Amor de Madre Amor de Hija

Ellen Frazer-Jameson

Description

El cambio de vida que sufrio Julianne Faith Gordon despues de que su Madre falleciera de cancer. Quedando victima de un padre pedofilo... Lo que le dejo como resultado una hija Kira Mae, y un ser bondadoso que actuo como su soporte en esos momentos de desolacion. Su lucha por salir adelante y hacerce un nombre en la industria de la moda. Por darle todo lo mejor a su hija (al mismo tiempo su hermana); ya la mujer que la recibio y la llena de amor ocupando el puesto de su madre biologica.Cuando por fin conoce el amor se ve envuelta en una trajicomedia, ya que el mismo hombre enamoraba a su hija. Sin embargo no era un " prncipe de brillante armadura "; por el contrario... era el malo del cuento. Esto desataria una cadena de eventos que llevarian injustament a Kira Mae a la Carcel. Y al hecho de que tanto Madre como Hija se encuentran embarazadas del mismo hombre...

Informations

• Publié par: Ellen Frazer-Jameson
• Date de parution: 21 novembre 2022
• Nombre de lectures: 9
• EAN13: 9781667445656
• Langue: Español

Extrait

Amor de Madre Amor de Hija
Ellen Frazer-Jameson
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Traducido por Oneyra Persad
Amor de Madre Amor de Hija
Escrito por Ellen Frazer-Jameson
Copyright 2022 Ellen Frazer-Jameson
Todos los derechos reservados
Distribuido por Babelcube, Inc.
www.babelcube.com
Traducido por Oneyra Persad
Dise o de portada 2022 Gary Rosenberg
Babelcube Books y Babelcube son marcas registradas de Babelcube Inc.
Tabla de Contenido
T tulo
Derechos de Autor
Amor de Madre Amor de Hija (Love Trilogy)
prologo
Cap tulo uno
Cap tulo dos
Cap tulo tres
Cap tulo cuatro
Cap tulo cinco
Cap tulo seis
Cap tulo siete
Cap tulo ocho
Cap tulo nueve
Cap tulo diez
Cap tulo once
Cap tulo doce
Cap tulo trece
Cap tulo catorce
Cap tulo quince
Cap tulo diecis is
Cap tulo diecisiete
Cap tulo dieciocho
Cap tulo diecinueve
Cap tulo veinte
Cap tulo veintiuno
Cap tulo veintid s
Cap tulo veintitr s
Cap tulo veinticuatro
Cap tulo veinticinco
Cap tulo veintis is
Cap tulo veintisiete
Cap tulo veintiocho
Cap tulo veintinueve
Cap tulo treinta
Cap tulo treintaiuno
Cap tulo treinta y dos
Cap tulo treinta y tres
AMOR DE MADRE
AMOR DE HIJA

AMOR DE
MADRE
AMOR DE
HIJA
Esta novela est dedicada con todo mi amor a mi eterno esposo,
Derek Jameson, mi incre ble familia y un c rculo sagrado de amigos inspiradores.
Un agradecimiento especial a Clare Christian, The Book Guru.
prologo

Y as el molinete del tiempo trae su venganza .
La duod cima noche de Shakespeare
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El pintoresco cementerio de estilo italiano estaba inundado con el sol de verano. Monumentos de m rmol, cruces de cobre y ngeles de alabastro arrojan sombras de mediod a sobre el suelo sagrado. Un lugar de paz, tranquilidad y una finalidad satisfactoria.
No se pronunciaron palabras, pero la brisa sopl el ltimo adi s. P drete en el infierno, bastardo. Una tumba abierta esperaba a su invitado, un lugar de descanso oscuro y silencioso donde un alma pod a hacer una pausa en su viaje de regreso a casa. Junto a la tumba, un cuarteto l gubre observaba c mo bajaban el ata d al suelo con cuerdas de seda roja.
Dos viudas afligidas. Im genes perfectas, bellas y esculturales rubias de cabello color miel vestidas espectacularmente con vestidos de c ctel cubiertos de red estilo bailarina de Versace en negro azabache a juego; tacones peligrosamente altos negros de punta brillante de Manolo Blahnik y un atuendo misterioso con delicados sombreros forrados con velo.
Las viudas estaban junto a la tumba. Avanzando por turnos, cada una dej caer una sola rosa roja sangre sobre el ata d de madera negra barnizada y asa dorada. En silencio, inm vil, al lado sus madres eran dos ni as recatadas vestidas con trajes de luto negros a

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j uego, con cintas de raso color bano en el cabello.

