El Amor Ideal

Luis A. Rodriguez

Description

El Amor Ideal es una fantasía literaria que tiene como finalidad principal que las parejas encuentren un amor en el que no exista ninguna barrera impuesta por la humanidad, los prejuicios sociales y que nunca se pierdan los pequeños detalles del noviazgo. La misión fundamental del protagonista es encontrar parejas afines que compartan ese tipo de ideas, se apoyen entre sí y que sean un complemento en los momentos difíciles. Todo complemento será desde el punto de vista intelectual y nunca carnal. De acuerdo con la teoría del protagonista, las parejas que gocen de un Amor Ideal siempre gozarán de las sorpresas del amor.

Sujets

• Luis Rodríguez
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• Poetry

Informations

• Publié par: Xlibris US
• Date de parution: 23 avril 2023
• Nombre de lectures: 0
• EAN13: 9781669874539
• Langue: Español
• Poids de l'ouvrage: 1 Mo

Extrait

El Amor Ideal
Luis A. Rodríguez

Copyright © 2023 por Luis A. Rodríguez.
 
ISBN:
Tapa Blanda
978-1-6698-7454-6

Libro Electrónico
978-1-6698-7453-9
 
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.
 
Esta es una obra de ficción. Todos los personajes, nombres, incidentes, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o son usados de manera ficticia.
 
 
 
 
 
Fecha de revisión: 04/20/2023
 
 
 
 
Xlibris
844-714-8691
www.Xlibris.com
843462
ÍNDICE
Introducción
 
Escena #1La Playa
Escena #2El Bosque
Escena #3El Castillo
Escena #4El Restaurante
Escena #5El Parque
Escena #6La Feria
Escena #7La Cabaña
Escena #8La Oficina
Escena #9La Librería

Este libro lo dedico a:
Mi esposa Cristina,
Mi hija Kelly,
Mi hijo Luis Jr. y familia
Por su entendimiento y apoyo incondicional que me brindaron durante el tiempo que pasé escribiéndolo.
Introducción

La literatura tiene diferentes historias y estilos. Algunos de ellos no siguen ninguna regla en particular, pero no dejan de ser interesantes como las obras maestras o clásicas. De lo anterior, puedo decir que el presente trabajo no seguirá una regla convencional o establecida por grandes catedráticos en la materia. Mi imaginación trabajará desde el punto de vista de la primera persona y en ciertos casos desde la segunda persona. Mi personaje principal será un Romántico que pertenecerá a todos los niveles sociales, desenvolverá todo tipo de trabajo y no tendrá ningún prejuicio en la forma de pensar y actuar de las personas. La principal filosofía del Romántico será respetar la libertad de todos aquellos con los cuales tenga un contacto cercano. Un Romántico cuya misión especial será la búsqueda de un “Amor Ideal”. Un amor que no influya en las relaciones interpersonales de las parejas, ni en ningún modo con los personajes casados, acompañados o en cualquier relación que ellos libremente seleccionen. Un amor que no caiga en el aburrimiento de la vida cotidiana donde cada relación se hace, en un gran porcentaje, con un automatismo que da miedo, pavor y asusta al Romántico de mi invención literaria.
En otras palabras, este “Amor Ideal” será en concreto un amor complementario que llega a dar una felicidad extra en la vida de aquellos que tengan la oportunidad de experimentarlo. Una felicidad extra que no se alimentará del contacto físico ni mucho menos de relaciones carnales que lo único que dejan es, de acuerdo con mi personaje romántico, una sensación amarga y de un tormentoso vacío imposible de llenar.
Esta será una felicidad que se adquirirá únicamente a través de un complemento intelectual. Un complemento donde no exista el egoísmo. Un complemento donde, en definitiva, sólo exista el amor en lo más puro. Será un complemento donde todo aquello que no se le puede decir a la pareja por cualquier razón que sea, encuentra una oportunidad de ser expresada.
Los protagonistas, que también serán en una forma voluntaria, buscarán espacios de tiempo, lugar y ocasiones para expresar cualquier sentimiento que los agobie. Una vez expresado, sentirán una libertad interior y serán felices más allá de lo imaginable.
Otro aspecto importante de esta obra literaria será que no tendrá espacio, distancia, ni tiempo limitado. Será cuando la inspiración lo indique. La concentración y trabajo principal será la búsqueda de ese “Amor Ideal”.
Los nombres de los personajes con los cuales mi Romántico entre en un contacto ideal serán reemplazados por dos nombres en común: Princesa y la pareja de la Princesa será llamado Príncipe. Al igual que el Romántico, ellos también pertenecerán y se desenvolverán en diferentes ámbitos sociales. Para mi Romántico, su Princesa será su delirio y perderá toda cordura, sueño y razón de vivir en su afán de lograr su “Amor Ideal”. El Príncipe será su más esbirro rival por no comprender ni tratar de comprender ese amor intelectual. También, amigos del Romántico entrarán en contacto con él para discutir problemas sentimentales relacionados al tema central de la obra.
A su Princesa le dedicará sus mejores poemas y le prometerá publicarlos en una selección dedicada únicamente para ella. Con ella, disfrutará de los mejores vinos. Vinos que, en la mayoría de las ocasiones, serán exquisitos para el paladar de su Princesa y cuando lo contrario suceda tratará de complacerla lo más pronto posible. El amor por su Princesa lo llevará al borde de la locura y de un atrevimiento peligroso y doloroso. Al final, su Princesa seguirá su camino, seguirá su vida con su corazón destrozado porque su Príncipe no entenderá el significado de lo qué es ese “Amor Ideal”. Mi Romántico seguirá sin cansarse en busca de otra posible Princesa que llegue a complementar el “Amor Ideal” de su vida.
Es importante aclarar que a mi Romántico le gusta incluir y hacer referencia a investigaciones privadas. Estas investigaciones son sobre ciertos acontecimientos que utilizará muy efectivamente, según él, para la conquista y convencimiento, desde el punto de vista intelectual, de ese amor que cada día se le hace más furtivo.
El punto crítico de mi Romántico es cuando recibe la repuesta de su Princesa tan larga y ansiosamente esperada. Siempre espera cada respuesta como la más especial que cambiará el sabor amargo y la desilusión de la anterior. Con mucha esperanza espera que un día llegará la respuesta que cambie su vida para siempre.
¿Será posible que al final de tantos intentos y fracasos mi Romántico encuentre su “Amor ideal”?
Escena # 1
La Playa
Esta primera escena toma lugar es una exorbitante playa del océano durante el mes de julio. La escena transcurre desde la mitad del día hasta las diez de la noche. En la playa, se encuentran muchas parejas, familias y solitarios disfrutando cada uno, por su lado del ardiente sol, la suavidad de la arena, del agua salpicándoles los pies o de un baño en las saladas aguas. Los niños comen de las golosinas que sus padres les compran en uno de los muchos lugares que abarrotan una buena parte de la playa. Las gaviotas compiten con otras aves marinas los desperdicios que los niños arrojan en los recipientes de la basura.

