Respira : (Breathless)
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Respira : (Breathless) , livre ebook

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Description

Beverly está en Hawaii ayudando a su tío en su tienda de submarinismo, aprendiendo a bucear y tratando de bajar de peso y conseguir novio. Cuando Garth, un excelente buzo, se interesa por ella, Beverly está feliz, hasta que resulta que a Garth no le interesa más que una cosa. Cada vez más débil por la drástica dieta que se impuso ella misma, Beverly se encuentra en graves problemas cuando tiene que defenderse de Garth bajo el agua.



Beverly is in Hawaii, helping her uncle at his dive shop, learning how to dive and trying to lose weight and get a boyfriend. When Garth, an accomplished diver, shows an interest in her, Beverly is ecstatic, until it turns out Garth is only interested in one thing. Struggling with failing strength from her self-imposed starvation diet, Beverly finds herself in deep trouble when she has to fight Garth off underwater.

Sujets

Informations

Publié par
Date de parution 01 octobre 2010
Nombre de lectures 2
EAN13 9781554695263
Langue Español

Informations légales : prix de location à la page 0,0470€. Cette information est donnée uniquement à titre indicatif conformément à la législation en vigueur.

Extrait

Table of Contents Página de cubierta Derechos digitales Página del título Derechos de autor página Capítulo uno Capítulo dos Capítulo tres Capítulo cuatro Capítulo cinco Capítulo seis Capítulo siete Capítulo ocho Capítulo nueve Capítulo diez Capítulo once Capítulo doce Capítulo trece Capítulo catorce Capítulo quince Capítulo dieciséis Orca Soundings en español
Hitos Cover Page Title Page Respira
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ivaluecanadianstories.ca

Respira
Pam Withers
Traducido por Eva Quintana Crelis
orca soundings
Orca Book Publishers

Copyright © 2005 Pam Withers
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced or transmitted in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying, recording or by any information storage and retrieval system now known or to be invented, without permission in writing from the publisher.
Library and Archives Canada Cataloguing in Publication
Withers, Pam [Breathless. Spanish] Respira / Pam Withers.
(Orca soundings) Translation of: Breathless.
Electronic Monograph Issued also in print format. ISBN 9781554694266 (pdf) -- ISBN 9781554695263 (epub)
I. Title. II. Title: Breathless. Spanish. III. Series: Orca soundings PS 8595.I8453 B 7418 2010   JC 813’.6   C2010- 904571-8
First published in the United States, 2010 Library of Congress Control Number : 2010931356
Summary: Beverly gets into serious trouble when her starvation diet interferes with her scuba diving.
Orca Book Publishers gratefully acknowledges the support for its publishing programs provided by the following agencies: the Government of Canada through the Canada Book Fund and the Canada Council for the Arts, and the Province of British Columbia through the BC Arts Council and the Book Publishing Tax Credit.
Cover photography by Firstlight
In Canada: Orca Book Publishers PO Box 5626, Station B Victoria, BC Canada V8R 6S4
In the United States: Orca Book Publishers PO Box 468 Custer, WA USA 98240-0468
orcabook.com

Para Shannon Young, mi amiga de buceo. Con un especial agradecimiento para Darren Moss, nuestro instructor, para B.C. Dive and Kayak y para Kathy Guild.

