El ángel caído
163 pages
Español

Vous pourrez modifier la taille du texte de cet ouvrage

Découvre YouScribe en t'inscrivant gratuitement

Je m'inscris

Découvre YouScribe en t'inscrivant gratuitement

Je m'inscris
Obtenez un accès à la bibliothèque pour le consulter en ligne
En savoir plus
163 pages
Español

Vous pourrez modifier la taille du texte de cet ouvrage

Obtenez un accès à la bibliothèque pour le consulter en ligne
En savoir plus

Description

El diablo se suele asociar con el mal en un sentido amplio, sin ninguna precisión. Puede ser el Señor de las Sombras, con las características que lo remiten a una vasta y conocida iconografía, pero también puede ser algo indefinido, muy presente en la existencia humana. Hablar del diablo siempre es arriesgado, y los temas referentes a él se pueden englobar en dos grandes grupos: el primero, de orden teológico; el segundo, psicológico. Desde el primer punto de vista, el diablo es un ente sobre el cual los teólogos se interrogan desde hace mucho tiempo y proponen interpretaciones cultas. Pero, al final, acaban presentando una visión muy alejada de la figura un poco absurda de nuestras tradiciones y del imaginario colectivo. Existe, pues, un contraste entre aquello que los estudiosos de la religión definen como diablo, y aquello que acompaña desde siempre a la representación que cada uno se ha formado de esta criatura. El segundo aspecto es de índole psicológico, ya que el diablo provoca en las personas, incluso entre quienes no «creen», una especie de inquietud, una sensación que va más allá de la fe y de la propia religión. La relación de la humanidad con el diablo está marcada por un pesado velo de ambigüedad que, de hecho, es la prerrogativa específica de quien fue ángel y luego se convirtió en el emblema de la parte oscura del hombre.

Sujets

Informations

Publié par
Date de parution 21 janvier 2013
Nombre de lectures 1
EAN13 9788431554378
Langue Español

Informations légales : prix de location à la page 0,0147€. Cette information est donnée uniquement à titre indicatif conformément à la législation en vigueur.

Extrait

Massimo Centini







EL ÁNGEL CAÍDO
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos a menudo únicos de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. DE VECCHI EDICIONES, S. A.

De Vecchi Ediciones participa en la plataforma digital zonaebooks.com
Desde su página web ( www.zonaebooks.com ) podrá descargarse todas las obras de nuestro catálogo disponibles en este formato.

© De Vecchi Ediciones, S. A. 2012
Diagonal 519-521, 2º - 08029 Barcelona
Depósito Legal: B. 28.178-2012
ISBN: 978-84-315-5437-8

Editorial De Vecchi, S. A. de C. V.
Nogal, 16 Col. Sta. María Ribera
06400 Delegación Cuauhtémoc
México

Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o trasmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin permiso escrito de DE VECCHI EDICIONES.
INTRODUCCIÓN



Hablar del diablo siempre es arriesgado, dada la gran cantidad de datos que se poseen s obre este tema. Concretamente, existe el peligro de no lograr dar un cuadro general exhaustivo de los muchos temas que conforman la historia y la cultura del ángel caído.
Todas las formas de análisis de esta figura chocan con dos grandes problemas: el primero es de orden filológico, el segundo, psicológico.
Desde el primer punto de vista, el diablo es un tema sobre el cual los teólogos se interrogan desde hace mucho tiempo, proponiendo unas interpretaciones «cultas» de este ser, pero siempre acaban dando una visión muy alejada de la fi gura naif que se tiene en nuestras tradiciones y en el imaginario colectivo.
Existe, por tanto, un contraste entre lo que los estudiosos de la religión defi nen como diablo , y lo que desde siempre acompaña a la representación que ca da uno se hace de esta criatura.
El segundo aspecto es de carácter psicológico, ya que el diablo provoca en las personas, incluso entre los no creyentes, una especie de inquietud, una sensación que va más allá de la fe y de la religión misma.
El diablo se asocia a menudo con el mal, en el sentido amplio del término, sin ninguna precisión de carácter antropológico. Puede ser el señor de las sombras, con características que son de sobras conocidas por una vasta iconografía, pero también puede ser algo indefinido, muy presente en las muchas facetas de la existencia humana.
Por esta razón, entre voluntad de representación, casi un poco infantil, y profunda reflexión sobre la efectiva esencia del mal, la relación de la humanidad con el demonio está condicionada por un pesado velo de ambigüedad que, de hecho, es la prerrogativa específica de quien fue un ángel, convirtiéndose a continuación en el emblema de la parte oscura del hombre y de su historia.
Este libro intenta dibujar una breve historia del diablo, analizar las caracterís ticas más destacadas y las numerosas peculiaridades que lo vinculan a la expe riencia humana. Las fuentes de referencia han sido los textos básicos de las reli giones, las pistas halladas en documentos apócrifos, en la tradición popular, en las distintas manifestaciones del arte y de las crónicas. Con toda esa información útil se ha podido trazar el perfil de un «personaje» de la tradición religiosa que, mal que nos pese, continúa inquietándonos.
EL MITO DE LA CAÍDA


En el principio del mal está él: la criatura perfecta cuyo nombre antiguamente in dicaba la estrella de la mañana.
Lucifer, portador de luz, se liga al mito de la caída del ser celeste y, de hecho, se define en la figura del diablo, que encuentra en el profeta Isaías (14, 12) una designación precisa:

¡Cómo has caído del cielo,
astro de la mañana, hijo de la aurora!
Como si te hubieras precipitado a tierra,
tú que agredías a todas las naciones.