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“Mi querida Princesa, quería decirle que ayer cuando disfrutábamos juntos por aquella playa agarrados de la mano sentí que el mundo se terminaba con una nota de paz. Viví por un momento el mundo de la felicidad. ¿No me diga que usted no sintió lo mismo? Sus manos suaves silenciosamente me trasmitían esa sensación que su corazón sentía y me decían sus labios sensuales, sin murmurar palabra alguna, que me amaba y disfrutaba del momento. De pronto, cuando nos tendimos sobre la arena que el sol había calentado justamente lo suficiente para que la disfrutáramos, dejamos volar nuestra imaginación y nos dijimos muchas cosas que no nos habíamos dicho antes. ¿Recuerda que me dijo que guardaría en su memoria cada segundo de nuestra compañía? Lo dijo con palabras tiernas y, porque no decirlo, hasta románticas. También, me empezó a declamar aquel poema que le había escrito meses atrás cuando recién nos conocimos. Cómo olvidar esos momentos cuando reclinó su cabeza contra mí pecho y silenciosamente murmuró, como para que nadie oyera o para que el viento no lo transmitiera a las parejas vecinas, esas palabras que quedaron marcadas como con tinta indeleble en mi corazón. ¿Se acuerda que me dijo que por fin había encontrado el amor de su vida, ese amor que había buscado desde siempre? Ese amor que no busca ser recompensado con noches largas sobre una cama que al final sólo deja recuerdos desagradables. Y, cómo se apresuró a agregar, quizás para no perder el frenesí del momento, que mi amor era el complemento ideal de su vida. No puedo negarlo que al oír el último acorde de sus palabras al final de esa oración quedé hipnotizado. ¿Cuánto había esperado por ese momento mágico? Ya no me acordaba. Eran tantas noches oscuras, sin estrellas, sin lunas llenas, sin esperanzas, que ya no cabían en mi cuenta. ¿Recuerda cómo se quedó silenciosa, inmóvil, contemplando el mar sin límites y oyendo los latidos de mi corazón que corrían desbocados como fieras salvajes? Entonces, leyendo sus pensamientos, mi corazón se abrió como cuando el cielo se abre y deja caer la lluvia a torrentes y las gotas se pelean como estudiantes de colegios por querer ser los primeros en salir. Así eran, precisamente, mis palabras. Tuve que refrenarlas, pero no quería perder el momento de dejarlo todo en claro y tampoco quería causar ninguna confusión en su corazón enamorado.
Mi Princesa, entonces le dije que la había buscado desde el principio de mi existencia. La había buscado como el río busca la mar para verter sus aguas dulces y formar un complemento sin mezquindad, sin miedo, con el sabor salado de la inmensidad. Que usted sería mi complemento de esas noches sin estrellas, porque la única estrella que alumbraría mi sendero sería usted; que me llevaría por el espacio astral y me mostraría el lugar exacto donde nace el amor. Que usted sería mi luna llena en mis noches lóbregas y me agarraría con su mano de luz y me guiaría por las sendas misteriosas en busca de esa luz solar que, aunque fuerte, complementa y da vida.
Mi Princesa, Princesa mía… ¡cuánto la quiero!
Le iba a comunicar muchas cosas más… pero, silenciosamen