Mientras el sacerdote aburrido entonaba las palabras finales del servicio funerario, "Polvo al polvo, cenizas a las cenizas...", el doliente grupo ya no pudo contener sus emociones.
Los sollozos reprimidos salieron a la superficie y se convirtieron en sonrisas y luego en risas alegres y las dos ni as peque as se miraron y se rieron. En una orden t cita, las rubias a juego se quitaron el velo y las arrojaron violentamente sobre el ata d. Como uno solo corearon: Adi s, ni o gitano, ni una l grima derramaremos .
Cap tulo uno

Nada envalentona tanto al pecado como la misericordia .
Tim n de Atenas de Shakespeare

Julianne Faith Gordon sufr a todos los d as con el conocimiento de su devastador secreto. Jurada a guardar silencio, se vio obligada a negar la verdad misma de su existencia.
Disfrutando del centro de atenci n reflejado en la exitosa carrera de Julianne y sus poderosos amigos, su hija, Kira Mae, comparti el glamoroso estilo de vida de privilegio, riqueza y tranquilidad de su madre.
Las dos bellas rubias figuraban en las listas de invitados de todos los mejores dise adores del apasionante mundo de la moda londinense, y eran invitadas preciadas del panorama internacional.
Hermanas del alma, parientes consangu neas, Julianne y Kira Mae fueron lo suficientemente discretas como para silenciar los rumores maliciosos sobre su relaci n.
Oculta en la noche de los tiempos, la verdad de su conexi n familiar fue negada, sacada a la luz y, como las ltimas modas de los dise adores, finalmente declarada "para morirse".
Julianne no confiaba en nadie, siempre temerosa de que descubrieran su vergonzoso secreto. La verdad de su derecho de nacimiento que hab a jurado llevar a la tumba.

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S u silencio hab a sido comprado, pero fue ella quien pag ese precio. Julianne y Kira Mae eran una pareja formidable. Ferozmente leales entre s , impulsadas por sus demonios personales y preparadas para luchar hasta la muerte para proteger sus reputaciones chapadas en oro y su cordura.
* * *

