente, acogida con expec­ rruecos por parte de España: nacionalismo marroquí pacífi­
co de la década de los treinta tación por los nacionalistas republicanos y socialistas ha­
fue uno de los factores que ge­ marroquíes; al fin y al cabo bían encabezado desde co­
nerara la dictadura del general una buena parte de los nuevos mienzos de siglo todas las ma­
Fra.nco Bahamonde. gobernantes de Madrid tenían nifestaciones de descontento
El minilrtro de la Gue"a, Manuel Azaña, con una tepTe,entacl6n de attos mandos del Ejercito, durante una reeepclón oficiaL
39

por la intervención de nuestro terior acción de masas deiS de
país en los asuntos marroquíes mayo en la mi sma capital del
lógicamente. cabía esperar Protectorado. e n la que los y.
una mayor comprensión de las obreros marroquíes exigían la
reivindicaciones y exigencias equiparación de condiCIOnes
laborales con los trabajadores que planteaban los exponentes
españoles; de la decisión de no de la sociedad marroquí.
disolver el Somatén e n Nador. A pesar de que e l mismo 14
Zeluán y Monte Arruit. en ba­de abril las nuevas autoridades
se a «la trágica experiencia del republicanas ordenan disparar
contra una manifestación ma año 2 1». y del nombramiento
rroquí po rtando banderas del del general Sanjurjo como
nuevo régim en y estandartes nuevo Alto Comisario. una re­
presentación nacionalista ma­nacionalistas. lo que provoca
rroquí se traslada a Madrid el el sitio de la Alta Comisaría e n
6 de junio para entregar a Ni­Tetuán. y la huída del Alto
Comisario a Tánger; de la pos- ceto Alcalá Zamora un docu­
mento reivindicativo con siete
peticiones:
l ." Libertades democráti­
cas: Prensa, re unión. asocia­
ción. enseñanza. libertad de
desplazamientos. sindicatos.
2." Enseñanza: Unificación
de los planes en ladas las re
giones de Marruecos. aumento
del número de escuelas de pri­
mera enseñanza. rifa. fueron desechadas por el
3. " Justicia: Selecció n de gobie rno republicano: peor
los cadíes por medio de con­ aún, no habían hecho más que
curso. Separación del poder regresar a sus casas los viajeros
judicial del ejecutivo. Sueld o marroquíes -Sid Mohamed
suficiente a cargo de los presu­ Buhalai, Sid Ahmed Cail an.
puestos estatales y no en base Sid Abdesatam. Sid El Leba­
a los derechos de los litigantes. dy- cuando cuatro días des­
4 .' Agricultura: Creación pués e l primer Alto Comisario
de un patrimonio fa miliar in­ civil. Luciano López Fcrrer.
transferible. Préstamos agríco­ afirma e n el diario «El Sol,~
las al «feHaga»: equiparación que el problema de Marruecos
fiscal del «(fe Haga» con e l colo­ no era más que de orden y paz
no europeo. y «q ue existía cierta agitación
5." Proletariado: Aplica­ nacionalista. que con buenas
ción de la legislación laboral a tropas é l se encargaba de que
los obreros marroquíes. hubiera calma> •.
6." Ilacienda: Supresión de Consecuente con esta visión.
alguno~ impuestos y equipa ra­ inmediata mente. e l consejo de
ción en los resta nt es entre los ministros aprueba un decreto
marroquíes y los e~pañoles. por e l cual los sefarditas y po­
7." Sanidad: Aumento del blación hebrea en general en­
número de instituciones sanita­ contrarían grandes facilidades
n as. para instalarse en el llamado
Marruecos español: cuando en
la península se ex igían diez
años de residencia. para poder
El período nacionalizarse como español.
constituyente la estancia de dos años en el
Protectorado bastaba para
conseguir la nacionalidad espa­Tales peticiones. que cabían
ñola. Alejandro Lerroux a l inde sobra en e l marco de la Re­
formar sobre esta decisión sepública. pues se limitaban a
El coronel Ben •. que mlndó lO. territorio. ñala que e l «(elemento hebreo pedir que e l cambio habido e n
,"1 S'harl durlnte veinte año •• ocuplndo
es importante, importantísimo Cabo Juby y 11 Aguara. España no se detuviera en Ta-
40
­­­­

para consolidar España en Ma­ un nuevo foco rebelde armado kader y Sidi Amaruchen, cola­
rruecos, para consolidar la y hubiera que aplazarlo por la boradores con el intervencio­
obra pacificadora». fuerza de las armas, recibe la nismo español desde 1909 y
Poco después. con el nom­ siguiente rc!\puesta por parte que jugaron un importante pa­
bramiento de Ben Abud como del profesor Jiménez de Asúa: pel en la lucha contra Abdel­
nuevo gran visir en sustitución «la acción en el Protectorado krim, y que en 1936 serían al
del fallecido Ben Azus. que­ nunca se puede denominar principio los dos únicos caides
dan rotos los escasos puentes guerra, sino operación de poli­ con los que pudo contar la su­
que se habían tendido con la cía». Y ampliando sus ideas blevación del 18 de julio. Con
expone el 6 de octubre de 1931 estos «representantes» no hu­instauración del nuevo régi­
men; la torpeza de designar a a «Le Grand Ouotidien de Ma­ bo problemas de ningún tipo:
un árabe españOlizado. que ha­ roc) que un (gobierno socialis­ Sidi Amaruchen agradeció la
bía adquirido incluso la nacio­ ta no tendría más remedio que presencia espnñola en Marrue­
nalidad española para este im­ mantener un cuerpo expedicio­ cos y Alcalá Zamora prometió
nario en Marruecos. Un gran portante cargo. acababa con que «nunca dejaríamos de civi­
las esperanzas que había susci­ número de socialista~ piensan lizar a los marroquíes».
tado. por un momento. el 14 como yo. Dicen a veces lo con­
de abril. Y aunque la agitación

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