Guerra de Dioses

Francisco Robaina

Description

Este libro nos muestra la astucia y brillantes de un joven que servía al ejército de su país, y fue galardonado por sus múltiples hazañas de valentía en los campos de batalla, salvando las vidas de decenas de personas. Al terminar su tiempo en el ejército fue llamado para que formara parte de los servicios de inteligencia de su país, donde también logro salvar, evitando grandes atentados contra personas inocentes

Sujets

• Fiction

Informations

• Publié par: Palibrio
• Date de parution: 16 juillet 2023
• Nombre de lectures: 1
• EAN13: 9781506550428
• Langue: Español

Extrait

GUERRA DE DIOSES
 
 
 
 
 
 
 
Francisco Robaina
 
Copyright © 2023 por Francisco Robaina.
Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:
2023912981
ISBN:
Tapa Dura
978-1-5065-5041-1
 
Tapa Blanda
978-1-5065-5040-4
 
Libro Electrónico
978-1-5065-5042-8

 
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.
 
Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.
 
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Fecha de revisión: 23/05/2023
 
 
Palibrio
1663 Liberty Drive, Suite 200
Bloomington, IN 47403
851236
GUERRA DE DIOSES……. MANIPULACIÓN DE FE.
La magia de la naturaleza siempre se une a esos hombres y mujeres que nacieron en los campos, y aunque en algún momento de sus vidas, dejaron los caminos de fango, para empezar a transitar por calles pavimentadas, sus raíces y sus orígenes siempre los mantendrán unidos a los hechizos de la creación. Así se manifiesta Io antes mencionado con Luciano Carballo, un joven nacido en una finca del estado de California, donde vivió hasta la edad de nueve años con su mamá, pero al ser está contratada para trabajar como cocinera en una casa de familia adinerada, él se vio obligado a seguirla dejando atrás todo Io que había sido su estilo de vida hasta ese momento, sus amiguitos y todos los animalitos de los que con tanto cariño siempre cuidó. Lo que nunca pudo olvidar fue la amistad y cariño de una niña con la que siempre había compartido sus sueños infantiles, la que se Llamaba Mercy Patiño. Mercy ocupó siempre un lugar muy especial en el corazón de Luciano Carballo, al extremo de que habiendo pasado trece años desde que ambos tomaron rumbos distintos, para él siempre ella seguía ocupando un lugar especial en su mente y corazón.
El joven estaba emprendiendo un viaje a su pasado, ya que se dirigía al ayuntamiento del pequeño pueblo donde por primera vez él contempló la luz del día. Viajaba en su vieja camioneta, con la cual se ganaba la vida arreglando jardines, un negocio pequeño, pero a través del cual podía costearse sus estudios en la Universidad.
El motivo de su viaje al ayuntamiento de su municipio, era tratar de conseguir una copia de su certificado de inscripción, documento que le exigían para su iniciación en el ejercito de los Estados Unidos, (certificado de nacimiento). Como siempre fue puntual en su cita, razón que Io hizo esperar casi una hora, hasta que la oficina del ayuntamiento abriera sus puertas. Frente a las oficinas del municipio hay un pequeño parque donde se sentó a esperar y recordar sus años de infancia. Cuando una vez al año traían a ese lugar carruseles y caballitos, su mamá y la mamá de Mercy siempre los traían para que ellos disfrutaran de las fiestas del pequeño pueblo.
Las dos mujeres con sus pequeños hijos podían hacer el viaje gracias a Don Toribio Quintana, dueño de la finca donde vivían las dos familias.
Al fin las oficinas abrieron sus puertas y el joven entró de inmediato y les hizo saber el motivo de su visita, una joven muy simpática Io atendió y mientras Io hacía, Llevada por su curiosidad femenina, con mucho tacto, hacía preguntas tratando de conocer más de aquel joven forastero que le simpatizó.
Naciste en la finca La Victoria, preguntó.
-Si, nací en La Victoria, contestó Luciano.
-En La Victoria vive mi tía Graciela Patiño
-Supongo que también viva con ella su hija Mercy.
-No, mi prima hace muchos años que se fue con su hijita para el estado de Texas.
-Mercy se casó?, preguntó muy sorprendido.
-No, es madre soltera, ya la niña debe tener siete u ocho años.
-¿Para Llegar a La Victoria, todavía se va por el recodo del río?
-¡Oh no!, se ve que hace mucho que te ausentaste de este lugar, el recodo del río hoy es una enorme represa, tienes que tomar la carretera sur al pasar el puente, tomar el callejón a la izquierda que te Lleva a la casa vivienda de La Victoria. De la casa de mi tía si te acordarás, pues nunca se ha mudado.
Más de veinte minutos se tardó el joven Luciano en la travesía de viaje que Io situó frente a frente a la antigua casa de madera ocupada por Graciela Patiño, el muchacho no se bajó del carro, sino que tocó repetidas veces el claxon de la camioneta, lo que hizo salir a Graciela, que nerviosa preguntó...