N acidas en la d cada de 1970 en un peque o pueblo en East Devon, los padres de Julianne, Alan y Martha Gordon, eran reservados, respetables y relativamente poco notables, excepto quiz s por su devoci n servil por la ni a que hab an tenido juntos.
Su madre, Martha, trat a Julianne como a una ni a amada. Mimada, no se esperaba que ayudara con las tareas del hogar o que se preocupara por asuntos relacionados con el funcionamiento de su hogar limpio como un alfiler. Ese era el dominio de Martha y ella era m s que capaz de cuidar la casa de su esposo, un estudioso de los cl sicos y director de una escuela p blica, y su nica hija. Ella se enorgullec a de supervisar un hogar bien regulado, mientras que su esposo se enorgullec a de ser un buen proveedor, el sost n de la familia. Ninguna esposa suya iba a trabajar fuera del hogar.
No es que Martha hubiera sido particularmente adecuada para encontrar un trabajo, hab a sido criada por padres inmigrantes que hab an huido de Italia durante la guerra y mientras trabajaban para establecerse en su nueva patria, Gran Breta a, su nica hija Martha actu como int rprete, acompa ante y ayuda a domicilio. No se esperaba que tuviera una vida fuera del hogar paterno
Amor de Madre Amor de Hija
hasta que se casara. De hecho, ella pudo haber estado destinada a vivir su vida como una solterona tan protegida por sus padres, Elsa y Abe, ella tranquila y l educado Donattis, que dirig a una panader a italiana en un peque o pueblo de Devon, en las afueras de Exeter.
Sin embargo, como regalo de verano, la hab an enviado de vacaciones con unos parientes en Italia y fue all donde conoci a su futuro marido, Alan Gordon.
Los dos hab an comenzado a conversar en el corto viaje en ferry mientras l escoltaba a un autob s lleno de ni os de una escuela p blica brit nica en un viaje a la isla de Isola Bella, justo frente a las orillas del lago Maggiore en la Riviera italiana.
-Disculpe los modales de mis ni os -dijo Alan cort smente a la elegante y escultural rubia mientras ella tomaba el sol y miraba por encima de la barandilla del transbordador, apart ndose el pelo largo de la cara con una mano como si fuera un desmayo-. la brisa alborot sus rizos dorados.
Marta sonri . Ya se hab a dado cuenta de que los adolescentes pensaban ingenuamente que al hablar ingl s no ser an entendidos por sus compa eros de viaje.
No hay necesidad de disculparse , sonri Martha amablemente. Los elogios siempre son bienvenidos, en cualquier idioma.
Alan y Martha se unieron a un recorrido tur stico oficial por el magn fico palacio lleno de arte de Isla Bella y recorrieron sus terrenos con jardines lujosos con pavos reales pavone ndose, intercambiando miradas y observaciones pasajeras.
Cuando Alan no estaba siendo interrumpido con preguntas constantes, Por favor, se or, podemos salir y explorar por nuestra cuenta? Por favor, se or, cu ndo nos vamos? Por favor, se or, a qu hora es la cena?", logr obtener el nombre del hotel de Martha, darse cuenta que ella viajaba sola en esta parte de su
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viaje y solicitarle que se encontraran para tomar un caf al d a siguiente, antes de que l y su clase de estudiantes subieran a un autocar para el viaje de regreso a Inglaterra.
A Martha le gust lo que vio y no pudo evitar especular que el maestro de escuela apuesto y bien educado probablemente cumplir a con las expectativas de matrimonio que sus padres cautelosos y discriminatorios ten an para ella.
Ella ten a raz n. La educaci n, la respetabilidad, el potencial de ingresos de Alan y el hecho de que sus padres tambi n hab an huido de una Europa devastada por la guerra, en su caso viniendo de Polonia; para encontrar una vida mejor y m s segura en Gran Breta a, lo convirtieron en un pretendiente aceptable cuando comenz a cortejarla y luego pedir la mano de su hija en matrimonio.
Alan renunci a su puesto en una prestigiosa escuela p blica masculina de Cambridge poco despu s de su boda y acept el cargo de director en una modesta escuela rural en Devon, cerca de los padres de Martha. El nacimiento de su amada hija, Julianne, complet sus vidas.
Martha disfrutaba de su papel de esposa, madre y ama de casa y a su marido Alan, cuyo nico defecto era su mal humor que a veces pod a desembocar en depresi n, siempre desempe su papel de padre, marido y protector.
Martha era una mujer sana y feliz cuya nica hija acababa de ingresar a la escuela secundaria. No ten a s ntomas, ni signos, ni bultos. Nada que sugiriera que estaba a punto de recibir la noticia quiz s m s devastadora que una mujer sana puede recibir. Despu s de una mamograf a de rutina realizada como parte de un nuevo programa de detecci n de la salud, le informaron que se necesitar a una biopsia para examinar m s a fondo una irregularidad en su seno.

Amor de Madre Amor de Hija
El trozo de tejido extra do para la biopsia era canceroso. Iba a ser el comienzo de un angustioso viaje de dos a os en el que Martha se someti a m ltiples cirug as, incluida una mastectom a doble y una cirug a reconstructiva de senos.
Voy a vencer esto , aseguraba constantemente a su hija J