Capítulo uno
Todo estaba bien hasta que apareció esa dientuda anguila morena. Salió de la nada en el agua turbia y vino directo hacia mí. En serio. Era como si quisiera estrellarse contra mi visor.
La verdad es que no soy una de esas chicas que se asustan con cualquier pez, pero en el buceo pasa algo especial: el agua hace que todo parezca un tercio más grande, así que lo de la morena fue como si un mutante gigantesco viniera al ataque. Además, aprendí a bucear en los lagos que rodean Winnipeg, donde yo vivo, y apenas era el segundo día de mi visita a mi tío en Kauai, Hawái, por las vacaciones navideñas. No tenía idea de que debía usar más pesas en el cinturón de lastre. Resulta que el agua de los trópicos te hace flotar más que el agua fría de los lagos de Manitoba. Aunque seas una quinceañera fea y gorda como yo, en el agua tropical flotas enseguida.
Bueno, no soy gorda: soy regordeta. Y no soy tan fea como ese engendro de pez; eso sí que no. Me dio un buen susto. Ya de por sí me estaba costando mucho mantenerme cerca de mi tío porque llevaba demasiadas pesas en el cinturón, pero aparte, al levantar la mano para ahuyentar a la morena, me saqué el regulador de la boca por accidente. El regulador es el aparato que te pones en la boca y que se conecta al tanque de oxígeno. Es lo que te permite respirar.
Al golpear el regulador tragué un poco de agua, lo que me hizo entrar en pánico. Y el problema de tener un ataque de pánico cuando estás a cuarenta pies por debajo de la superficie del océano es que te puedes ahogar, y sabes muy bien que te puedes ahogar. De hecho, sin el regulador es imposible respirar, aun si estuvieras tranquilo. Tampoco debes contener la respiración debido a la presión que hay en el agua. El caso es que si no estás respirando y sacando burbujas porque has perdido el regulador, tu pecho puede expandirse hasta explotar. Bueno, no es para tanto, pero es algo parecido. Hace sólo un año que conseguí mi certificado de buzo, pero no me puedo acordar de todo.
Pues bien, estaba exhalando, pero antes de recuperar el regulador me agité como loca y el brazo con el que traté de asustar a la anguila se enredó con la manguera del regulador. Y además tragué un poco de agua antes de ponérmelo otra vez en la boca, lo que me provocó náuseas. Así que ahora tenía ganas de vomitar y además estaba completamente aterrada. No quiero asquear a nadie, pero la verdad es que si estás a cuarenta pies bajo el agua y tienes problemas para respirar con el regulador, está bien que vomites. ¡De verdad! El equipo de buceo está hecho para aguantarlo. ¿Te imaginas? El asunto es que uno puede seguir aspirando aire entre arcadas. Si no fuera por eso, ya no estaría aquí para contarlo.
Así que respiré, vomité, lloré y pateé hacia todos lados, segura de que iba a morir, pero mi tío Tom, que es mi tío favorito, estuvo maravilloso. Nadó hasta llegar frente a mí y fijó sus tranquilizadores ojos azules en los míos. Me dijo con lenguaje de señas que respirara lentamente y me puso las manos en los hombros. Funcionó. El simple hecho de saber que estaba ahí ya fue bastante, por lo de que es instructor de buceo y todo eso. Tiene una tienda de submarinismo, dirige viajes de buceo y cosas por el estilo. Es por eso que viajé a Kauai por la Navidad, porque uno de sus dos empleados había renunciado. Mi tío sabía que no podría reemplazarlo antes de enero y como también sabía que me encantaba bucear, se imaginó que podía ayudarlo durante las vacaciones. Me pagó el viaje en avión desde Winnipeg. La verdad es que fue genial.
Me alegró que estuviera conmigo cuando entré en pánico. Si me iba a ahogar, mejor que fuera con él a mi lado, siendo tan amable. Pero como ya dije, el regulador me mantuvo respirando hasta que me sentí mejor y entonces, moviendo las aletas con fuerza, mi tío nos llevó a la superficie. Suave y lentamente. En el buceo, si no haces todo bien pueden pasar cosas horribles.
La otra empleada de la tienda, la que todavía trabaja con el tío Tom, lo aprendió a la mala. Se llama Weniki, que equivale a “Wendy” en hawaiano. Quedó sorda por un accidente de buceo. Fue hace un par de años. Ahora sólo lava el equipo de buceo en la tienda o llena tanques y hace cosas en la computadora. Pero no es muy amigable. Casi no me ha dirigido la palabra desde que llegué a Kauai. Y no es por su sordera: cuando quiere hablar, lo hace. Aunque lo cierto es que rara vez habla con nadie. No es más que una de esas señoras amargadas que odian a los jóvenes. Al menos eso creo yo, así que en general la ignoro.
Bueno, el asunto es que el tío Tom me llevó a la superficie vivita y coleando.
—Beverly, todo está bien. Respira hondo. Estoy aquí contigo.
—Perdóname, tío Tom —dije, sacándo me la máscara y tratando de no llorar.
Vaciló por un momento. Pude ver su sorpresa por mi ataque de pánico y que estaba decepcionado de mí, pero quería ser amable.
— ¿Tragaste un poco de agua?
—Sí, supongo.
—Fue demasiado para ti, pero lograste ponerte el regulador en la boca otra vez. No tuve que ayudarte con eso, Beverly —me dijo. Seguramente fue la única cosa positiva que se le ocurrió. Estaba haciendo un gran esfuerzo por ser amable.
—Gran cosa —dije, y él frunció el ceño.
—Supongo que no debimos haber ido tan hondo en nuestra primera zambullida juntos. Fue mi culpa.
—No, fue mi culpa. No debí haber entrado en pánico así de fácil. En serio que lo siento mucho. Te prometo que no va a volver a pasar.
Asintió con la cabeza y me dio un golpecito en el hombro. Me di cuenta de que no me creía.
—Descansa aquí todo el tiempo que quieras, Beverly. Cuando te sientas mejor volvemos a la costa —dijo mientras flotábamos junto a nuestra pequeña boya de buceo. —A menos que quieras bucear un rato más.
Tenía que estar bromeando. Deseé que fuera una broma. Me quedé en silencio, sin poder mirarlo a los ojos. Me sentía avergonzada. ¿Me dejaría bucear después de esto?
—Beverly —dijo después de un minuto—, creo que no te vendría mal tomar un curso de repaso en una piscina antes de que salgamos a bucear de nuevo.
Bajé la cabeza y asentí apenas.
—Sé que eres una buena buzo, tu papá me lo dijo. Pero creo que no estaría mal tomar un curso, sólo para aumentar tu confianza en ti misma. ¿Estás de acuerdo?
Confianza en mí misma. No era mi mejor cualidad, eso seguro. Hoy había fallado. Él no confiaba en mí. Asentí otra vez con la cabeza.
El tío Tom me dio un golpecito en la espalda y me miró con una gran sonrisa. Después nos dirigimos hacia la playa. La playa, con todas esas bronce

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