Luego fueron los Padres de la Iglesia los que acordaron este fragmento del Antiguo Testamento con el Evangelio de San Lucas, donde aparece un versículo en el que Jesucristo dice haber visto la caída del ángel rebelde: «Yo veía a Satanás precipitarse desde el cielo como un rayo» (Lucas 10, 18).
La referencia a Lucifer es también evidente en el Apocalipsis (12, 7-9), cuya imagen del ángel caído es empleada para representar una de las cuatr o desgra cias que se abalanzaron sobre los hombres; además, también es descrito en el Apocalipsis (8, 8-9):

Como una enorme masa incandescente cayó al mar; la tercera parte del mar se convirtió en sangre, por lo que la tercera parte de los seres marinos dotados de vida murió, y la tercera parte de las embarcaciones pereció.

San Ambrosio, en el siglo IV , identificó a Lucifer con el gran dragón descrito en el Apocalipsis (12, 7-9), oficializando de este modo el símbolo de las tinieblas separadas de la luz en el momento de la creación del mundo.
El matrimonio del cielo y del infierno (William Bl ake}
La figura de Lucifer ha sido siempre objeto de reflexión, tanto por parte de los teólogos cristianos como hebreos y musulmanes. En general, su historia está marcada por algunos aspectos muy definidos:

• Lucifer (ángel supremo);
• rebelión contra Dios;
• caída con sus secuaces al Infierno;
• encadenamiento en el Infierno hasta el Juicio Final.

En algunas interpretaciones, Lucifer está transformado en un an imal mons truoso. Sin embargo, no está claro si este aspecto se mantiene en el tiempo, o só lo es una semblanza que puede adoptar el ángel rebelde.
Tomás de Aquino (1221-1274), en las «Cuestiones» L-LXIV de la Summa theologica , ponía en evidencia el modo y los efectos de la rebelión de Lucifer y de los otros ángeles que entraron en conflicto con Dios:

• los demonios, cuando desearon ser iguales que Dios, cometieron pecado de orgullo;
• los demonios no son malvados por naturaleza, sino que se vuelven ma lva dos por propia voluntad;
• la caída del demonio no fue simultánea con su creación, ya que, si hubiera sido así, la causa del mal sería atribuible a Dios;
• el demonio fue, en los orígenes, el ángel de más alta jerarquía;
• el número de ángeles caídos es menor que el de los que guardaron fidelidad a Dios;
• los demonios no conocen las verdades últimas;
• los demonios están totalmente entregados al mal;
• los demonios sufren penas que, sin embargo, no son de carácter sensible;
• los demonios tienen dos moradas: el Infiern o, en donde torturan a los con denados, y el aire, en donde incitan a los hombres a cometer acciones malvadas.

LA CAÍDA DEL DRAGÓN

Los Padres de la Iglesia compararon al ángel caído con el gran dragón apocalíptico; estos son los versos que han dado argumentos a los teólogos para defender tal reconstrucción, Apocalipsis (12, 7-9):


Y hubo guerra en el cielo. Miguel, con sus ángeles, luchó contra el dragón, que también luchó con sus ángeles; pero no se impusieron. Su lugar dejó de ser el cielo. El gran dragón fue expulsado, la serpiente antigua, aquel al que llaman diablo y Satanás, aquel que engaña a t oda la Tierra, y con él se pre cipitaron también sus ángeles.
Lucha entre el Arcángel Gabriel y Lucifer (grabado de Alberto Durero)
Los ángeles malvados

Los expertos discuten todavía hoy acerca de la naturaleza de la culpa de aquel ángel que, cuando se volvió malvado, fue llamado diablo o Satanás.
A lo largo del tiempo se han planteado cuatro hipótesis, surgidas también fuera de la autoridad eclesiástica, pero en cualquier caso con el ánimo de proporcionar un significado a los motivos que indujeron a un ser, bueno y próximo a Dios, a rebelarse contra su propio creador.
Estas son las cuatro culpas posibles atribuidas a los ángeles:

• lujuria;
• desobediencia;
• orgullo;
• soberbia.

La idea del pecado sexual como origen del mal proviene de un texto apócrifo del Antiguo Testamento y, en parte, del libro del Génesis, que toma algunos de sus elementos. El texto apócrifo se titula «Libro de los vigilantes», y está contenido en el Apocalipsis de Enoch , que data del siglo II a. de C.

Y ocurrió, desde que aumentaron los hijos de los hombres, que en aquel tiem po nacieron chicas de bello aspecto. Los ángeles, hijos del cielo, las vieron y se enamoraron de ellas, y se dijeron: venid, esco jamos mujeres hijas de los hom bres y hagámosles

  • Univers Univers
  • Ebooks Ebooks
  • Livres audio Livres audio
  • Presse Presse
  • Podcasts Podcasts
  • BD BD
  • Documents Documents