Sobre el origen de los nexos adversativos en español - article ; n°1 ; vol.6, pg 41-56
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Cahiers de linguistique hispanique médiévale - Année 1981 - Volume 6 - Numéro 1 - Pages 41-56
16 pages
Source : Persée ; Ministère de la jeunesse, de l’éducation nationale et de la recherche, Direction de l’enseignement supérieur, Sous-direction des bibliothèques et de la documentation.

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Publié le 01 janvier 1981
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Langue Español
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José Muñoz Garrigós
Sobre el origen de los nexos adversativos en español
In: Cahiers de linguistique hispanique médiévale. N°6, 1981. pp. 41-56.
Citer ce document / Cite this document :
Muñoz Garrigós José. Sobre el origen de los nexos adversativos en español. In: Cahiers de linguistique hispanique médiévale.
N°6, 1981. pp. 41-56.
doi : 10.3406/cehm.1981.1004
http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/cehm_0396-9045_1981_num_6_1_1004SOBRE EL ORIGEN DE LOS NEXOS
ADVERSATIVOS EN ESPAÑOL
A don Rafael Lapesa
0. Dentro de lo no demasiado estudiada que está la sintaxis
histórica española, es la parte relativa a las oraciones, y más concreta
mente la referida a la coordinación, la que con menos trabajos cuenta
en su haber. Así, mientras podemos contar para la subordinación
con el trabajo genérico de Hermann 1), los de Vallejo y Rivarola
para las concesivas 2), los de Mondéjar y Polo para las condicionales
3), y el de Narbona para las consecutivas 4), por no hacer referencia
más que a aquellos que de alguna forma se acercan a problemas que
pueden relacionarse con el de las adversativas, carecemos de un estudio
histórico de la adversación en español, pues el de Ana Ma Echaide
es claramente sincrónico 5). Sin la más mínima pretensión de exhausti-
vidad, y con el único ánimo de intentar una primera aproximación
al problema, redactamos estas líneas al hilo de unos ejemplos extraídos
en su mayor parte de la Crestomatía del Español Medieval 6), y que
bien quisiéramos que sirvieran al menos de acicate para ese estudio
completo y definitivo que todos deseamos.
0.1. Desde un punto de vista metodológico es necesario partir
del problema general de la sintaxis románica, y que no es otro que el
1) József Hermann, La Formation du Système Roman des Conjonctions de Subordin
ation, Berlin, 1963.
2) J. Vallejo, «Notas sobre la Expresión Concesiva», R.F.E., t. IX, 1922, págs.
40-51. « Sobre un Aspecto Estilístico de don Juan Manuel », Homenaje a Menéndez
Pidal, t. II, 1955, págs. 63-85.
José Luis Rivarola, Las Conjunciones Concesivas en Español Medieval y Clá
sico, Tübingen, 1978.
3) José Mondéjar, « La Expresión de la Condicionalidad en », R.F.E., t. XLIX,
1966, págs. 229-254.
José Polo, Las Oraciones Condicionales en Español, Granada, 1971.
4) Antonio Narbona Jiménez, Las Proposiciones Consecutivas en Español Medieval,
Granada, 1978.
5) Ana Ma Echaide, « La Coordinación Adversativa en Español », R.F.E., t. LVII,
1974, págs. 1-33.
6) Crestomatía del Español Medieval, vol. I, Madrid, 1965. Vol. II, Madrid, 1966. 42 JOSÉ MUÑOZ GARRIGÓS
de la ruptura total de la estructura latina, y la subsiguiente necesidad
de crear unos nuevos instrumentos para la constitución del discurso,
es decir, del texto y de las conexiones entre sus unidades ; dentro
de ese marco, y con esas perspectivas, intentaremos aproximarnos a
la historia de aquellos elementos que han dado forma al discurso
adversativo, aunque solamente nos referiremos, por el momento,
a los cuatro tipos fundamentales : MAS, PERO, AUNQUE y SINO,
que coinciden, además, con las formas lexicalizadas en español
como tales adversativas, lo que no ocurre con MIENTRAS, ANTES
BIEN, QUE, SIN EMBARGO, NO OBSTANTE, etc..
Teniendo en cuenta las diversas posturas que han sido adoptadas
en torno a la problemática identidad de las oraciones adversativas,
parece que es imprescindible, antes de comenzar a historiar su for
mación, que aclaremos cuál es nuestro punto de partida al respecto,
singularmente en lo que se refiere a lo que vamos a entender aquí
por oración adversativa.
0.1.1. El primer aspecto por dilucidar ha de ser el de su adscrip
ción a las coordinadas o a las subordinadas. Ana Echaide considera
las oraciones adversativas como encuadrables dentro de las coordi
nadas 7), tras manejar el criterio de Dik, según el cual no es posible
la aparición de dos coordinadores seguidos, y al que, a las dificultades
de aplicación que en él ve la citada autora, debemos añadir nosotros
un no despreciable margen de error cuando hay que referirlo a la
lengua medieval española, según podemos apreciar en el siguiente
ejemplo, uno entre mil, tomado de la Carta de Dido a Eneas, de la
Primera Crónica General :
(1) Mas pero non dubdo yo que piadat de mi no ayan los dio
ses... 8).