-¿Qué se le ofrece joven?, t A quién busca?, la casa del dueño es la casona de la izquierda, él no está, le estoy dando de comer a los animales, pero lo puede esperar si desea, ya que en menos de una hora estará de regreso.
Luciano entendió que Graciela no Io había reconocido, a pesar que él nunca había sido muy bromista, quiso jugarle una broma a la buena mujer.
-No señora, yo no estoy buscando al dueño, en realidad yo busco a Clarita Carballo y a su hijo Luciano.
-¡Ay muchacho!, esa familia se fue de aquí hace más de trece años y nunca más supimos de ellos. El joven con una amplia sonrisa se le acercó diciéndole:
-¿Si te doy un be so, que harás?
Graciela dando un paso atrás y muy seria, contestó:
-¡No me faltes al respeto muchacho, que yo puedo ser tu mamá!
-Bueno, eso es Io que yo quiero, que me des un beso, como si yo fuera tu hijo.
¿Quién eres muchacho?
-De niño siempre yo creí que tú me querías mucho, pero si no me reconoces es que nunca me quisiste.
-No me digas que tú.tú eres Luciano?
Él se bajó y corrió hacia la buena mujer que con los ojos Llenos de Llanto, Io abrazó muy fuerte, mientras Io besa en la cara una y otra vez.
¡Muchacho, eres un hombre!, ¿y tú mami, cómo está Clarita, mi gran amiga?
Mami ya no está con nosotros, en la casa donde trabajaba, se encariñó mucho con la jovencita hija del matrimonio que la contrató, mi mamá adoraba a esa niña, ella, la jovencita tenía unos amigos que no eran más que un grupo de viciosos delincuentes. Un día quisieron robar en la casa, mi madre los enfrentó, uno de ellos le dio un balazo a mi madrecita, que la tuvo por más de tres meses en coma, hasta que su organismo no pudo resistir más y se nos fue.
¿Cuándo fue eso mi hijo?
Eso pasó ya, se cumplieron ocho años de aquel crimen. A los culpables los cogieron, ¿verdad?
Si Graciela, si, el asesino pagó por su crimen, pero mejor vamos a hablar de ti. Sé que Mercy se casó y que tiene una niña, ¿cómo están ella y la niña?, ¿cómo se llama la niña?
-No mi hijo, Mercy nunca se casó, ella siempre me dijo que se casaría sólo el día que tú vinieras por ella. Ella se enamoró de ti desde que los dos eran sólo dos mocosos. Hace ocho años vinieron de Nueva York dos sobrinos de Toribio a pasar las vacaciones aquí en la finca de su tío, en esos días el molino de viento que surte de agua estas casas se rompió, y mi hija tenía que lavar la ropa en el río, esos dos delincuentes se aprovecharon de esa situación y abusaron de mi hija. El tío los denunció, pero como eran menores salieron favorecidos por las leyes, que sólo les pusieron una leve condena a cumplir. el resultado ya to sabes, nació mi nietecita. La situación para nosotras se hizo muy apretada, mi hija siempre fue muy buena para tejer y tejía suéter de niñas y de mujeres. Un día, mientras ella vendía los suéteres en el pueblo, una turista le compró, y la turista resultó ser una empresaria de la moda, y contrató a Mercy, está en San Antonio, Texas trabajando con la empresaria. Ella continuamente me hace envíos de dinero y todo Ie va muy bien, sólo que no se acaba de acostumbrar al estilo de vida que se vive en la ciudad.
En ese momento se escucharon los ladridos de un perro que Llegó acompañando a Don Toribio Quintana, el dueño de la finca. Graciela corrió hacia el anciano, mientras le decía:
¡Mire Don Toribio, mire a quien tenemos aquí, es Luciano el hijo de Clarita!
El anciano, con el rostro bañado en Lágrimas y los brazos abiertos, con pasos lentos, caminó hasta abrazar al muchacho, mientras que entre sollozos decía:
¡Gracias mi señor gracias por escuchar mis súplicas!, tu mami también vino contigo?
¿No Don Toribio, mami no pudo venir, después Graciela le contará, pero ahora cuénteme cómo está?, ¿cómo están los caballos y las vacas?, siguen siendo las mejores razas verdad?
No hijo, he tenido que vender casi todo para mantenerme, creo que si he podido sobrevivir es gracias a Mercy, que manda dinero todos los meses a mí y a su mamá, y eso que ella no es nada mío, y los tres hijos que tengo ni siquiera sé si están vivos o muertos, pero dime hijo ¿piensas regresar algún día?
Si, si voy a regresar pero antes tengo que servir en el ejercito de este país y cuando cumpla, volveré y haremos de esta gran finca, Io que antes hizo usted de ella, un paraíso!
El perro seguía ladrando y el anciano le preguntó at joven visitante:
-¿Te acuerdas de Milagros?, Milagros es el nombre al que el perro responde. Se llama así, porque gracias a ti se salvó el día en que un gavilán Io arrancó de los brazos de Mercy, cuando el perrito sólo tenía días de nacid