También utiliza el criterio de Sandmann en torno al posible no bi-
narismo de la coordinación, y termina por aceptar, no sin reservas,
el expuesto para el español por G. Carrillo Herrera, basado en la
posible reversibilidad de las coordinadas, mientras que en las subor
dinadas solamente es posible esta operación si la partícula subordi
nante cambia también su posición. Quedan, pues, enmarcadas las
oraciones adversativas dentro de la parataxis, aun cuando reconoce
el carácter limítrofe que tienen estas oraciones entre ambas categorías.
Debemos dejar también constancia aquí, a este respecto, cómo A. Garc
ía Berrio, que situa las oraciones adversativas en la divisoria
entre coordinación y subordinación, termina inclinándose a favor
7) Art. Cit., págs. 2-8.
8) Apud Crestomatía..., vol. I, pág. 226. LOS NEXOS ADVERSATIVOS EN ESPAÑOL 43
de la inclusión de las adversativas dentro del grupo de las endocéntri
cas 9). Esta postura, pues, es la que seguiremos nosotros aquí.
0.1.2. Una vez aclarada esta cuestión primordial, nos reaparece el
problema de la identidad de las adversasativas al intentar distinguirlas
de otros tipos de oraciones, dentro incluso del mismo grupo de las
coordinadas. Aunque no de una manera general, algunos gramáticos,
como es el caso de C. Hernández Alonso, han planteado el problema
de la confluencia de adversativas exclusivas y disyuntivas 10), aun
cuando la opción que presentan estas últimas aparece ya resuelta
en las primeras, según podemos apreciar en el siguiente ejemplo :
(2) do dize quel onrnbre non dette 1er soheruyo, synon paciente
e honesto 11).
En otras ocasiones lo que sucede es que la conjunción copulativa
suma dos oraciones cuyos contenidos son adversativos :
(3) e quando el rrey oyó eíto, enbio aíu marido avna huelle;
e la muger era muy calta e muy buena e muy entendida... 12)
En estos casos parece prudente que nos atengamos al criterio que
nos marquen las propias conjunciones, dado que es su uso el tema
primordial de este trabajo.
0.1.3. La frontera más conflictiva, por la poca precisión con
que en muchas ocasiones se nos presenta, es la existente entre adversat
ivas restrictivas y subordinadas concesivas. La confluencia de ambas
parece evidente, y así mientras César Hernández ve entre ellas la
única diferencia de una mayor o menor intensidad de la oposición,
el Esbozo de la Academia manifiesta la posibilidad de que en algún caso
sean conmutables, y Alcina y Blecua admiten que las llamadas « adver
sativas inversas » tienen un sentido muy próximo al de las concesivas
13). Desde un punto de vista eminentemente práctico hay que admitir
que en ambos casos se trata de presentar una contradicción lógica
entre los dos términos oracionales, y que es la duplicidad de valores
de AUNQUE, y subsidiariamente de PERO, la cuestión a resolver.
El siguiente ejemplo, tomado de las Cantigas de Santa Maña
en Prosa Castellana :
9) Antonio García Berrio, « Bosquejo para una Descripción de la Frase Compuesta
en Español », Anales de la Universidad de Murcia. Filosofía y Letras, Curso, 1969-
70, n° 3-4, págs. 221-222.
10) César Hernández Alonso, Sintaxis Española, 3a éd., Madrid, 1975, pág. 107.
11) Alfonso Martínez de Toledo, Corbacho, apud Crestomatía..., vol. II, pág. 609.
12) Libro de los Engaños, apud Crestomatía..., vol. I, pág. 257.
13) Esbozo de una Nueva Gramática de la Lengua Española, Madrid, 1973, pág. 557.
Samuel Gili Gaya, Curso Superior de Sintaxis Española, 8a éd., Barcelona,
1961, pág. 332.
Alcina y Blecua, Gramática Española, Madrid, 1975, pág. 1176. 44 JOSÉ MUÑOZ GARRIGÓS
(4) Et la duenna auie dende mucha íeda, pero pulo vagar
en dar la toca a (anta M aria 14),
podría ser presentado con las siguientes variaciones en sus elementos
fundamentales, sin alterar en un ápice su contenido, matizaciones
estilísticas aparte :
(4a) Tiene seda, pero no da la toca.
(4b) seda aunque no da la toca.
(4c) No da la toca, pero tiene seda.
(4d) No da la aunque tiene seda.
(4e) Aunque tiene seda, no da la toca.
(4f) no da la toca, tiene seda.
De la co

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